El equipo anticubano de Trump prepara su ofensiva punitiva contra Cuba

Mientras el expresidente Donald Trump se distrae con sus maniobras internacionales y Elon Musk continúa recortando el aparato gubernamental y las ayudas externas de Estados Unidos, el equipo anticubano de la administración estadounidense se afana en preparar una nueva ofensiva para intensificar el asedio contra Cuba.

“Matar de hambre” a los cubanos

Recientemente, el congresista cubanoamericano Carlos Giménez ha clamado por un endurecimiento aún mayor del bloqueo. En declaraciones públicas, Giménez ha pedido suspender todos los viajes y remesas desde EE.UU. hacia Cuba, argumentando que cada dólar que llega a la isla fortalece al régimen y que hay que cortar esas fuentes de ingreso para “matar de hambre al régimen” y lograr la libertad del pueblo cubano. Aunque reconoce que las medidas son severas, insiste en que “a veces se tienen que tomar medidas difíciles para lograr lo que quieres al final”.

No es una casualidad que días después de las declaraciones de Giménez, Mauricio Claver-Carone, enviado especial para América Latina y ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo expulsado por corrupción, haya retomado el protagonismo en la política anticubana desde Miami, epicentro del lobby anticubano en EE.UU.

Claver-Carone, conocido como “el bulldog obsesivo de Donald Trump”, ha sido uno de los principales estrategas de las 243 medidas de asfixia aplicadas contra Cuba durante el primer mandato de Trump. Ahora propone ir “con todo”, con una “máxima presión” sin lagunas ni medias tintas, bajo la consigna de “dolor a corto plazo para ganancias a largo plazo”. Su estrategia se basa en aplicar contra Cuba herramientas “más quirúrgicas y efectivas”, similares a las empleadas contra Venezuela, que han demostrado ser más potentes y con efectos secundarios directos.

El Comando Sur y la narrativa de la amenaza cubana

En paralelo, el almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur, ha declarado ante el Congreso de EE.UU. que Cuba representa una “amenaza significativa” para la seguridad nacional estadounidense, acusando a La Habana de fortalecer sus lazos con adversarios como China y Rusia y de utilizar tecnología para espiar a su propia población y reprimir la disidencia.

Holsey afirmó que Cuba fomenta la migración irregular y debilita las relaciones regionales, presentando al gobierno cubano como un actor maligno que prefiere mantener alianzas con potencias extranjeras en lugar de resolver sus problemas económicos internos. Estas declaraciones coinciden con la reunión previa del almirante con el jefe de la misión diplomática estadounidense en La Habana, conocido por su historial en campañas subversivas.

La continuidad de una política genocida y cruel

La ofensiva actual no es más que la continuación de una política genocida que Estados Unidos ha aplicado contra Cuba desde hace más de 60 años. El tristemente célebre memorándum de Lester Mallory, Vice Secretario de Estado Asistente para los Asuntos Interamericanos, estableció en 1960 la estrategia de “matar de hambre y enfermedades al pueblo cubano” para provocar su rendición.

Hoy, con un equipo político más coherente y decidido, la Casa Blanca pretende intensificar el bloqueo económico y la guerra económica, ignorando el sufrimiento del pueblo cubano y buscando asfixiarlo para doblegar la soberanía y la independencia de la isla.

El equipo anticubano de la administración Trump, apoyado por figuras como Giménez, Claver-Carone y Holsey, está preparando el terreno para nuevas medidas punitivas contra Cuba, con un nivel de cinismo, odio y desprecio que recuerda a los peores momentos del bloqueo. La estrategia es clara: máxima presión, sin medias tintas, para intentar quebrar la resistencia del pueblo cubano mediante el dolor y la privación.

Mientras el mundo observa, el imperio insiste en su política de agresión y asedio, demostrando que, para ellos, la dignidad y la soberanía de Cuba son un obstáculo a eliminar a cualquier costo. La historia de resistencia y dignidad del pueblo cubano continúa siendo un faro frente a esta nueva embestida imperialista.

https://razonesdecuba.cu/mientras-trump-reparte-tarifazos-y-musk-recorta-ayudas-el-equipo-anticubano-prepara-su-ofensiva-punitiva-contra-cuba/

María Elvira Salazar: la politiquería del oportunismo

En el centro del escenario, María Elvira Salazar, la reina del «anticomunismo», la malabarista de la hipocresía y la autoproclamada mártir de los migrantes cubanos. Con su micrófono en mano y una bandera de la libertad ondeando, nos presenta su show estelar: ataques a Cuba disfrazados con compasión.

Con lágrimas de cocodrilo, lamentó el “limbo legal” de los 110,000 cubanos que llegaron a EE.UU con parole humanitario, esos «valientes que huyeron del régimen castrista». “¡Pobrecitos, atrapados por el desastre de Biden!”, sollozó en un tuit que huele solo a campaña electoral. Pero, ¡vaya, sorpresa!, al mismo tiempo se puso la camiseta de Trump y vitoreó la revocación de ese mismo parole en abril de 2025 llamándolo «la corrección del desastre migratorio», ¿se puede «salvar» a aquellos que cataloga de «error»?.

Promete proteger a los cubanos con I-220A, ese “papel de basura” que ella jura convertir en un boleto a la Ley de Ajuste Cubano, aunque también respalda el «go home» trumpista que los llama a “autodeportarse”. ¿Defensora? Más bien parece una directora de orquesta que toca el himno de la libertad mientras el barco de los migrantes se hunde. Y cuando una valla en pleno Miami la llama “traidora”, responde con un lamento digno de telenovela: “¡Este es el trabajo donde más me esfuerzo y menos me pagan!”

Por otra parte, blandiendo el bloqueo económico contra Cuba como si fuera Excalibur. “¡Es necesario para derrocar a la dictadura!”, proclama, mientras ignora señalar que ese mismo bloqueo y las cientos de sanciones aplicadas, han empujado a miles de cubanos a emigrar y no la «persecución política» como le gusta tanto balbucear. Pero aquí viene el giro: cuando los cubanos en EE.UU intentan viajar a Cuba, enviar remesas o llevar maletas de medicinas para sus familias, María Elvira frunce el ceño y sentencia: “¡Eso no se puede estar haciendo… hay límites!” ¿El problema es el gobierno o son las familias cubanas?

Es como si le dijera a un náufrago: “¡No te atrevas a nadar, que el agua le pertenece al enemigo!”. Pero no se preocupen, en la politiquería de Miami, donde el bloqueo es un dogma y las remesas un pecado, este número siempre arranca no pocos aplausos. Mientras tanto, las familias cubanas se preguntan si Salazar sabe lo que es elegir entre un «ideal» y un plato de comida.

Su propuesta de llevar Starlink a Cuba, cortesía de Elon Musk y los fondos del gobierno estadounidense como es lógico. “¡Internet libre para el pueblo cubano!”, grita, como si fuera a liberar la isla con un clic. Pero el gobierno cubano no se queda callado y denuncia este plan como una maniobra para financiar a la oposición y una violación de las normas internacionales sobre el tema. ¿Idealismo o oportunismo? Digamos que cuando ella supuestamente se «alía» con Musk, no es precisamente por amor a los memes. Es un mero golpe publicitario que la pone en los titulares y le da puntos con los votantes de Dade County.

En su «campaña anticuba», esa que le garantiza su carrera política, también destaca su cruzada contra las misiones médicas cubanas, a las que llama “esclavitud moderna”. Presentó un proyecto para “liberar” a los médicos cubanos, acusando al «régimen» de enriquecerse a su costa. Suena noble, pero el cinismo brilla: poco importan esos médicos, que de hecho cumplen sus misiones bajo su propia voluntad y según las regulaciones de la OMS, son simplemente el pretexto para atacar una de las mayores vías de ingreso de Cuba como parte de la política trumpista de máxima presión.

Mientras el telón cae, la fulana se despide con su lamento favorito: “¡Soy una traidora mal pagada!”. Pero no se dejen engañar por el victimismo. Cada ataque a Cuba –desde prohibir remesas, viajes a la isla y hasta bloquear intercambios culturales– es un cálculo político para mantener contenta a su base en Miami. Los migrantes cubanos, esos que ella dice proteger, son solo peones en su tablero, útiles para un tuit conmovedor o un discurso en Hialeah, pero prescindibles cuando Trump firma otra orden antiinmigrante.

En el circo de María Elvira Salazar, el bloqueo es sagrado, la compasión es sospechosa, y los migrantes son la piñata que golpea para ganar votos. Mientras las familias en Cuba sobreviven sin medicinas y los cubanos en EE.UU enfrentan deportaciones, ella sigue ensayando su próximo número: el de la salvadora que nunca salva y la defensora que siempre traiciona. ¡Que siga el show, pero que no nos pidan aplaudir!

https://micubaporsiempre.wordpress.com/2025/04/23/maria-elvira-salazar-la-politiqueria-del-oportunismo/

Los trapos sucios de Marco Rubio

Carlos Fazio.- Con su peculiar lenguaje de estadista, el 8 de marzo el procaz inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, afirmó que de manera servil líderes extranjeros lo habían buscado para besarle el trasero con el fin de negociar una baja en los aranceles que entraban en vigor el día siguiente. Prototipo del narcisista maligno, tras su regreso a la Oficina Oval, en sólo tres meses Trump ha superado los estándares mafiosos de su primer mandato. Es cierto que la mayoría de los presidentes de EU han usado métodos gansteriles, y algunos, como dijo Noam Chomsky, si se aplicaran los principios de Nuremberg habrían sido colgados como criminales de guerra. Pero lo que caracteriza a Trump, es que él lo hace de manera abierta y brutal, en fuerte contraste con los modos más sutiles de sus antecesores apegados a la política del gran garrote, el famoso epígrafe imperialista de Theodore Roosevelt: Habla suave, carga un gran garrote y llegarás lejos.

Así, el perfil corrupto del secretario de Estado, Marco Rubio, parece peccata minuta. La doble moral del oportunista ex senador republicano de Florida, quedó exhibida cuando mutó de principal instigador, chantajista político y cabildero −junto al ex senador de Nueva Jersey, Bob Menéndez, sentenciado a 11 años de prisión por soborno, extorsión, conspiración y obstrucción de la justicia− a favor de fondos de la Agencia para el Desarrollo Internacional de EU para la subversión y promover cambio de régimen en Cuba, Venezuela y Nicaragua, a recortar esos presupuestos y defender la política de Trump.

Exponente de los halcones del Partido Republicano −en conflicto con el movimiento MAGA (acrónimo en inglés de Haced grande a EU otra vez), representado por el enviado especial de Trump, Richard Grenell−, las prioridades de Rubio están centradas en la migración irregular a EU; frenar la influencia de China en la región, y ejercer la diplomacia coercitiva en función de dos objetivos declarados de su jefe: recuperar el control del canal de Panamá e imponer aranceles secundarios de 25 por ciento a los países que compren hidrocarburos a Petróleos de Venezuela (PDVSA). Para ese objetivo −dirigido a usar a Venezuela para la contención hemisférica de China−, en consulta con los secretarios del Tesoro, Comercio y Seguridad Nacional, Rubio podrá hacer un uso discrecional de la orden ejecutiva suscrita por Trump el 24 de marzo pasado.

Partidario de la política de máxima presión contra Nicolás Maduro durante el primer mandato de Trump, Rubio está involucrado en el despojo y robo de activos de CITGO Petroleum Corporation, filial de PDVSA en EU, en los que figuran el Departamento de Estado, la Oficina de Control de Activos Extranjeros, el Banco de Inglaterra y Exxon Mobil, como parte del entramado que dio legitimidad internacional al gobierno fake de Juan Guaidó.

Según ventilaron medios del sur de Florida, el Servicio de Impuestos Internos (IRS, sistema tributario estadunidense) y el Departamento de Aplicación de la Ley, han recibido información de una fuente en CITGO, que liga a Rubio y a su viejo amigo y correligionario político, el ex congresista cubano-estadunidense David Rivera, con corrupción asociada al corporativo. Sin embargo, influyentes republicanos en Florida han bloqueado la investigación.

De octubre de 2020 a abril de 2021, un denunciante que pidió acogerse al programa federal de protección a testigos, proporcionó información a Christopher J. Woehr, Little Duane y Claudia Mulvey y George Stephan (agente especial del Departamento del Tesoro encargado de investigaciones criminales del IRS) sobre transacciones irregulares y presunto lavado de dinero desde CITGO, a través de Luisa Palacios (miembro de su junta directiva), a bancos en Suiza, Austria, Hong Kong y México, y a cuentas de David Rivera, Diana Rivera McKenzie (hermana de David) y Esther Nuhfer (vinculada a Rubio) en el Chase Bank de Miami Dade.

Parte de las transferencias se realizaron en 10925 N.W. 43rd Lane, Miami, Florida, 33178, sede de Interamerican Consulting Inc, firma de servicios de consultoría estratégica donde residía David Rivera. Entre 2017 y 2020, la mayor parte de las transferencias se fueron a cuentas bancarias de Viviana Bovo, quien usaba su nombre para encubrir a su jefe, Rubio, entonces muy influyente senador de Florida. Según la fuente, Rubio había acordado con Rivera hacer lobby para obstruir una pesquisa del Departamento de Justicia contra CITGO, por posibles violaciones que incluían lavado de dinero, fraude, fraude electrónico y otros crímenes que incluyen la Ley Rico y otras normas.

El informante dijo ser testigo de que cuando Rivera estaba en la central de CITGO en Houston, Texas, se comunicaba con Rubio, y sugirió una investigación de su teléfono móvil. Aseguró que Gina Coon, tesorera de la compañía, tiene documentos que confirmarían las acciones fraudulentas entre Rivera, Rubio y allegados.

Según el programa Código Abierto 360° de Florida, a instancias de David Rivera −quien en sus inicios políticos estuvo muy ligado a los hermanos Díaz-Balart, conspicuos beneficiarios de la industria de la contrarrevolución cubana en Miami y trabajó para la Oficina de Radiodifusión de Cuba (Radio Martí)−, Rubio gestionó el encuentro de Lilian Tintori, esposa del opositor venezolano prófugo Leopoldo López, con Trump y el vicepresidente Mike Pence, el 16 de febrero de 2017.

Rivera fue arrestado en 2022 por haber trabajado ilegalmente como agente extranjero. La acusación hace referencia a un cierto senador 1 por Florida, que ese año sólo tenía dos senadores federales: el ex gobernador Rick Scott y Rubio. Apenas el 29 de marzo de 2025, Venezuela New difundió que Alejandro Terán, director de la Asociación Latinoamericana de Empresarios del Petróleo, en Texas, afirmó que, como senador, Rubio recibió dinero corrupto de la Fundación Simón Bolívar de CITGO, que manejaba Guaidó. Y lo acusó de ser lobista de Exxon Mobil.

La Jornada de México

 

Se terminó la mentira

 Arthur González. Estados Unidos lleva más de medio siglo con el desarrollo de campañas de prensa contra la Revolución cubana, esa que tanto odian por no poder impedir su triunfo en 1959, ni tampoco derrocarla a pesar de miles de planes subversivos, el malgasto de cientos de millones de dólares para financiar a mercenarios y fabricar organizaciones contrarrevolucionarias dentro y fuera de la Isla.

Un tema recurrente ha sido el comunismo, sistema que como cual fantasma les quita el sueño a las administraciones yanquis, pues no aceptan que exista otro que pueda servir mejor al pueblo y ponga en evidencias las violaciones a los derechos del ser humano que provoca el capitalismo salvaje, como aseguró San Juan Pablo II.

El andamiaje creado para satanizar al socialismo cubano y responsabilizarlo de las crecientes penurias que sufre el pueblo, a causa de la guerra económica, comercial y financiera que Estados Unidos se empeña en ocultar, ha estado presente en los 67 años de Revolución, pero ante la resistencia estoica de cubanos y cubanas que no se lanzan a las calles exigir el regreso del capitalismo, añejo sueño del gobierno yanqui y la CIA, se puso de manifiesto en las recientes declaraciones de algunos políticos de la administración de Donald Trump.

Sin nuevos argumentos para culpar al socialismo cubano y con total desfachatez, Mauricio Claver-Carone, enviado especial de Trump para América Latina, expuso en un reciente foro en el Miami Dade College, detalles de las nuevas iniciativas contra la Revolución cubana, y dejó bien claro que no es el sistema socialista el responsable de la crisis económica cubana, sino las permanentes medidas y sanciones impuestas por Estados Unidos desde 1959.

Con total desvergüenza, Claver-Carone aseguró que el gobierno de Trump ha implementado medidas más modernas y efectivas para presionar a quienes no se arrodillan y mantienen su cabeza en alto con soberanía.

En el caso de Cuba, explicó: “las sanciones están dirigidas a sectores económicos claves, con el objetivo de reducir los ingresos que sostienen al gobierno de Miguel Díaz-Canel”.

Y añadió: “Muchas de las herramientas utilizadas en el pasado eran obsoletas y la nueva estrategia busca ser más directa y contundente, al utilizar nuevas sanciones económicas, alianzas estratégicas y medidas que podrían restringir los viajes a estos países”.

¿Entonces es el socialismo el responsable de la situación económica, como llevan más de medio siglo diciéndole al mundo?

Estas declaraciones echan por tierra la mentira fabricada de que “Cuba es un estado fallido”, repetida hasta la saciedad para crear una matriz de opinión, que los cubanos de la Isla saben es totalmente falsa.

Paralelamente, el congresista Carlos Giménez reconoció que propuso suspender viajes y las remesas a Cuba, en un esfuerzo por cortar aún más la entrada de divisas a la Isla y estrangular su economía, viejo y sostenido empeño de todas las administraciones yanquis desde Dwight Eisenhower hasta la actual de Trump.

La pretensión de estos políticos es totalmente inhumana y están dirigidas a fomentar las penurias de las familias cubanas, cortar la entrada de ayuda monetaria, medicinas e incluso la posible suspensión de los vuelos entre ambas naciones, lo que cerraría las visitas a padres, madres, hijos, hermanos y demás familiares.

Carlos Giménez reconoció el costo humano de la medida, pero la justificó cínicamente al asegurar: “es un sacrificio necesario para lograr un cambio estructural en la Isla, porque ese régimen ya se tiene que ir”.

En una carta enviada al Departamento del Tesoro estadounidense, el legislador pidió detener inmediatamente todos los vuelos comerciales, chárter y los envíos de dinero, permitiendo únicamente excepciones estrictamente humanitarias.

Ya se cansaron de mentir y sin un ápice de vergüenza Giménez afirmó:

“La suspensión total es necesaria para dejar sin oxígeno financiero al gobierno cubano, al que calificó de dictadura asesina y una amenaza para la seguridad nacional estadounidense”.

A través de sus redes sociales, Carlos Giménez amenazó a los cubanos residentes en Estados Unidos que envían remesas o viajan a Cuba: “Si lo hacen es bajo su propio riesgo. Después no se quejen. Están avisados”.

¿Hay libertad en ese país o es una dictadura inhumana que establece a sus ciudadanos a qué lugar pueden viajar y qué hacer con su dinero?

¿Se olvidó este congresista que fue Estados Unidos quien financió y organizó los planes de asesinato contra Fidel Castro, reconocidos durante la investigación realizada por una comisión del Senado de aquel país?

¿Y la guerra biológica contra el pueblo, la flora y la fauna cubana, entre ellos el dengue hemorrágico, la fiebre porcina africana, la meningoencefalitis, la conjuntivitis hemorrágica, la roya de la caña, la broca del café, el moho azul del tabaco y una docena de enfermedades más, no califica a Estados Unidos como un imperio asesino y una verdadera y amenaza para la seguridad nacional cubana?

¿No sabrá ese cubanoamericano renegado, de los actos terroristas ejecutados por la CIA contra Cuba, entre ellos la voladura de un avión civil cubano en pleno vuelo, donde fueron asesinados vilmente 73 inocentes?

Lo que sí se aprendió muy bien Giménez es el memorando del Subsecretario de Estado Lester D. Mallory, fechado el 6 de abril de 1960, donde expone:

“No existe una oposición política efectiva en Cuba; por tanto, el único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento, basado en la insatisfacción y las dificultades económicas. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.

Los políticos anticubanos muestran un desespero enfermizo por destruir el socialismo en Cuba, algo que no han podido saborear a pesar de tantas violaciones de los derechos humanos contra un pueblo trabajador, que ha visto emigrar a sus hijos en busca de un respiro económico y ahora ven desmoronarse su sueño ante el cambio de política migratoria del dictador Donald Trump.  

En su evidente terror al socialismo, en fecha tan temprana como abril de 1959, la embajada de Estados Unidos en La Habana envió un informe al Departamento de Estado, donde expresan que “el drástico programa de reformas sociales y económicas, demuestra que el comunismo está creciendo en Cuba y se infiltra con éxito en diferentes sectores de la vida pública cubana”.

Ante el rápido avance de los programas que ejecutaba la Revolución en favor del pueblo, el 11 de diciembre de 1959 el jefe de la División del hemisferio occidental de la CIA, J.C. King, envió un memorando al director de la CIA, Allen Dulles, donde entre un conjunto de medidas agresivas contra Cuba, propuso:

“Se le debe dar una cuidadosa atención a la eliminación de Fidel Castro. Muchas personas bien informadas consideran que la desaparición de Fidel aceleraría grandemente la caída del gobierno actual”.

Igual línea de acción trazó el Plan Mangosta en 1962, donde se expone:

“La acción política será apoyada por una guerra económica que induzca al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país, las operaciones psicológicas acrecentarán el resentimiento de la población contra el régimen, y las de tipo militar darán al movimiento popular un arma de acción para el sabotaje y la resistencia armada en apoyo a los objetivos políticos”.

Esta es la verdad, por tanto, basta ya de tantas mentiras y dejen vivir en paz al pueblo cubano.

Por eso José Martí expuso claramente en una de sus obras:

¿Por qué con tanto rigor, cuando a un casto bien se aspira, ha de ser la vil mentira, forma fatal del pudor?

La CIA contra Cuba: Expediente JFK

 Los documentos hechos públicos tras la orden ejecutiva de Donald Trump, que desclasificó más de 1,100 archivos relacionados con el asesinato de John F. Kennedy en 1963, no solo abordan el magnicidio del 35º presidente, sino que también exponen operaciones encubiertas diseñadas para manipular la percepción pública, desestabilizar economías, sabotear industrias claves y emplear armas biológicas contra Cuba.

Entre las revelaciones más sorprendentes se encuentran campañas de prensa sobre supuestas epidemias, actos potenciales de guerra biológica, sabotajes agrícolas, ataques a industrias estratégicas y una estrategia de asfixia económica, todo ello respaldado por un presupuesto desproporcionado que refleja la prioridad que Estados Unidos dio a neutralizar la influencia cubana en la región y su relación con la URSS durante la Guerra Fria.

Uno de los documentos más reveladores, el «DA Memo 64», un informe secreto del Ejército estadounidense, detalla cómo la estación de inteligencia en la Ciudad de México orquestó una campaña de prensa que alertaba sobre supuestas epidemias de fiebre aftosa y viruela en Cuba. El objetivo era claro: desalentar la asistencia al Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos en La Habana, programado para 1963. Según el informe, esta maniobra logró que 52 de los 60 arquitectos mexicanos esperados cancelaran su participación, temerosos de las cuarentenas e inoculaciones que tales enfermedades implicarían. El Ejército estadounidense estaba decidido a neutralizar un evento que pudiera convertirse en un foro para las afirmaciones propagandísticas del régimen de Castro.

Sin embargo, aunque los archivos en este caso no aclaran si estas epidemias eran reales o fabricadas, cierto es que los Estados Unidos llevaron a cabo actos de guerra biológica  como parte de la Operación Mangosta, y así quedó plasmado en otros de los documentos desclasificados. Estos confirmaron que la CIA planeó sabotajes agrícolas en Cuba utilizando agentes biológicos con el objetivo de provocar el fracaso de las cosechas.

La agencia consideró el uso de armas biológicas como una herramienta para forzar un cambio de régimen, empleando métodos como la fumigación aérea para dispersar químicos sobre las tierras de cultivo. Se utilizaron agentes biológicos sutiles para evitar ser detectados, «asegurándose» de que no hubiera un vínculo claro con los Estados Unidos. Estas tácticas reflejan la disposición de la CIA a emplear medidas extremas, incluso a costa de la seguridad alimentaria de la población cubana, en su “cruzada contra el comunismo”.

Así mismo, un archivo desclasificado, fechado el 29 de agosto de 1962, detalla una operación encubierta de la CIA en San Juan, Puerto Rico, en vísperas de la Crisis de los Misiles de Cuba. Aprovechando un incidente fortuito un buque mercante británico, el Streatham Hill, que transportaba 80,000 sacos de azúcar cruda cubana rumbo a la Unión Soviética sufrió daños en el casco, la CIA ejecutó un plan para sabotear esta exportación clave. Mientras el barco descargaba temporalmente 14,000 sacos en un almacén para reparaciones, los agentes contaminaron 800 de ellos con un químico desnaturalizante. Este compuesto, aunque no tóxico, impartía un sabor «amargo, enfermizo e indestructible» al azúcar, arruinando su utilidad para consumo humano o animal y, por extensión, contaminando el resto de la carga.

La operación, descrita como «no detectable y no rastreable», se llevó a cabo sin que la tripulación del barco o las autoridades locales sospecharan. Este acto no solo buscaba infligir un golpe económico a Cuba y su aliado soviético, sino también minar la confianza en el comercio cubano, un elemento crucial tras el embargo impuesto por Estados Unidos en 1960.

Los archivos también revelan planes para interrumpir el suministro de níquel cubano a la URSS, un recurso estratégico para la economía soviética. Estos planes incluían ataques terroristas contra las industrias en Cuba, el empleo de equipos de infiltración para llevar a cabo actos de sabotaje, y el uso de torpedos y minas para dañar infraestructuras clave.

El níquel, vital para la producción industrial y militar, era un objetivo prioritario, y su interrupción buscaba no solo debilitar a Cuba económicamente, sino también estaba destinado igualmente a tensionar su relación comercial con la Unión Soviética, socavando así la alianza entre ambos países.

Las operaciones descritas forman parte de un esfuerzo más amplio para aislar a Cuba política, económica y culturalmente. Los documentos del «DA Memo 64» revelan tácticas adicionales, como persuadir a delegaciones argentinas de arquitectos para boicotear el Congreso de La Habana y usar una estación en Brasil para obstaculizar los viajes a la isla. Asimismo, bajo la sección «Control de la Transferencia de Fondos», se detalla cómo el Departamento de Estado y del Tesoro colaboraron para bloquear el acceso de Cuba a capital extranjero.

Además, los documentos evidencian cómo se ejecutaron presiones a empresas estadounidenses para «negar el acceso a bienes económicos» como parte del plan de asfixia económica y financiera contra Cuba. Esta estrategia buscaba limitar el acceso de la isla a recursos esenciales, desde maquinarias hasta alimentos, con el objetivo de generar descontento interno y presionar al gobierno cubano hacia el colapso.

La magnitud de la prioridad estratégica que asignó Estados Unidos y la CIA a la isla queda aún más clara al considerar el presupuesto asignado: en 1961, destinó 41 millones 498 mil 743 USD a las operaciones contra Cuba, cifra que representa casi cuatro veces lo que la agencia gastó en el resto de América Latina y el Caribe combinados.

Los «archivos JFK», exponen un capítulo oscuro de la Guerra Fría en el que Estados Unidos, a través de la CIA, desplegó una campaña sistemática y despiadada contra Cuba, utilizando tácticas que violaban toda norma ética y humanitaria. Desde la manipulación de la prensa con falsas epidemias, hasta el uso de armas biológicas en la Operación Mangosta para sabotear cosechas y provocar hambruna, pasando por la contaminación de exportaciones de azúcar y los ataques terroristas contra la industria del níquel,  operaciones que reflejan una política de agresión encubierta destinada a desestabilizar a Cuba a cualquier costo.

La estrategia de asfixia económica, los sabotajes a infraestructuras claves y las presiones a empresas para negar bienes esenciales a Cuba, muestran un patrón de hostilidad que buscaba no solo derrocar a la Revolución Cubana, sino también castigar a un pueblo entero por su decisión irrevocable de seguir un camino independiente y soberano.

https://micubaporsiempre.wordpress.com/2025/04/01/la-cia-contra-cuba-expediente-jfk/

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