Luis Posada Carriles: ¿terrorista, disidente, torturador… u obediente soldado? [+ video]

Tras la muerte en Miami de Luis Posada Carriles, leemos en la prensa global que era un “militante anticastrista”, incluso un “exiliado cubano”. La palabra “terrorista” aparece entrecomillada, unida siempre a las acusaciones contra él del Gobierno cubano.

Repasemos. Posada fue reclutado en 1960 por la CIA, donde –según su propia confesión al New York Times- aprendió a realizar “actos de sabotaje”, “usar explosivos” y “a matar”.

Dentro de la política de colaboración de la Agencia con los cuerpos represivos de América Latina, en 1969 es integrado en la DISIP, la policía política de Venezuela, bajo el pseudónimo de Comisario Basilio. Allí participa en la detención, tortura y asesinato de numerosos luchadores de izquierda.

En 1976 llega a Chile para colaborar con la DINA, policía política de Augusto Pinochet, e integrarse en la Operación Cóndor.

Es un año clave en la historia del terror contra Cuba. En Washington son asesinados el excanciller chileno Orlando Letelier y su ayudante Ronnie Moffit, así como Adriana Corcho y Efrén Monteagudo, diplomáticos de la Embajada de Cuba en Portugal.

Bombas contra intereses cubanos y contra compañías aéreas, canales de televisión y centros culturales con alguna vinculación con Cuba, anticipan el mayor atentado terrorista ocurrido hasta entonces en el hemisferio occidental: la voladura en pleno vuelo de un avión de Cubana de Aviación, que causa 73 muertes.

Detenido por este hecho, en 1985 se fuga de una cárcel de Caracas, mediante un soborno pagado por la Fundación Nacional Cubano-Americana, entidad fundada años antes por el presidente Ronald Reagan.

Instalado en El Salvador, se integra a las operaciones ilegales en apoyo a la Contra nicaragüense, organizadas por el teniente coronel Oliver North, actual presidente de la Asociación Nacional del Rifle de EEUU.

En los 90 organiza varios atentados contra sitios turísticos de La Habana, en uno de los cuales fallece el ciudadano italiano Fabio Di Celmo.

Acabar con la vida de Fidel Castro es su gran obsesión incumplida. Tras el último intento, en 2000 es detenido en Panamá. Pero en 2004 recibe el indulto de la presidenta Mireya Moscoso, a petición de la Casa Blanca.

El 23 de mayo moría, protegido por el gobierno de EEUU, uno de los mayores criminales al servicio de la CIA. A quien hoy, los medios, siguen llamando… “disidente”.


Cubainformación TV – Basado en un texto de Álvaro Verzi Rangel - Rebelión.

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