Norelys Morales Aguilera- Después de la victoria electoral republicana, ha comenzado la operación de rehabilitación de George Bush, imprescindible para que los conservadores tengan aspiraciones de reconquistar la Casa Blanca en 2012, según considera un artículo de El País de España.
El libro de memorias del ex presidente, “Decision Points”, será lanzado el martes sin saberse si de verdad lo escribió, aunque el ex presidente firmará autógrafos. La ofensiva republicana incluría además, entre sus ingredientes la publicación de otros libros de dos de las figuras más controvertidas del bushismo: Donald Rumsfeld, ex secretario de Defensa, y el vicepresidente Cheney.
Sobre el libro de Bush, uno de sus asesores electorales, Mark McKinnon, afirmó: "Creo que con este libro y con el paso del tiempo, la mayoría de la gente empezará a reconocer que, independientemente de que te guste o no, Bush es genuinamente decente y un buen hombre de nobles intenciones".
El “decente y buen hombre de nobles intenciones” reconoce en el texto su papel en la decisión de torturar a sospechosos de terrorismo, rechaza las críticas por su manejo de la crisis tras el paso del huracán Katrina y admite que en su momento quiso destituir a su vicepresidente, Dick Cheney, según fragmentos del libro difundidos por The Washington Post y The New York Times.
Bush revela en sus memorias que cuando la CIA le pidió su autorización para aplicar la técnica de ahogamientos simulados a Jalid Sheikh Mohammed, cerebro de los atentados del 11 de septiembre, Bush respondió: “¡Demonios que sí!”, admite.
Además, defiende su decisión de invadir Irak y sostiene que sacar del poder a Saddam Hussein hizo al mundo más seguro, aunque lamenta haber reducido el número de soldados estadounidenses en los meses que siguieron al derrocamiento del régimen iraquí. Admite también que el hecho de que no se encontraran armas de destrucción masiva en Irak le produjo una sensación “desagradable” que aún lo perturba.
Los resultados de la contienda electoral recién concluida se convertirán en un importante indicador de las tendencias de los votantes con vista a la campaña presidencial de 2012. Para la mayoría de ellos y las influencias que generan las empresas en los resultados electivos, la guerra de Irak ha quedado en el olvido y la gente parece más preocupada por la situación económica que por la transgresión de los principios democráticos cometidos durante la administración Bush. Así anda el imperio.
(Elaborado con informes de Agencias)
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