Norelys Morales Aguilera.- Tan simple como aplicar un silencio sepulcral en los medios que hablan de “represión”, “dictadura” y un largo etcétera después que la Televisión cubana ofreciera los testimonios que involucran el gobierno de los EE.UU., terroristas y otros con el sostenimiento de una "disidencia" caracterizada hasta por los propios diplomáticos yanquis, como más interesada en dinero que en vínculos sociales con algún asidero etico. Apenas unas tres agencias internacionales. Ningún medio corporativo. Están mudos al respecto El Miami Herald, Infobae, El País,... los paladines de la agresión. En contraste, es práctica permanente que cualquier mentira o tergiversación provoca millares de informes.
AFP reseña el documental que apreciaron los cubanos y para “contrastar” distanciándose de la verdad ofrecida escribe: “La Habana considera a los opositores "mercenarios" al servicio de Estados Unidos, y el programa televisivo de este sábado trató de reforzar esa imagen.”
En el mismo sentido la agencia Efe publicó balbuceantes declaraciones de un viejo camaján de las campañas mediáticas: Elizardo Sánchez, quien ha dicho que las pruebas que el gobierno cubano presentó a su pueblo son una “campaña de descrédito”. Con ello podemos comprender lo que dirán los medios que no apliquen el apagón y repetirán los anexionistas cubanos.
En declaraciones a Efe, el "portavoz de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional" (CCDHRN), Elizardo Sánchez, consideró que esa emisión forma parte de la "permanente campaña de descrédito" del Gobierno hacia los disidentes al tiempo que lo calificó de "rudimentario" e "irrelevante". También dijo que eran “actos de propaganda”.
Sin embargo, no puede desmentir las afirmaciones de Moisés Rodríguez, quien estableció vínculos Sánchez en la prisión y a partir de ahí, tuvo la oportunidad de recibir instrucciones para actividades conspirativas incluso de los funcionarios de la Oficina de Intereses de Washington en La Habana, según la reseña de PL del material televisivo que desnuda a los “activistas” cubanos.
El agente Vladimir para la Seguridad cubana, a la que tanto temen porque en ella trabajan hombres y mujeres por convicciones, fue hasta enviado por dicha Oficina a Miami donde tuvo entrevistas con connotados terroristas, entre ellos Luis Posada Carriles y conoció de los planes para tratar de consolidar en Cuba un movimiento desestabilizador.
Para ello, se utilizarían como punta de lanza contra Cuba, las denominadas Damas de Blanco, financiadas directamente desde Estados Unidos por medio de una fundación dirigida por otro terrorista, Santiago Alvárez, subordinado a Posada Carriles.
Los nombres de Marta Beatriz y Laura Pollán, dirigentes de ese grupo, surgieron en las grabaciones de las conversaciones telefónicas con Estados Unidos y en las imágenes de distribución de las cantidades de dinero que continuamente se enviaban para pagar a las Damas de Blanco.
Por su parte, otra demoledor testimonio de las campañas mediáticas contra la Isla, lo dio Carlos Serpa Maceira, un protagonista, quien tenía a su cargo la transmisión de falsas informaciones sobre lo que ocurría en Cuba para Radio Martí y otros medios.
Serpa, incluso, hizo la prueba para la filmación del documental de la transmisión de una inexistente detención que le hacía la policía cubana y la inmediata reproducción por Radio Martí de tal noticia falsa.
Otro caso similar es el de Laura Pollán hablando con los medios de difusión estadounidenses sobre la represión que sufría en ese momento de parte de la Seguridad cubana mientras las cámaras revelaban que ni un solo agente se encontraba en toda el área donde se concentraban las Damas de Blanco.
Dicha noticia también la reprodujo El País de España. La pobre señora es alentada por un personaje ensangrentado como el golpista Michelleti desde Honduras.
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