Muchos lo han visto claramente: después del coronavirus, ya no va a ser posible continuar el proyecto del capitalismo como modo de producción, ni del neoliberalismo como su expresión política. El capitalismo sólo es bueno para los ricos; para el resto es un purgatorio o un infierno, y para la naturaleza, una guerra sin tregua. Leonardo Boff
Basta con mirar los rostros de los presidentes que representan al capitalismo salvaje en tiempos de la decadencia o escuchar sus “discursos”, para entender a algunos analistas que mencionaban cómo los imperios comienzan a suicidarse lentamente y se parecen a un monstruo que aún mantiene sus garras extendidas por diversos lugares del mundo, las que también se van contrayendo, debilitándose paulatinamente hasta el estertor final. Pero allí no termina todo, porque se necesitan años para a cambiar la piel de la serpiente del colonialismo, que nos recubre y nos encubre. Stella Calloni
Tras la pandemia nos espera una región con mucho más pobres y desempleados, así como la generalización de empleos precarios e informales. Esto es, un continente cuyas condiciones estructurales de exclusión y precariedad se verán ostensiblemente fortalecidas. Con lo cual, los avances que dimos, sobre todo en la década de mayoría de gobiernos progresistas entre 1998 a 2013, en términos de reducción de pobreza y ampliación de servicios públicos de calidad enfocados en las poblaciones vulnerables, retrocederán considerablemente. Así, la covid-19, en este continente que es el más desigual del planeta, recrudecerá dicha iniquidad con sus nefastas secuelas para los más humildes. Debemos esperar, a partir de la pandemia, una profundización de problemáticas como desnutrición infantil, indigencia y criminalidad; las cuales se asocian directamente con pobreza y exclusión. De ahí nuestro enunciado de que, si bien la covid-19 dejará muchos muertos lo que siempre es muy lamentable, su impacto más brutal radicará en las condiciones de debacle económica y social que instalará. Elvin Calcaño Ortiz
Sin claridad sobre el futuro, en la región todavía está lejos el planteamiento por un cambio permanente del rumbo histórico, que implique al menos la construcción de economías sociales. Es, en esencia, un problema de correlación de fuerzas sociales y políticas, porque la hegemonía de las elites económicas ricas, no ha logrado ser abatida. Juan J. Paz y Miño Cepeda
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