Documentos no clasificados como secretos por la USAID (Iniciativa SOL-OAA-13-000110) contenían información detallada sobre programas del gobierno de Estados Unidos para ayudar a disidentes cubanos como parte de una campaña semiclandestina para derribar al “régimen comunista.” [1] Pero esto se sabía desde una convocatoria lanzada por la Agencia en 2012. [2]
Y sin embargo, ahora provoca temores esa campaña que llaman “semiclandestina”, pues pone de
manifiesto su carácter agresivo e injerencista, que tanto se empeñan en ocultar. Las acciones del gobierno norteamericano y sus implicados, tanto funcionarios de la USAID como diplomáticos y sus asalariados en la Isla son delitos, sancionados con más severidad por las leyes norteamericanas que las cubanas.
Al publicar la citada nota El Nuevo Herald para su control de daños, pretende trivializar la gravedad del suceso y a la vez alerta: “Es una soberana estupidez”, dijo un funcionario de uno de los grupos que generaron los documentos, que pidió anonimato, con solicitudes extremadamente detalladas para un programa de USAID de $6 millones para “entrenar a líderes emergentes de los sectores no gubernamentales de Cuba”.
“Su solicitud de más de 200 páginas contenía la historia completa de su trabajo anterior en los programas prodemocracia en Cuba de USAID, dijo el funcionario, los nombres de algunos posibles candidatos para recibir el entrenamiento y los lugares donde podrían ser entrenados.”
Un contrato de la agencia explica del siguiente modo que sabe el riesgo que implica la agresión a Cuba después de que fuera detenido y sancionado Alan P. Gross [3] un abastecedor de medios para la contrarrevolución isleña: “…USAID no puede ser considerada responsable de cualquier daño o inconveniencia sufrida por individuos que viajen a la isla con fondos de USAID”.
Además, una presentación de diapositivas para “organizaciones no gubernamentales”, como llaman a sus mercenarios cubanos, que han recibido financiamientos de USAID les aconseja reportar cualquier “preocupación de seguridad, incluyendo acoso o detención por parte del gobierno de Cuba”.
Lo anterior indica que están listos los laboratorios mediáticos para contrarrestar cualquier acción que pueda sobrevenir por parte del gobierno cubano, que puede, y en mi opinión debería, aplicar las sanciones correspondientes a individuos y organizaciones que trabajan para subvertir el orden constitucional en la Isla y propiciar la intervención abierta del gobierno de Estados Unidos.
De modo que El Nuevo Herald hace control de daños y a la vez alerta porque sabe que el gobierno de Estados Unidos, las organizaciones que se dedican a la industria de la contrarrevolución en ese país y sus servidores, no solo financian y reciben financiamiento de una potencia extranjera que declara a Cuba su enemigo, sino que realizan acciones verdaderamente sancionables, parte de la guerra encubierta que ejecuta Washington contra La Habana.
Notas
[1] http://www.elnuevoherald.com/2013/11/18/v-fullstory/1617258/error-revela-planes-de-washington.html
[2] http://islamiacu.blogspot.com/2012/06/usaid-lanza-convocatoria-violar-leyes.html
[3] http://islamiacu.blogspot.com/2010/10/alan-gross-contratista-ilegal-para.html
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