Jean-Guy Allard. - Mario Raúl Pazmiño Silva (Cedula 1705693016) es un puro producto del mecanismo USA de captación de agentes en América Latina, tal como descrito por Philip Agee, el ex agente CIA. En 1985, al joven militar Pazmiño, con disposición para la inteligencia, lo mandaron a la Escuela de las Americas de donde salió preparado para pronto integrarse a la red de la Embajada USA de Quito.
Tanto es así que un solo año después, en 1986, Mario Pazmiño – encaminado por sus oficiales de caso – ya integraba una unidad de inteligencia especial como la Compañía de Contrainteligencia Quito (CCIQ) en los grados de capitán y mayor, una unidad de investigación que centra su atención sobre la contrainsurgencia y que orienta otras instancias militares y policiales de similar configuración.
Ultraderechista militante, Pazmiño se dedica mientras tanto a conformar con algunos de sus semejantes – entre los cuales el General Edgar Vaca de la Policía Nacional – la llamada Legión Blanca, grupo clandestino de perfil fascista, terrorista, que se dedica a amenazar de muerte a izquierdistas. Con la bendición de órganos de espionaje extranjeros.
“La hoja de vida del coronel Mario Pazmiño Silva denota una formación muy efectiva por los organismos de seguridad de los Estados Unidos y de Israel”, señaló Ecuadorinmediato.com, confirmando todas las sospechas.
Pazmiño será luego el director de Inteligencia del Ejército, puesto clave que consiguió por la voluntad de sus amos, que le convertirán en “hombre fuerte” del conjunto de este sector eminentemente sensible.
Según el Informe de Penetración de la CIA en las Fuerzas Armadas y Policía Nacional (2008), Pazmiño – algo típico de los oficiales con respaldo yanqui – utilizaba según su voluntad personal, sin referirse a la autoridad estatal, con un absoluto nivel de arbitrariedad, los inagotables y múltiples recursos “regalados” en el marco de la “cooperación” con EEUU.
El informe, difundido en el 2008, señalaba como muchos miembros de los cuerpos policíacos y militares desarrollaban entonces una verdadera “dependencia” hacia la Embajada de Estados Unidos.
CHOQUE CON LA REALIDAD: LA LLEGADA DE CORREA
El periodista e investigador Dick Emanuelsson, cita el correo electrónico del 12 de julio de 2005 del jefe de comunicaciones de la División Estratégica de Desarrollo de la USAID en Ecuador, enviado a representantes de la USAID en Quito, donde la ONG estatal yanqui ya alerta acerca de una cierta “influencia comunista” representada por Rafael Correa entonces ministro de economía bajo la presidencia transitoria de Alfredo Palacio.
La subida a la presidencia de Correa quién se afirmó como el líder progresista de la nación andina, iba a sacudir el confort intelectual del “hombre de la Embajada” en este sector más que sensible.
“Siempre fue un murmullo en los círculos militares y políticos que Pazmiño era el operador clave de los organismos de inteligencia extranjeros en el país andino pues entregaba los informes de la inteligencia primero a otras inteligencias extranjeras en vez de reportar sobre asuntos delicados del Estado a su presidente”, señala Emanuelsson.
El primero de agosto del 2005, es designado comandante del CEM-29-BIM, una brigada de inteligencia, hasta que el 22 de mayo del 2006 se consigue el puesto de Agregado Militar Adjunto a la Embajada del Ecuador en Washington.
Ya su carrera militar se acerca a su fín.
“LO BOTAMOS PORQUE ERA PAGADO POR LA CIA”
En el 2008, fue descubierto la extensión de su sumisión como jefe de inteligencia del ejercito a los servicios de espionaje norteamericanos al observarse su comportamiento traicionero en relación con el bombardeo del 1 de marzo de 2008 a un campamento de las FARC en Angostura, en el que murieron 26 personas, entre ellas “Raúl Reyes”, cuatro estudiantes mexicanos y un ecuatoriano.
Pazmiño fue entonces destituido de todas sus responsabilidades.
“Lo botamos porque descubrimos que era pagado por la CIA, indicó entonces el Presidente.
Pazmiño regresó a su domicilio para, a partir de este momento, dejarse entrevistar por la prensa burguesa, difamar el gobierno Correa, y … conspirar. Desde El Universo oligárquico hasta la CNN imperial, Pazmiño se convirtió en el interlocutor ideal en la guerra sucia de la desinformación desencadenada desde Washington en contra del gobierno de Ecuador.
Pazmiño multiplica entonces los viajes a Miami donde se une a la fauna mafiosa cubanoamericana, bajo el dominio de la inteligencia yanqui, y a los planes manejados por el expresidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez y su socio, el prófugo cubano Carlos Alberto Montaner, terrorista que la CIA convirtió hace cinco décadas en oficial de propaganda disfrazado de intelectual “prestigioso”.
En el santuario terrorista de Miami, donde la agencia acoge y jubila a su personal sudamericano y caribeño, Pazmiño se encuentra con Gustavo Lemus, conocido en Quito como el jefe de los torturadores en el gobierno socialcristiano de León Febres Cordero (1984-1988).
Siete días antes del intento de golpe de estado en Ecuador, Pazmiño aparece como uno de los líderes en la reunión conspirativa sostenida bajo auspicios del llamado Instituto Interamericano por la Libertad y la Democracia, una criatura CIA, con su socio el torturador Lemus.
Ahí el golpista Gutierrez llama a “sacar” del poder al presidente Rafael Correa.
Rodeado por varios contrarrevolucionarios cubanos identificados al terrorismo, Carlos Alberto Montaner, bajo los aplausos de esa tropa traidora, expresa que “Gutiérrez es una de las esperanzas de la reconquista democrática para Ecuador”.
Con intenciones evidentes – parte del plan de desestabilización norteamericano – el jefe del “Partido Sociedad Patriótica” habló con insistencia de un supuesto descontento militar “causado por el desmantelamiento de los aparatos de inteligencia” y afirmó que “el coronel Mario Pazmiño (sentado a su lado con Montaner) ha sido uno de los que ha sufrido eso”.
El aspirante golpista a la presidencia le promete abiertamente entonces a Pazmiño entregarle sus antiguos privilegios.
El 30 de septiembre del 2010, Lucio Gutiérrez, su denominada “Sociedad Patriótica”, y los sectores más violentos de la derecha respaldaban la asonada golpista - la supuesta “rebelión policial” – que por poco le cuesta la vida al presidente Correa y deja cinco muertos y una docena de heridos.
Este día en Miami, Gustavo Lemus irrumpe en el consulado de Ecuador en Miami con un comando de partidarios de Gutiérrez y de extremistas cubanoamericanos.
El Ministerio del Interior ecuatoriano acusa a Pazmiño – que hasta ahora andaba suelto – de divulgar información reservada y frustrar un operativo al impedir la detención de los tripulantes de una narcoavioneta. Con sus filtraciones, el ex jefe de la Inteligencia “atentó contra la seguridad de Estado, contra la vida de los policías y del Fiscal en el caso”, denunció el ministro ecuatoriano del Interior José Serrano. [CONTRAINJERENCIA]
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