El cartel está entre los que portan los manifestantes en Ferguson, Misuri (centro de EEUU), donde un adolescente negro desarmado fue muerto a balazos por un policía blanco hace diez días, lo que provoca desde entonces violentas protestas.
El hecho resume en parte las elevadas expectativas de la comunidad negra estadounidense ante el histórico triunfo electoral de Obama. Pero también concierne a asuntos que preocupan a Obama desde que asumió el poder en 2009: ¿debe involucrarse personalmente cuando episodios locales tienen componentes racistas?
En algunos estados del sur de Estados Unidos la segregación racial se abolió hace apenas medio siglo, pero el país tiene ahora un presidente que se encuentra en una situación delicada en relación a temas altamente controvertidos.
Policía de Ferguson vuelve a cargar contra los manifestantes |
Pero cuando se le preguntó si tenía previsto intervenir personalmente en un drama que sacude a todo el país desde hace más de una semana, Obama pareció descartar una eventualidad tan simbólica como una visita a Ferguson.
No obstante, y claramente incómodo, abordó el asunto desde una perspectiva más amplia: como estadounidenses debemos aprovechar este momento para volver a encontrar nuestra humanidad compartida", afirmó.
"He dicho esto antes, en demasiadas comunidades existe un abismo de desconfianza entre los residentes locales y las fuerzas de seguridad", admitió.
"En demasiadas comunidades, demasiados jóvenes de color han sido marginados y son vistos únicamente como fuente de temor", dijo.
Sin embargo, el presidente también advirtió que la lucha contra la discriminación racial es un proyecto a largo plazo que Estados Unidos ha emprendido hace 200 años.
Desde el final de su primer mandato, Obama -electo gracias al fuerte apoyo de las minorías- advirtió contra las expectativas desmedidas. "Jamás acepté la idea de que mi elección suponía el ingreso a una era posracial", declaró a la revista Rolling Stone en abril de 2012.
Sherrilyn Ifill, presidenta del Fondo para la Defensa Legal, la rama jurídica de la mayor organización de defensa de las libertades civiles en Estados Unidos, dijo que era correcto que el presidente mantuviera cierta distancia de los eventos cotidianos.
"Debemos ser muy cuidadosos para no convertirnos en adictos a pedirle al presidente que hable en todo momento", opinó.
Ifill señaló que la Casa Blanca apoyó en los últimos días una investigación federal civil sobre los sucesos de Ferguson y una autopsia independiente de la realizada por las autoridades locales.
Durante la campaña electoral que lo condujo a su primera victoria presidencial, Obama abordó las relaciones entre negros y blancos en el país. En un discurso de marzo de 2008 en medio de una controversia por las opiniones de su ex pastor Jeremiah Wright sobre la división entre comunidades raciales, afirmó que el racismo era un problema que Estados Unidos no podía permitirse ignorar.
Pero tras asumir la presidencia, las cosas se complicaron. En julio de 2009 Obama se vio obligado a pedir disculpas después de haber catalogado de "estúpida" la detención de un amigo negro y especular sobre los motivos raciales del arresto sin disponer de la información completa.
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