Salvador López Arnal.- Brevemente, muy brevemente.
No sé si es aportación de la periodista que firma el artículo (acaso con pseudonimo) o recreación de los editorialistas -o afines- del global-imperial. Sea como fuere, hay que pensar, hablar y escribir desde abismos inconmensurables de reacción, desde el conservadurismo político-cultural más extremo, desde el activismo reaccionario más dogmático y cerril para escribir, y publicar en primera página, un compás periodístico, el primer párrafo de la nota, como el siguiente: “Raúl Castro necesitaba ensalzar los valores socialistas, necesitaba advertir a los jóvenes cubanos del peligro del consumismo y de la eterna amenaza del imperialismo estadounidense. Si no, qué clase de festejo del 55º aniversario de la revolución habría presidido este 1 de enero” [el énfasis es mío].
¿Qué niveles de ignominia permiten escribir así? ¿Qué abyección en vena posibilita una reflexión con este grado de prepotencia, chulería, seguridad reaccionaria y descalificación del otro? ¿A qué lectores está dirigido este ejemplo de ignominia?
La crónica” la firma Maye Primera. Desde Miami por supuesto. Y para la historia universal de la infamia, por supuesto también.
Nota:
[1] El País, 3 de enero de 2014
Rebelión
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