Hace pocos días el ministro de Asuntos de la Diáspora israelí, Naftalí Benet, anunció la puesta en marcha de un nuevo sistema de rastreo y análisis capaz de detectar, a escala global y en tiempo real, cualquier mensaje antisemita difundido en internet, principalmente a través de las redes sociales de Facebook y Twitter, según informó la agencia Efe. Tal anuncio evidencia el objetivo de ocultar, mediante la vigilancia y la amenaza, cualquier informe negativo a los sionistas, en las redes puesto que los crímenes de Israel solo son posibles a la fuerza.
Mientras, también se supo que Yacov Lazovik, ex director de los Archivos del Estado de Israel, ha explicado que el gobierno de Benjamín Netanyahu pretende ocultar de forma deliberada aquellos archivos relacionados con sus propias prácticas en los Territorios Palestinos Ocupados (TPO), y que debido a la gravedad de estas informaciones se podría provocar una situación vergonzosa frente a la comunidad internacional, publicó la web Monitor de Oriente.
Loozbak, en un informe, reproducido por el diario hebreo Haaretz, afirmaba que “la mayoría de las materias conservadas en los archivos del estado son secretas, y el pequeño porcentaje restante, cuando es expuesto a la opinión pública, lo hace con restricciones injustificadas y sin ninguna supervisión pública ni transparencia”.
“El Estado utiliza pretextos de seguridad con el fin de ocultar aquellas cuestiones que puedan resultar escandalosas, como las infracciones de los derechos humanos de la población palestina u otros actos que se realizaron en su nombre y de los que no se siente orgulloso”, afirmaba la declaración.
“Los israelíes han cometido crímenes de guerra aquí y allí, y el Shabaak (el servicio de seguridad del Shin Bet) estaba enfocado contra la minoría árabe de la sociedad (…). Israel ha tratado a sus ciudadanos árabes de una manera que no respeta los estándares de un estado democrático.”, proseguía el ex militar hebreo.
Loozbak criticó también la política de retención de informaciones del Archivo de Estado de Israel en los últimos años por mantener en secreto multitud de cuestiones, diciendo: “Ciertamente, la divulgación de datos sobre el propio comportamiento es un requisito previo para la existencia de una sociedad democrática, y no es un peligro que deba ser prevenido mediante la ocultación de información.”
Además, aclaró que de los aproximadamente tres millones de archivos que se guardan en los “Archivos del Estado”, sólo unos 550.000 archivos han sido expuestos a la opinión pública, lo que implica que, siguiendo el ritmo actual, se necesitarían más de dos mil años humanos para la digitalización de estos documentos y para que la opinión pública llegara a tenerlos a disposición.
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