Moisés Rodríguez y Carlos Serpa testimonian sobre el mercenarismo de los "disidentes"
La televisión cubana ha mostrado las vinculaciones de elementos contrarrevolucionarios, esos que los medios corporativos favorecen, con Estados Unidos, según informa PL. Una amplia repercusión han tenido entre la ciudadanía los hechos revelados.
El documental transmitido en la noche de este sábado 26 de febrero hizo públicas pruebas obtenidas por colaboradores de Seguridad del Estado que, durante largo tiempo, convivieron con grupúsculos que operan en la isla y cumplen órdenes de terroristas radicados en territorio norteamericano.
Moisés Rodríguez, un trabajador de la Aduana del aeropuerto internacional José Martí y Carlos Serpa, un joven devenido periodista independiente al servicio de los medios de difusión anticubanos, develaron los secretos de los supuestos disidentes y defensores de los derechos humanos en Cuba.
Rodríguez estableció vínculos en la prisión con el contrarrevolucionario Elizardo Sánchez y a partir de ahí, tuvo la oportunidad de recibir instrucciones para actividades conspirativas incluso de los funcionarios de la Oficina de Intereses de Washington en La Habana.
El agente Vladimir para la Seguridad cubana fue hasta enviado por dicha Oficina a Miami donde tuvo entrevistas con connotados terroristas, entre ellos Luis Posada Carriles y conoció de los planes para tratar de consolidar en Cuba un movimiento desestabilizador.
Para ello, se utilizarían como punta de lanza contra Cuba, las denominadas Damas de Blanco, financiadas directamente desde Estados Unidos por medio de una fundación dirigida por otro terrorista, Santiago Alvárez, subordinado a Posada Carriles.
Los nombres de Marta Beatriz y Laura Pollán, dirigentes de ese grupo, surgieron en las grabaciones de las conversaciones telefónicas con Estados Unidos y en las imágenes de distribución de las cantidades de dinero que continuamente se enviaban para pagar a las Damas de Blanco.
En el caso de Carlos Serpa, quien tenía a su cargo la transmisión de falsas informaciones sobre lo que ocurría en Cuba para Radio Martí y otros medios norteamericanos participantes en la campaña, mostró en el documental la forma en que se conducía esa actividad ilegal.
Serpa, incluso, hizo la prueba para la filmación del documental de la transmisión de una inexistente detención que le hacía la policía cubana y la inmediata reproducción por Radio Martí de tal noticia falsa.
Otro caso similar era el de Laura Pollán hablando con los medios de difusión estadounidenses sobre la represión que sufría en ese momento de parte de la Seguridad cubana mientras las cámaras revelaban que ni un solo agente se encontraba en toda el área donde se concentraban las Damas de Blanco.
Para mí Cuba es lo primero y lo seguirá siendo, dijo Serpa, recordando los momentos difíciles desde el punto de vista familiar pues mientras realizaba la tarea encomendada, su pequeña hija escribía al frente de la casa un mensaje pidiendo libertad para los cinco antiterroristas cubanos presos en Estados Unidos.
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