Huelga en Francia: sacando lecciones.

Norelys Morales Aguilera- Las protestas de este sábado en Francia fueron calculadas por los sindicatos en tres millones de personas, mientras que el gobierno las ubicó en 825.000 para argumentar que la protesta pierde fuelle y es fruto del trabajo de pedagogía para explicar una reforma que consideran imprescindible, según la agencia EFE.

Los medios corporativos, guardianes del capital, están planteando las protestas de los trabajadores como un diferendo con los gobiernos: Grecia, España y ahora Francia. Hoy Zarkozy es el dueño del repudio, que le corresponde desde luego, pero sin significarse cómo responde a los intereses económicos, cada vez más vinculados al capital financiero, que logró rescates multimillonarios como lo más normal del mundo, siguiendo en Europa la receta de Estados Unidos.

También están haciendo una cobertura muy marcada sobre las afectaciones por la paralización, tanto en Francia como en otros de Europa, concitando en algunos sectores sociales desaprobación sumada a las medidas de fuerza de los empresarios contra los asalariados.

Hace apenas unos años la utopía neoliberal se abalanzó para hacer creer que se derramaría la riqueza hacia todos, cuando en verdad se concentró la misma en menos manos de las minoritarias que fueron siempre.

En Francia la indignación por la reforma prevista del sistema de pensiones es cada vez mayor. Pese a que la ley ya está prácticamente aprobada, los sindicatos han convocado a manifestarse en las calles.

Casi 70 por ciento de los franceses apoya las protestas, y unos dos tercios ve con buenos ojos la opción de una huelga indefinida. Un sondeo del Instituto BVA asegura que el 54% de los franceses apoya una huelga indefinida, como la que paralizó el país en 1995 e hizo que el gobierno del entonces primer ministro galo, Alain Juppé, renunciara a reformar las pensiones. En tanto, sondeos citados por la agencia Reuters muestran que dos tercios de los franceses se oponen a la reforma que impulsa Sarkozy.

"No toquen nuestras pensiones", es una consigna de los manifestantes, mientras el gobierno afirma que "ya no hay margen para negociaciones".

Los estudiantes se han unido a las protestas con la comprensión de que la reformas del gobierno francés (el sistema capitalista, desde luego) les bloquea aún más el acceso al mercado de trabajo: "Estamos aquí porque no queremos vivir peor que nuestros padres" decían entrevistados. El fantasma de las protestas de 1968 aterra a la burguesía y estarían aplicando las lecciones que han sacado.

El Gobierno teme que las movilizaciones se radicalicen por la participación estudiantil. Las movilizaciones de adolescentes causaron ayer jueves varios incidentes y heridos en numerosas ciudades de Francia. Sarkozy no olvida, además, las protestas estudiantiles de 2006, que obligaron a retirar al Gobierno de Dominique Villepin una polémica ley de contratación laboral. Precisamente, Villepin declaraba el martes pasado en la televisión francesa: "Hay que sacar lecciones de la experiencia". Las revueltas de Mayo del 68 también permanecen en las mentes de todos. (El País, de España).

El Ministerio de Educación ha dicho que 306 escuelas secundarias se vieron afectadas en distinto grado, en comparación con las 342 del jueves. En el país funcionan unas 4.300 escuelas secundarias. Ayer, un joven resultó herido en Brest, mientras continuaba la polémica por las circunstancias en que un adolescente de 16 años acabó el jueves grave, con la cara completamente deformada, en Montreuil, por efecto de un proyectil lanzado por la Policía. Ayer, los estudiantes protagonizaron la jornada, con el bloqueo de cientos de liceos y concentraciones en muchas ciudades.

La importancia de lo que sucede en Francia es que algunos de los principales sindicatos, viendo como las huelgas de un día no han tenido éxito han decidido incrementar las protestas para que el gobierno dé marcha atrás. En Grecia se hicieron siete huelgas generales en el primer semestre de 2010, pero sin conseguir sus demandas. El 29 de septiembre fue en el Estado español. Salida de las bases la propuesta de los sindicatos galos es escalonadamente en varios sectores para una grève générale reconductible: una huelga general “reconducible”, o sea, indefinida.

¿Resistirá el gobierno y la burguesía francesa a sus trabajadores y estudiantes? El modelo capitalista los tiene que someter y aún así, sigue sin funcionar.

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