Para muchos era un mensaje vacío, irreal, falaz y xenófobo, pero así y con fraudes, aún discutidos, se hizo con la con la silla presidencial en la Casa Blanca.
Pocos pudieron predecir bien que aquella letanía del candidato desbocado de “Hacer grande a Estados Unidos otra vez”, sería retrotraer la política a una nueva versión de la Guerra Fría y aplicar la Doctrina Monroe para América Latina, con su punto más alto ahora en un golpe de estado en Venezuela, esta vez encabezado por el propio Trump.
Hoy, pocos expertos dudan de que EE.UU. sustenta la teoría del dominó: derribando a Venezuela caerán otros más, como pregonan los halcones de la guerra ascendidos a sus mandos por el magnate presidente.
Así, en noviembre, el asesor de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton, ante la gusanera derrotada de Miami parloteó sobre la “troika de la tiranía”. Allí anunció la implementación de nuevas sanciones de parte de EEUU a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y les advirtió de que, "al fin" tienen en la Casa Blanca a "alguien que los va parar".
Por su parte, el gobierno cubano, con la buena voluntad y la diplomacia que requiere el caso, ha insistido en que el Gobierno de Estados Unidos parece empeñado en escalar en su hostilidad contra la Isla.
Hay un escenario complejo, marcado por el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero vigente por casi seis décadas y, muchos analistas coinciden en que Estados Unidos viene por Cuba. La Isla es una espina clavada, que descoloca la geopolítica de la dominación.
Junto con las acciones directas de Estados Unidos se verifica una campaña mediática, signada por el lenguaje de matones y mensajes falsos y pervertidos.
Así lo ha resumido el director del Proyecto de Documentación sobre Cuba del Archivo Nacional de Seguridad, de la Universidad George Washington, Peter Kornbluh:
“Estados Unidos suma esfuerzos para derrocar el gobierno del presidente Nicolás Maduro, mientras presenciamos lo que el Miami Herald ha llamado la cubanización de la política hacia Venezuela. En una grave distorsión de la historia, funcionarios estadunidenses acusan al gobierno cubano de ser el verdadero imperialista del hemisferio occidental y aseguran que ha llegado el momento de liberar a Venezuela de Cuba, según el vicepresidente Mike Pence. Expulsar a Maduro del poder sin duda envalentonaría a quienes favorecen el cambio de régimen en otras partes de la región. De hecho, el juego final del gobierno parece ser Cuba, la nación isleña que ha desafiado el poderío hemisférico de Washington desde el triunfo antimperialista de la revolución encabezada por Fidel Castro hace 60 años.”
En tal contexto, quedaría responder al míster gringo, con un simple “If” (en inglés), recordando que cuando los sitiadores de la Laconia griega enviaron a un mensajero para advertir a los pobladores que, si su bando ganaba la guerra, serían esclavos para siempre; el comandante de apenas contestó: “Si ganan…”.
Hoy como desde hace rato, Cuba les puede enviar una frase bien lacónica: “Si se tiran, quedan”.
Soy Norelys Morales Aguilera
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