José
Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- El médico “antiabortista” y
“disidente” cubano Oscar Elías Biscet declaraba hace unos días, vía teléfónica,
ante el Congreso de EEUU, lo siguiente: “Mañana celebraremos con orgullo el
cuarto aniversario de la independencia de Kosovo. Hace cinco años ustedes los
americanos le prometieron a los albanokosovares su decido apoyo a la
independencia. Lo hicieron con tanta firmeza, honor y amor que sumaron a muchos
países en esta justa causa y triunfaron. Éste es el apoyo que yo pido de
ustedes para que mi pueblo sea libre y soberano” (1) (2). Estas palabras, una
apelación directa a que EEUU intervenga militarmente en Cuba –como hizo en
Yugoslavia- no ha aparecido en ningun cable de agencia y, en consecuencia,
tampoco en ningun medio de prensa internacional.
Recordemos
qué fue lo que llama el “disidente” cubano “el apoyo que yo pido de ustedes”:
el bombardeo de Yugoslavia, en 1999, por la aviación de EEUU y la OTAN, que
causó la muerte de numerosos civiles, al menos 500 según Human Rights Watch, y
miles según otras fuentes (3).
Curiosamente,
quien anima a bombardear su propio país, ha sido propuesto para el Premio Nobel
de la Paz por 29 miembros del Congreso y del Senado de EEUU, tanto del Partido
Republicano como del Demócrata (4). Y para complacer a todos los sectores del
Congreso, Biscet llegaba a acusar al Gobierno cubano de ser “anti-americano,
antisemita y antinegro”.
Pero Oscar
Elías Biscet no se quedó ahí. Solicitó al Congreso norteamericano la aplicación
íntegra y sin límites de la llamada Ley Helms-Burton, la ley que persigue
penalmente –entre otros- a inversores de terceros países en Cuba. Y lo hacía en
presencia del mismísimo Dan Burton, congresista por Indiana y padre de la
mencionada ley, al que calificó como “patriota” y “amante de la libertad de la
humanidad” (5).
Sus
alabanzas a los más extremistas del Congreso no quedaron ahí. El “disidente” se
dirigió como “mi compatriota y gran defensora de la libertad del pueblo cubano”
a Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del Comité de Relaciones Exteriores, quien ha
pedido recientemente repetir en Cuba la experiencia de intervención militar en
Libia (6).
Pero hubo
más. En el colmo del delirio, Biscet advirtió al Congreso de EEUU de una
eventual crisis de armas nucleares, similar a la de octubre de 1962, en la que
ahora Cuba tendría como aliados a Irán y Venezuela. Habló de que el Gobierno
cubano imparte “entrenamiento militar y logístico a las narcoguerrillas de
Colombia”, y mencionó “la presencia de bases de operaciones de los extremistas
musulmanes de Hezbollah y Hamas en Cuba”. Estos disparates también han
desaparecido de cables y noticias internacionales.
Y es que
todas estas gravísimas acusaciones y proposiciones bélicas chocan frontamente
con el perfil de “defensor pacífico de los derechos humanos” que han construido
los medios alrededor de este individuo. Por ello han sido censuradas por
agencias y medios que, sin embargo, sí han reproducido con todo detalle su
relato acerca de supuestas violaciones de los derechos de los reclusos en la
Isla (7). El encabezado del diario español ABC es representativo de un titular
“clonado”, prácticamente, por decenas de medios: “El disidente Óscar Biscet
denuncia ante el Congreso de EE.UU. abusos a los derechos humanos en Cuba” (8).
En su
comparecencia, el “médico disidente” (9) –como le han bautizado algunos medios-
hizo denuncias que jamás había realizado antes, a pesar de que salió de prisión
hace casi un año, en marzo de 2011 (10). Acusó, por ejemplo, a funcionarios
cubanos de desfigurarle la cara y romperle un pie. Uno se pregunta por qué él o
sus familiares no lo denunciaron en su momento a los medios internacionales que
han dado cobertura siempre a sus acusaciones. Y denunció torturas, chantajes a
su esposa y hasta varios intentos de asesinato, a cargo de “reos comunes”
“contratados por funcionarios” de la prisión en la que estuvo. Eso sí, pruebas
ni una.
El periodista
cubano Edmundo García que trabaja, en Miami, en un clima de verdadero peligro e
intimidación, comparaba a este personaje -y al resto de los llamados
“disidentes”- con los “politiqueros más entreguistas de la era republicana
cubana” (es decir, el período de más de cinco décadas entre la independencia
formal en 1902 y la dictadura de Batista) (11). Pero aquellos políticos, al
menos -apuntaba García-, cuando pedían la “intervención (de EEUU en Cuba),
buscaban siempre pretextos (...) porque, al parecer, les daba (...) un poco de
vergüenza ante su pueblo y su conciencia”. Y recuerda que el ultracatólico
Oscar Elías Biscet realizó todas sus declaraciones al Congreso de EEUU bajo
juramento, ante el Dios Bíblico, de no mentir. Por eso, le pregunta si, cumpliendo
ese mismo juramento, puede presentar si quiera una sola prueba de alguna de sus
gravísimas acusaciones.
(1) Audio de intervención en Congreso de EEUU. Parte 1. http://www.youtube.com/watch?v=TEE-UgohXEU
(2) Audio de intervención en Congreso de EEUU. Parte 2. http://www.youtube.com/watch?v=JH1_la7BiTc
1 comentario:
Los traidores a su propio país y a su gente luego se las dan de patriotas. Estos miserables debían pedir que se acabe de una vez el embargo contra Cuba, les debía dar vergüenza de que lo hagamos ciudadanos de otros paises , que somos solidarios con el pueblo cubano, mientras ellos piden que se ataque militarmente a sus compatriotas
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