Sin embargo, lo que distingue y llena de sano optimismo, ante la gente cubana, es que pese a cualquier avatar o contratiempo, esos abanegados hombres y mujeres no dejan de pensar en los demás. Y, más que pensar, actuar.
Acaban de donar más 3 mil CUC de sus ganancias para el programa materno infantil del territorio. Acaso no conocen al niño que requiere un medicamento o mejor alimentación. Acaso esa madre o familiares les son desconocidos, pero saber del desprendimiento es un acto común que eleva el espíritu.
Crecen esos trabajadores y crece ver el ejemplo.
Hizo bien el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba en llegar a departir con esos hombres y mujeres que bregan con el mar, el clima y las duras faenas en las que honradamente dan porque esa es una esencia, que los tiempos no han borrado entre la gente de esta tierra aguerrida.
No se compara, dice una señora entrada en años, con lo que hicieron los jóvenes del 9 de abril de hace 60 años. Imagina que cuando explotaron los generadores de la antigua carpintería Linares, salieron a las calles para tomar la ciudad y desterrar la tiranía. Lo hicieron. Fueron solo 24 horas en que la dictadura de Batista se quedó sin una ciudad, que fue libre. Luego vino la represión y el saldo de 13 hombres conocidos y un heroico desconocido que venía del 5 de septiembre en Cienfuegos.
A los mártires se les recuerda siempre. Pero, ningún mejor recuerdo ni homenaje que la obra cotidiana y eso es lo que hoy demuestran en Sagua la Grande. Algo que también existe en muchos lugares de esta Isla. Así lo dijo Ulises Gillarte De Nascimiento, quien participó en la celebración de la llamada Villa del Undoso, Sagua la Grande, junto al primer secretario del Partido en Villa Clara, Julio Lima Corso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario