The New York Times: propaganda en modo de derrota


Norelys Morales Aguilera.─ Suelen rasgarse las vestiduras los medios en Estados Unidos, diciendo que hacen periodismo y no propaganda, sin embargo un artículo del The New York Times (NYT) confirma cómo hacer propaganda política contra Cuba. 

Esta vez la agenda Setting (qué y cuánto espacio se da en un medio) fue cantada. El titular lo enuncia: "Cuba aplasta a la disidencia y sofoca las protestas". Es todo lo que tienen que contar los mass media, los medios pagados por Estados Unidos, mal llamados independientes y el coro de las redes anticubanas. 

El NYT no se molesta en verificar otras fuentes que no sean las voces que apoyan la maniobra cuidadosamente planeada por Estados Unidos y sus servidores internacionales. La voz era para los súbditos en Cuba y la derecha anticubana concertada, no para el pueblo que defiende su Revolución.  

Para ellos solo tienen voz los "pacifistas tarifados" a quienes se les victimiza, como a santos corderos que reclaman al "régimen" el santo grial del neoliberalismo y el guion bien estudiado por la CIA de las llamadas revoluciones de colores. No hay individuos del verdadero pueblo que tengan voz, sino los "medios del régimen", que son medios públicos destinados a proclamar verdades y defender la tranquilidad frente a los intentos de caotizar la sociedad para que EE.UU. llegue a poner orden en el "estado fallido" que el mismísimo Joe Biden califica. 

La propaganda imperial que ejecuta el medio estadounidense no está autorizado a escribir sobre el abundante financiamiento del contribuyente de su país que paga generosamente la subversión en Cuba, y mucho menos la capacitación individualizada que ofrecieron a los llamados agentes de cambio en la Isla y los profusos estudios sobre las Fuerzas Armadas cubanas para corroerlas. Esos planes e injerencias no interesan, son los "anhelos de libertad" de los cubanos.  

La necesidad de mentir está en el panfleto político. Para ellos la "voz autorizada" de la mercenaria Yoani Sánchez es muy apropiada hablando de "corte de Internet" que nadie vio y el "miedo del régimen". Enuncian además, sobre cientos de personas encarceladas, refiriéndose a unas decenas quienes en julio pasado protagonizaron disturbios, incluidos lanzar piedras a un hospital infantil. No hablen de encarcelados cuando pasan por alto delitos en su propio país o cualquiera de este mundo. 

El hecho real, es que pasado el 15N los planes yanquis se fueron a bolina, y un supuesto periódico serio se aparece con un libelo que encuadra perfectamente en las matrices de opinión generadas en los laboratorios mediáticos que han trabajado insistentemente en la gran cruzada contra la Isla, porque los planificadores piensan que es la hora de derrocar el socialismo en Cuba. Han llegado al punto de creerse sus propias líneas de deseos.

Se puede colegir que la agresión no ha terminado, lo que subyace en la propaganda que verifica el periodismo hecho en EE.UU. por un notorio medio como el NYT. A ellos importa un comino las numerosas pruebas aportadas desde Cuba de que los armadores y los que esperan ser enterradores están en Estados Unidos. 

El propio 15 de noviembre, ante el fracaso anunciado en el que no creían, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, reiteró que Estados Unidos continuará "comprometido con el apoyo a quienes promuevan un cambio de régimen en Cuba".

En un comunicado emitido ese día, Sullivan criticó las medidas adoptadas por el gobierno cubano para evitar el caos y la desestabilización en la nación caribeña, que celebró este lunes el reinicio del curso escolar presencial y la apertura de sus fronteras al turismo tras 20 meses de enfrentamiento a la Covid-19, informó Prensa Latina, junto a la vacunación masiva que detuvo la pandemia.  

De acuerdo con el funcionario, pese al fracaso de la marcha opositora, Estados Unidos no vacilará en su apoyo a los cubanos en la búsqueda de "libertades fundamentales y una sociedad democrática y próspera".

Claramente, de lo anterior se olvidó el NYT y para que la frustración no sea tan despampanante, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, adelantaba la presentación próxima de nuevos elementos que confirman la campaña alentada desde Estados Unidos para la desestabilización en el país caribeño, de la cual participa el medio estadounidense, haciendo propaganda al mejor estilo de los derrotados. 

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