M. H. Lagarde.─ Que "la nueva política (de Estados Unidos) hacia la isla no dañará los viajes familiares" fue una de las medias verdades con las que el senador republicano Marco Rubio trató de justificar la apertura de una cuenta en Twitter, mediante la cual, según él, pretendía "interactuar" con los cubanos de la Isla.
Es de suponer que cuando el tuitero, conocido también en la red como Narco Rubio, asegura que "la nueva política no dañará los viajes familiares" se refería a los cubanos residentes en EE.UU. que todavía pueden visitar a sus familiares en la Isla, y no al daño que esa misma política le ha ocasionado a la reunificación familiar.
No obstante, en un despampanante ataque de cinismo, el pasado 24 de julio, Marco Rubio se lamentó en Twitter de que los cubanos tuvieran que ir a un tercer país para obtener visa: "Muchos en #Cuba enfrentan la dificultad de tener que viajar a tercer país para entrevistas porque retiramos a muchos empleados de la embajada. Esto no fue una acción punitiva. Diplomáticos de EEUU y Canada sufrieron lesiones cerebrales graves en #LaHabana".
Sobre el tema la agencia norteamericana AP acaba de publicar un artículo titulado "Miles de cubanos que esperan emigrar a EEUU, en el limbo", donde se confirma que los sueños de muchos residentes en Estados Unidos de reunirse con sus familiares "han quedado en suspenso desde septiembre de 2017, cuando el gobierno de Donald Trump retiró a gran parte del personal de la embajada de La Habana en respuesta a incidentes de salud que afectaron a unos 26 funcionarios y sus familias".
De acuerdo con la misma fuente: "El programa Cuban Family Reunification Parole (CFRP) sigue vigente, pero no hay personal consular que procese los casos en la isla y las autoridades no han anunciado otro lugar para seguir los procesos. Otros trámites fueron trasladados a países como Colombia y Guyana".
"La opción para solicitar refugio político -agrega el reporte- también está suspendida y las visas de turismo cayeron de poco más de 16 000 en 2017 a casi 7 000 en 2018. El visado de cinco años con entradas múltiples para los cubanos fue reemplazado por una visa de hasta tres meses con una sola entrada, que debe ser solicitada en un tercer país".
Según AP, "el CFRP permite que unos 20.000 cubanos puedan viajar cada año a Estados Unidos bajo un permiso especial conocido como parole, que se otorga más rápido que una visa de inmigración y de acuerdo con el Servicio de Inmigración y Ciudadanía, unos 20 000 casos del CFRP han sido aprobados y están pendientes de procesamiento adicional en el extranjero. Otros miles no han podido ser procesados".
Lo que el mentiroso por la Florida no ha dicho, ni dirá en Twitter, es que él es uno de los principales instigadores del cuento de los llamados ataques acústicos, los cuales, al decir de Jorge Duany, director del Centro de Estudios Cubanos de la Universidad Internacional de la Florida, forman parte de "un paquete de medidas para poner más presión” al gobierno cubano, y en el que: “El daño colateral es que son rehenes los cubanos que están tratando de emigrar y no pueden hacerlo como lo hacían en el pasado”.
En enero de 2018, como presidente de una audiencia senatorial en la que fue examinado el tema de los fantasiosos ataques, Marco Rubio terminó por considerar que quizás los mismos no fueron acústicos, pero insistió en que no había duda de su existencia y de que el Gobierno cubano o los perpetró o tenía conocimiento al respecto.
"Bueno, posiblemente no son acústicos, posiblemente utilizaron microwave (microondas) u otra tecnología, pero es irrelevante, es importante saber cuál fue el método que fue utilizado pero es como decir que no sabemos si lo mataron con un cuchillo o con un arma de fuego, al final del día supimos que hubo un ataque", le dijo entonces a Efe.
Nadie duda que al senador estadounidense, si de acabar con la Revolución se trata, poco le importe el dolor que provoca la separación de decenas de miles de familias. Los cubanos en EEUU, al parecer no piensan como el actual "consejero" de la Casa Blanca.
La política "no punitiva", diseñada por Rubio y otros personajes de la mafia anticubana de Miami, podría devenir en un boomerang para la actual administración. Según Andy Gómez, un analista político exdirector del Instituto de Cuba de la Universidad de Miami, citado por AP, “muchos cubanos no están contentos con las políticas del presidente” y “la mayoría, si se le aprieta más, puede que no voten por Trump en el 2020”.
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