De esto no se habla en El Paso
Jean-Guy Allard.- EL 11 de junio de 1976, al auspiciar formalmente la reunión donde se fundó la CORU, en Bonao, República Dominicana, la CIA firmó la larga sucesión de sangrientos crímenes que luego reivindicó esa organización terrorista que tuvo entre sus actores principales a Luis Posada Carriles, agente de la CIA, torturador, asesino y terrorista.
Posada se encuentra hoy en El Paso, Texas, involucrado en un juicio destinado a justificar que no sea extraditado a Venezuela donde lo esperan 73 cargos de homicidio en relación con la destrucción de un avión cubano que ordenó en 1976.
A pesar de todos los esfuerzos que desarrolló luego para limpiarse de su responsabilidad en los crímenes de la CORU y de sus sicarios, la mano de la agencia de inteligencia norteamericana aparece por todas partes, al reunir este encuentro altamente secreto de Bonao todos los elementos que la caracterizan.
La creación de la Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU) fue siempre atribuida a Orlando Bosch, pero la realidad es que si el architerrorista miamense ha tomado, por cierto, la dirección de esa organización llamada autónoma, la paternidad de la convocatoria recae en la CIA entonces dirigida por nada menos que George Bush padre.
El lugar escogido por la agencia equivale a una casa de seguridad, tal como las utiliza la compañía. A la veintena de participantes, procedente en mayoría de Estados Unidos, se les convocó en un lugar cuidadosamente escogido, con todas las condiciones: el lujoso chalet (lodge, en ingles) acondicionado para los mas altos ejecutivos de la empresa canadiense Falconbidge, en un territorio de acceso muy restringido de la Cordillera Central, perteneciendo a la localidad de Bonao, provincia Monseñor Nouel.
Ahí la agencia mantiene entonces, de alto ejecutivo de la firma, a un agente más "pintado" CIA que el propio cuartel general de Langley, Virginia.
Se trata de Alexander Vlonsky, un inmigrante rumano naturalizado norteamericano conocido entonces bajo la identidad de Sacha Volman, que penetró el Partido Revolucionario Dominicano con tal éxito que, en el momento de la ocupación norteamericana de 1966, se encontraba de asesor del Presidente Juan Bosch.
Volman, el hombre de confianza de la Compañía
Nacido en 1924 en Besarabia, Rumania, este hijo de terrateniente, ferozmente hostil a la presencia soviética en ese territorio al concluirse la Secunda guerra mundial, se activa a favor de grupúsculos anticomunistas, y se hace luego reclutar como colaborador, primero por los británicos de la Royal Air Force y luego por la inteligencia militar norteamericana.
De este individuo, se cuenta que era de estatura baja, de cabello y ojos negros, y que se comunicaba en ocho idiomas, a veces con un acento rumano tan fuerte que a penas era comprensible.
Después de una estancia en Estados Unidos, se aparece en Costa Rica en los años 50, de directivo en el Instituto de Educación Política y el Instituto Internacional de Relaciones Laborales, dos organizaciones luego claramente identificadas a la CIA por ex agentes de la inteligencia norteamericana.
Ahí conoce a Juan Bosch -exilado por la dictadura de Trujillo-. El líder político lo invitara luego a sumarse a los estrategas de su partido y a radicarse en la Republica Dominicana. Al tomar Bosch el poder, Volman es promulgado asesor del Presidente a quien ofrece la supuesta ventaja de sus supuestamente numerosos "contactos" en Estados Unidos.
El enigmático personaje se convierte en hombre de éxito de la "buena sociedad" dominicana, al casarse con la norteamericana Dominique Bludhorn, heredera del magnate yanqui Richard Bludhorn.
Cuando interviene la invasión norteamericana del 15 de junio de 1965 - 44 000 soldados norteamericanos toman la isla para "evitar otra Cuba" - el agente Volman sigue pegado a Bosch y lo estará hasta su derrota definitiva en las siguientes elecciones de 1966.
En 1970, Volman después de asesorar a otros importantes lideres dominicanos, se convierte, bajo instrucciones de la CIA, en Asesor Especial para las relaciones laborales de la filial dominicana de la complaciente firma canadiense Falconbridge, transnacional que busca proteger con sus modestos aportes a la inteligencia las minas de níquel que explota en Bonao, en el centro del país.
Es ese hombre clave de la CIA que, este día 11 del mes de junio de 1976, tendrá como misión de ser el anfitrión y coordinador de aquellas reuniones en este exclusivo "lodge" de la minera Falconbridge, en el medio de la sierra.
¿De donde surge el complot de Bonao?
El ex Jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional de Chile (DINA), general en retiro Manuel Contreras, contó en un informe redactado en la cárcel, cómo viajó a Estados Unidos, en agosto de 1975, y que sostuvo entonces varias "reuniones de trabajo" con el general Vernon Walters, el subdirector de la CIA, brazo derecho de George Bush.
En el curso de estas consultas, Walters se dijo "muy interesado" en que Contreras visitara la Dirección de Seguridad e Inteligencia Pública (DISIP) en Caracas, donde los siete más altos comisarios eran cubanos y pertenecían a la CIA, uno de ellos siendo Luis Posada Carriles, entonces Jefe de la División General de Seguridad.
Según Contreras, estos agentes cubanos de la CIA ubicados en la DISIP que incluyen a Ricardo "El Mono" Navarrete participaron, diez meses más tarde, en la reunión de Bonao.
Lógicamente, todos los otros participantes a esta reunión, apadrinada por el agente Volman, tenían también algún vínculo de colaboración con la agencia.
Por encima de Orlando Bosch, el terrorista sicópata de Poder Cubano, autor de una verdadera ráfaga de atentados devastadores en el propio territorio norteamericano, que saldrá de ahí como coordinador de la CORU, la reunión acoge a Frank Castro quién se encuentra entonces de directivo de la Gulf and Western, empresa fantasma creada por la CIA en Miami.
Reclutado y formado en Fort Jackson, después de la fracasada invasión de Playa Giron, Eulalio Francisco Castro Paz (alias Frank Castro) era ya socio de Rafael "Chi Chi" Quintero, celebre agente de la agencia recientemente fallecido, y del asesino Felix Rodriguez.Mendigutía, que ordeno en Bolivia la ejecución del Che. En Bonao, Frank castro representaba su organización terrorista propia, el Frente Nacional de Liberación Cubano (FNLC).
También se encuentra ahí, otro connotado agente de la CIA. Armando López Estrada . Este ex esbirro de la dictadura de Fulgencio Batista, había igualmente sido reclutado por la CIA después de Playa Giron y era ya conocido por su participación en numerosas actividades fomentadas por la agencia.
Otro controvertido cubanoamericano es Felipe Rivero Díaz, también "veterano" de Playa Girón que lideró el Movimiento Nacionalista Cubano, grupúsculo terrorista donde se encuentren asesinos del nivel de los hermanos Guillermo e Ignacio Novo Sampoll, Dionisio "Charco de Sangre" Suárez Esquivel, Virgilio Paz, Alvin Ross y Eduardo Arocena.
Los hermanos Novo, "Charco de Sangre" y Paz, participaran, de una forma u otra, en el asesinato de Orlando Letelier, al apoyar al agente norteamericano CIA-DINA Michael Townley.
En Bonao, Rivero se hizo acompañar por Guillermo Novo cuya larga trayectoria terrorista lo llevara en el 2000 en una cárcel panameña, al lado de Posada, después de un intento de asesinato del presidente cubano. Y por "Charco de Sangre" que participará más tarde en el asesinato de Letelier.
Townley también viaja a Bonao y participa en la conspiración. El hombre de los norteamericanos en la DINA chilena está en contacto con los cubanoamericanos desde el ahora bien conocido viaje de Orlando Bosch y sus matones a Santiago de Chile en 1974.
En un articulo titulado Los combatientes de la libertad narcotraficantes de la CIA (The CIA's Dope-Smuggling 'Freedom Fighters'), publicado en diciembre de 1998, el profesor Jerry Meldon, de la Tufts University, también periodista e investigador, recuerda como también están presentes en Bonao los dirigentes de Alpha 66, creada en 1962 por la CIA, y un ex presidente de la asociación de los veteranos de Playa Giron, Roberto Carballo Diaz.
Otros dos individuos llevando la "mancha" CIA que participan a la reunión de Bonao son Gaspar "Gasparito" Jiménez Escobedo y Aldo Vera Serafín. El 3 de agosto de 1975, Jiménez había sido involucrado con Vera en el intento de secuestro del entonces embajador cubano en Argentina, Emilio Aragonés. Ese mismo año, Jiménez se sumaba a una conspiración fracasada para asesinar al presidente Fidel Castro en ocasión de su primera visita a Jamaica.
Tan "CIA" era, por su parte, Vera Serafín que acompañaba a Michael Townley cuando este agente viajo a Chile para sumarse a los servicios especiales de la dictadura de Augusto Pinochet.
En confidencias que hizo antes de su asesinato, ocurrido este mismo año en Puerto Rico, el propio Vera afirmó que tres misteriosos "desconocidos" se encontraban también presentes en la reunión de Bonao. No cabe duda que se trataba de oficiales de la agencia de Langley asignados al caso.
Más claro, el agua. En Bonao, la CIA firmó lo que se convertirá en una devastadora cadena de atentados terroristas, cuyos actores principales siguen beneficiándose, más de 30 años más tarde, de su total protección. (ARGENPRESS)
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