La idea expresada por el presidente J.F. Kennedy de crear “una civilización americana en la que, dentro de la rica diversidad de sus propias tradiciones, cada nación [fuera] libre de seguir su propio camino hacia el progreso”, nunca tuvo que ver con Cuba.
Estados Unidos al frente de la Organización de Estados Americanos (OEA propició la expulsión de Cuba del “ministerio de colonias yanquis” como la llamara Raúl Roa el canciller cubano en esos años.
A la luz de los nuevos tiempos, el presidente Barack Obama, proclama programáticamente "Seguimos siendo la nación más próspera y poderosa de la Tierra", por lo tanto, la OEA continúa de la mano de sus creadores en Estados Unidos.
Para que no quede dudas, en un evidente contrasentido una dependencia de la OEA, a la cual Cuba no pertenece, ni ellos visitan, ni la Isla tiene obligación de rendirles cuenta por simple respeto a sí misma, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se califica a Cuba de un país donde “no son respetados estos derechos fundamentales.”
Fidel Castro escribe al respecto su Reflexión Otra vez la podrida OEA.
La resolución aprobada bajo el título “Exclusión del actual Gobierno de Cuba de su participación en el Sistema Interamericano”, en 1962, estipula los siguientes puntos:
1.—La adhesión de cualquier miembro de la Organización de los Estados Americanos al marxismo-leninismo es incompatible con el sistema Interamericano y el alineamiento de tal gobierno con el bloque comunista quebranta la unidad y la solidaridad del Hemisferio.
2.—El actual gobierno de Cuba, que oficialmente se ha identificado como un gobierno marxista-leninista, es incompatible con los propósitos y principios del sistema Internacional.
3.—Esta incompatibilidad excluye al actual gobierno de Cuba de participación en el sistema Interamericano.
4.—El Consejo de la Organización de los Estados Americanos y los órganos y organismos del Sistema Interamericano adoptarán sin demora las providencias necesarias para cumplir esta resolución.
Cuatro días después de la exclusión de Cuba de la OEA, el 3 de febrero, el presidente Kennedy firmó la Orden Ejecutiva No. 3447, estableciendo el bloqueo total sobre el comercio entre Cuba y los Estados Unidos. Como dato curioso, antes de estampar su firma, mandó a comprar varias cajas de tabaco cubano que se comercializaba en Estados Unidos.
Otras administraciones continuarían retorciendo la tuerca hasta las aberraciones de Bush, dignas de los mafiosos de Miami y los que han hecho de la contrarrevolución un negocio.
Pero, eso sí, siempre en nombre de la democracia o los derechos fundamentales, en los cuales se obvia el más elemental que es el de la vida y la salud, la educación y otros, que hoy los están haciendo reales los “populistas” y “dictadores” con sus pueblos en América Latina, en el más contumaz lenguaje de los grandes medios y de aquellos a quienes sirven.
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En este documental John Pilger sugiere que, más allá de llevar la democracia a todo el mundo, como siempre proclama el Gobierno de los EUA, en realidad éste está haciendo todo lo posible para obstaculizar su avance.
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