De acuerdo con los testigos locales citados por HRW, por lo menos siete civiles, entre ellos cinco niños, perdieron la vida durante un bombardeo estadounidense llevado a cabo el pasado 23 de septiembre en la localidad de Kafr Deryan, en la provincia noroccidental de Idlib.
HRW ha comprobado, a partir de las imágenes de vídeo, que la ofensiva se realizó con misiles Tomahawk, utilizados por las fuerzas estadounidenses durante sus incursiones aéreas iniciadas el pasado martes en el territorio sirio so pretexto de luchar contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
Los lugareños afirman que ese ataque fue indiscriminado, ya que los terroristas no estaban congregados en Kafr Deryan, sino a un kilómetro de distancia.
El Pentágono niega que los ataques aéreos de la llamada coalición internacional, liderada por EE.UU., contra Daesh, que se llevan a cabo sin la coordinación del Gobierno sirio hayan provocado bajas civiles.
No obstante, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), estos bombardeos se han cobrado la vida de, al menos, 13 civiles en Siria.
En este contexto, el director adjunto de HRW para Oriente Próximo, Nadim Houry, ha instado a Washington a "investigar estos presuntos ataques ilegales que se cobran la vida de civiles y hagan públicos sus resultados".
Por otra parte, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advirtió el pasado viernes de que los ataques aéreos estadounidenses en Siria e Irak agravan las consecuencias humanitarias de los conflictos en ambos países.
Fuente: HispanTv
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