Nuestra gente en la Cumbre de Lima y las falsas acusaciones

Norelys Morales Aguilera.─ Quien ve a los integrantes de la delegación cubana a la Cumbre de Lima, se da cuenta de que son gente de paz y con conciencia patriótica y latinoamericanista. Son más de un centenar de cubanos, entre legisladores, campesinos, empresarios y académicos, que se encuentran en Lima para participar en foros y encuentros paralelos a la VIII Cumbre de las Américas a celebrarse el 13 y 14 de abril.

"El contacto individual que tendremos con actores sociales de otros países será valioso para decir todas las verdades sobre la Cuba que construimos y tratamos de perfeccionar en medio de un bloqueo económico (de Estados Unidos), y también de deficiencias internas que solo los cubanos podemos solucionar", dijo Orlando Gutiérrez Boza, líder religioso y presidente del Consejo Supremo de la Asociación Abakuá, en una nota dada a conocer por la Agencia Cubana de Noticias.

Sin embargo, la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, que ya se sabe es creación de la NED y la CIA, dirigió una carta, reseñada por EFE el 3 de marzo, al canciller Néstor Francisco Popolizio y otros altos funcionarios peruanos del "grave peligro" que a su juicio representa para la VIII Cumbre de las Américas "la injerencia de agentes de la dictadura cubana".

La carta está firmada por la presidenta de la red, Rosa María Payá, y el coordinador, Jatzel Roman González, quienes advierten del "peligroso error y la incoherencia de la invitación extendida a los representantes de la dictadura cubana" a esta cumbre, tras celebrar que se haya excluido a representantes de la "dictadura venezolana".

Ellos hablan de amenzas y agresiones, pero olvidan que Rosa María Paya había enviado una carta a Luis Almagro con anterioridad, donde piden el apoyo de la OEA, y contiene comentarios de Marco Rubio, que son algo más que amenazas.

Ella se muestra preocupada por la situación en Perú, luego de la desfenestración de Pedro Pablo Kucisnky por corrupto.

Pero, Rosa María había sido tranquilizada por Marco Rubio, para que no sufra un ataque de nervios por falta de dinero.


El Pequeño Marco, no por el mote que le endilgó Trump, sino por su baja estatura moral evidencia el empleo de presidentes corruptos, que no menciona, pero lo sabemos. Calma a la Payá, al respecto del apoyo que le seguirán dando.

A Rosa María de miedo a la verdad, hay que cantarle aquella vieja canción: "Cabo de la Guardia siento un tiro, ¡Ay, estoy herido!"

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