La USAID no es otra cosa que una agencia más del aparato de espionaje, injerencia y desestabilización de EEUU: lo confirman una sucesión de hechos recientes que enseñan, más que nunca, que las propuestas de ayuda humanitaria de Washington no tienen otro propósito que infiltrar los dispositivos de penetración de sus distintos servicios de inteligencia.
La llamada Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) es, oficialmente, responsable de planificar y administrar la asistencia económica y humanitaria en el exterior. Sin embargo, desde su creación en 1961 por el Presidente John F. Kennedy (él de la fracasada invasión de Cuba en Playa Girón), la agencia siempre tuvo en sus filas una importante presencia elementos de los servicios especiales que nunca titubearon en usar este organismo como cobertura.
Históricamente, es famoso el caso de Dan Anthony Mitrione, instructor norteamericano en técnicas de tortura, que se apareció en Uruguay con credencial de la USAID, a finales de los 70, para adiestrar a repressores, en un programa secreto de destrucción de las fuerzas de izquierda en toda América Latina.
También se conoce como en 1971, la CIA usó a Antonio Veciana, un agente cubanoamericano de Miami – sigue vivo, en Miami – que había ubicado como especialista en finanzas en la USAID de Bolivia, para organizar el intento de asesinato contra el Presidente Fidel Castro durante un viaje del líder cubano a Santiago de Chile. Veciana recibió en esta operación la ayuda del terrorista internacional Luis Posada Carriles, entonces con la DISIP de Caracas, que evacuó a los francotiradores hacia Miami después del fracaso del complot.
BOLIVIA ANALIZA SU EVICCIÓN DEFINITIVA
Eventos recientes ponen en evidencia el carácter eminentemente peligroso del organismo oficial de Estados Unidos que siempre intentó maquillar su verdadera identidad.
En Bolivia, senadores y diputados del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) en la Asamblea Legislativa de Bolivia acaban de proponer la expulsión total y definitiva USAID “porque lo único que ha hecho es daño al territorio nacional”.
Las “garras del imperio norteamericano” están en organizaciones “clandestinas” en el país con apoyo de USAID, denuncia el líder parlamentario del MAS, Edwin Tupa, que señalo como esta organización norteamericana “quiere desestabilizar un Gobierno democráticamente elegido y con una amplia votación por el pueblo boliviano”.
En Venezuela, la USAID prevé arrojar para el año 2012 una nueva cascada de dólares a través de la Oficina para las Iniciativas hacia una Transición (OTI) de la USAID, para fomentar la subversión al financiar grupos políticos contrarrevolucionarios, justamente cuando está en juego el futuro de la Revolución Bolivariana y de su líder, el Comandante Hugo Chávez.
Lo reveló la abogada e investigadora Eva Golinger al enseñar como el Gobierno de Barack Obama distribuirá esta suma multimillonaria entre los partidos políticos y ONGs contrarios al proceso revolucionario venezolano.
En Cuba, acaba de pronunciarse la condena del agente de la USAID Alan Philip Gross a 15 años de prisión por haber violado la soberanía nacional al intentar distribuir en el país equipos de comunicaciones ilegales con fines de inteligencia.
Gross trabajaba oficialmente de contratista de la Development Alternatives, Inc. (DAI), uno de los subcontratistas más importantes de la USAID. DAI tiene un contrato de 50 millones de dólares en Afganistán mientras en América Latina, aparecen sus huellas en Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Perú, República Dominicana y Venezuela.
En abril 2010, una empleada de DAI fue ejecutada en Kandahar, Afganistán, frente a sus oficinas mientras en diciembre 2009, cinco estadounidenses de DAI fueron también ultimados en Afganistán cuando explotó una bomba en la oficina de la USAID de Gardez. Leer más en Aporrea.org
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