En el informe que se habla del ‘fact cheater’, se incluyen falsedades y declaraciones engañosas que se han repetido en diversas ocasiones, pues según dicho detector al menos 113 falsedades dichas por Trump fueron repetidas unas tres veces cada una.
En esa abrumadora cifra que transversaliza discursos, redes y medios, se incluye la creencia de que “Cuba es responsable” de los supuestos ataques sónicos que han sufrido 22 funcionarios estadounidenses en la isla caribeña, y que han desatado una crisis diplomática bilateral, en los últimos meses.
No hay evidencias de esos ataques y menos investigaciones independientes. No se conocen las supuestas víctimas y los expertos y el mismísimo FBI no hallan evidencias.
Por razones técnicas, dicen los expertos, que las armas ultrasónicas no deberían encabezar la lista de las explicaciones posibles por la pérdida de la audición y los dolores de cabeza o cualquier otro síntoma que se haya observado en los diplomáticos, publicó The New York Times.
Sin embargo, el estrafalario incidente se mantiene en la agenda engañosa de Washington.
El Gobierno estadounidense informó este 28 de junio, que ya ascienden a 26 los diplomáticos afectados por un misterioso ataque sufrido en La Habana, después de que se haya confirmado un nuevo caso sufrido por uno de los miembros de la delegación estadounidense en Cuba, informó Efe.
"Después de someterse a una profunda evaluación médica, se ha confirmado que un diplomático que trabajaba en la embajada de Estados Unidos en Cuba muestra síntomas similares a aquellos denunciados por otros miembros", informó la portavoz de Departamento de Estado, Heather Nauert, a través de un comunicado.
Ni siquiera los "eficientes medios" norteamericanos han logrado filtrar al menos el nombre de alguna de las supuestas víctimas. Si alguien ha producido armas sónicas son los Estados Unidos, que al parecer no lo han conseguido.
Pero, las “mentiras sónicas” sí son un hecho, aunque el subcontratado para la política agresiva contra Cuba, Marco Rubio, asegure mentirosamente que los ataques son un “hecho documentado”.
China descarta haber atacado a dos diplomáticos estadounidenses, y Canadá, entre la incapacidad de alguna prueba y la necesidad de quedar bien con su vecino, optó por retirar los familiares de diplomáticos en La Habana. Un grupo multidisciplinario cubano evaluó el asunto, pero no ha tenido colaboración de Washington, que ha probado desinterés en que prevalezca la verdad.
El verdadero objetivo es la ruptura de relaciones entre Washington y La Habana. Está en camino.
Con relaciones o sin relaciones; con falsedades en todo tipo o agresiones, Cuba sigue la marcha.
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