En varios lugares hay denuncias, incluidas la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y la Unión Europea (UE), que han condenado el uso de la fuerza excesiva por los militares israelíes durante la Gran Marcha del Retorno en el enclave costero, en la cual 17 palestinos perdieron la vida, cifra que podría ir en aumento por el elevado número de heridos.
Pero, la ONU no ha adoptado una resolución respecto a las protestas en la Franja de Gaza luego de que este sábado EE.UU. bloqueara el proyecto en el Consejo de Seguridad de ese órgano. El documento urgía "moderación" a la parte israelí y solicitaba una "investigación independiente y transparente" de los enfrentamientos que han provocado la muerte de casi dos decenas de palestinos.
Mientras, el primer ministro de Israel, Benyamin Netanyahu, ha elogiado a las fuerzas de guerra israelíes por matar a 17 palestinos durante una brutal represión contra la marcha pacífica de los palestinos por el Día de la Tierra Palestina celebrada el viernes en la Franja de Gaza.
En un tuit publicado este sábado en su cuenta de Twitter, el premier israelí ha defendido el comportamiento del ejército, afirmando que está actuando “decisivamente” para proteger lo que ha llamado la “soberanía y la seguridad” de los israelíes.
Abruma pensar hasta dónde ha llevado la ideología del sionismo al pueblo que sufrió el holocausto bajo los dictados del nazismo de Hitler.
Lo que piensa la dirigencia del estado sionista nos pone frente a la perversión de la que habla el analista Pablo Jofré Leal.
Perversión como la del ex Primer Ministro Menahem Begin, nacido en Bielorrusia, quien el año 1982 declaró ante el parlamento israelí el carácter infrahumano de los palestinos “se los digo, apenas son humanos”. Perversión como la del también ex Primer Ministro Ehud Barack, de padres lituanos, quien en la segunda Intifada advertía a los israelíes “los palestinos son como los cocodrilos, cuanta más carne les dan, más quieren”. Palabras complementadas con las “piadosas” expresiones del rabino Yizhak Ginsburg, nacido en Estados Unidos quien señalaba “la sangre judía y la sangre de los Goys no es la misma y en ese plano, matar no es un crimen si las víctimas no son judías”. El fallecido Yizhak Shamir, de origen bielorruso y ex Primer Ministro, quien vociferaba a los cuatros vientos “Aplastaremos a los palestinos como a langostas, aplastaremos sus cabezas contra las rocas y los muros”
El actual Ministro de Defensa, el colono ultranacionalista de origen moldavo Avigdor Lieberman quien propuso aplicar en Gaza, el año 2009 tras la operación Plomo Fundido “lo que hizo Japón al final de la segunda guerra mundial”. Y dentro de estas ideas tan propias de los líderes de la autodenominada “mayor democracia de Oriente Medio” destaca la de Ayelet Shaked, actual Ministra de Justicia y ex diputada por el partido Hogar judío quien sostuvo que “Detrás de cada terrorista hay decenas de hombres y mujeres sin los cuales no podría atentar. Ahora todos son combatientes enemigos, y su sangre caerá sobre sus cabezas. Incluso las madres de los mártires, que los envían al infierno con flores y besos. Nada sería más justo que siguieran sus pasos. Estas madres deberían desaparecer junto a sus hogares, donde han criado a estas serpientes. De lo contrario, criarán más pequeñas serpientes".
Con Donald Trump aprobando su embajada en Jerusalén, Estados Unidos se quitó la hojita de parra de defender los derechos humanos, imperturbable ante la barbarie y destruyendo todo el apoyo natural de los países árabes a los palestinos.
El apartheid de Israel es una de las grandes injusticias de este mundo, una vergüenza a la condición humana. Las personas de bien están inermes ante el poderío del sionismo y sus aliados.
Lo extraordinario es que aún los palestinos de todas las edades y credos resisten al robo, la matanza, el sinsentido... Hipócritas aquellos que hablan de derechos humanos y silencian el plan meticulosamente ejecutado de exterminar al pueblo de Palestina por la fuerza y el uso de los más modernos métodos de asesinato colectivo.
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