La fiebre de los drones

Norelys Morales Aguilera.- En 2002, los militares estadounidenses gastaron alrededor de 550 millones de dólares en drones, vehículos aéreos no tripulados, UAV por siglas en inglés (Unmanned Aerial Vehicle), o sistema aéreo no tripulado, UAS (Unmanned Aerial System), usados generalmente en aplicaciones militares.

En 2011, la cifra estaba cerca de los 5 mil millones. El Congreso de Estados Unidos aprobó la semana pasada una ley que permitirá al Gobierno estadounidense, durante el 2020, desplegar hasta 30.000 aviones espías no tripulados en su espacio aéreo.

Otros datos indican que Estados Unidos está ejecutando ataques con drones cada vez con mayor frecuencia en diferentes lugares. Barack Obama emplea drones equipados con misiles en promedio una vez cada cuatro días, mientras que su antecesor George W. Bush lo hizo solamente una vez cada 47 días.

Un comunicado del Pentágono menciona un inventario de siete mil 500 drones y recordó que antes de septiembre de 2001 las instituciones militares norteamericanas contaban con 50 drones, y a inicios de 2012 la relación es de uno de estos modelos por cada tres aviones militares tradicionales.

El Departamento de Defensa trabaja junto con la Administración Federal de Aviación (AFA) para legalizar el uso cotidiano de drones (naves militares sin piloto) en el espacio aéreo estadounidense, sin interferencias judiciales.

Es un hecho que los ‘drones‘ se han convertido en un arma más de la policía estadounidense. Son los mismos aparatos que el ejército de EEUU utiliza en sus misiones militares en Afganistán, Pakistán e Irak, escenarios de su guerra global contra el terrorismo donde se han registrado centenares de muertos entre la población civil.

Dotados de sistemas de radar y de sensores, y provistos de potentes cámaras de video capaces de detectar actividad de cualquier tipo a distancia tanto de día como de noche. Estas aeronaves pueden volar hasta a una altura de 5.700 metros en misiones de hasta 20 horas.

A fines del 2011 defensores de derechos humanos en una carta abierta a Obama pidieron reconsiderar su política del uso de aviones no tripulados para ataques militares. También pidieron privar a la CIA de la autoridad para llevar a cabo tales operaciones debido a su poca transparencia.

El hecho es que hay aviones pájaro, aviones no tripulados bajo el agua, aviones no tripulados dentro de drones, aviones no tripulados de reconocimiento facial, y quizás el más aterrador, es el que se está probando en Georgia, que no requiere ningún control humano, según fuentes periodísticas en Estados Unidos.

Los expertos de Washington también empiezan a preocuparse por esta 'afición' a los 'drones' de la administración Obama inquietos por lo que serán capaces de hacer a medida que se desarrolle la tecnología.

Los especialistas destacan que mientras que no se pueda detener la evolución de estos aparatos letales, el objetivo más importante es no dejarlos perjudicar a ciudadanos inocentes. Un objetivo difícil alcanzar.

La Casa Blanca casi no divulga detalles sobre estos programas. Solo algunos comités gubernamentales tienen acceso limitado a la información de las operaciones llevadas a cabo con ayuda de los 'drones'.

Este secretismo engendra sospechas, pero ha sido divulgado que Estados Unidos construye en África y la Península Arábiga una red secreta de bases militares para sus “drones”.

Son difíciles de detectar, mortíferos para los agredidos y relativamente baratos de construir. El mercado de los drones se está incrementando alrededor del mundo, pesar de la dudosa legalidad de asesinar sin juicio a sospechosos de terrorismo y el empleo para otros fines.

Debería exigírsele al Gobierno de EE. UU. aclarar y explicar la base legal de las operaciones con el uso de estos aparatos, cuyo empleo no reconoce fronteras y que al parecer irán a más. Una fiebre hegemónica que desampara el derecho internacional.[ESPECIAL PARA CUBAHORA.CU]

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