En la asamblea general de la ONU del 26 de octubre se votará, una vez más, el cese del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto sobre Cuba. Esta será la votación número 19 que perderá la moción dictada por Estados Unidos, y apoyada sólo por unos pocos lacayos.
El 23 de septiembre comenzó un nuevo período de sesiones de la Asamblea General de la ONU. Estados de todo el orbe se dieron cita en la ciudad de New York para discutir los principales problemas del mundo.
Uno de los temas más discutidos, tal como sucede desde hace años, es el del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a la Cuba revolucionaria. En los primeros días de debates, una gran cantidad de países se pronunciaron en contra de que Washington mantenga esa medida la isla.
Por su parte, el cuerpo diplomático estadounidense justifica el anacrónico bloqueo como un asunto bilateral. Aseguran que no se trata de un bloqueo sino de un "embargo", y que resulta apenas una suerte de penalización sin mayores consecuencias.
En un contundente informe elevado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Cuba relata las graves consecuencias que ha provocado, y provoca, el bloqueo y el recrudecimiento del acoso financiero contra cualquier operación comercial cubana en los más diversos mercados del mundo.
También da cuenta del alcance del endurecimiento de las prohibiciones y restricciones a los viajes, remesas e intercambio académico, tanto como en el agravamiento de las acciones punitivas contra las inversiones y el turismo en Cuba.
El bloqueo de Estados Unidos en contra de Cuba fue impuesto en octubre de 1960 por la administración de John Fitzgerald Kennedy. La excusa utilizada por Washington para iniciar el bloqueo fue una respuesta a las expropiaciones por parte del naciente gobierno revolucionario a las compañías estadounidenses que actuaban en la Isla. En febrero de 1962, y sin previo aviso, Estados Unidos recrudeció las medidas y el bloqueo llegó a ser total, tal como se mantiene en la actualidad.
El bloqueo ha sido objeto de 18 resoluciones de la Asamblea General de la ONU, con el apoyo casi unánime de los Estados miembros en reclamo de su eliminación. Para el próximo 26 de octubre, está prevista la votación sobre el informe presentado este año por Cuba.
En 2009, 187 países se pronunciaron en la Asamblea General en contra de la medida estadounidense, fue la votación anual más alta registrada sobre este tema desde 1991, con solo tres votos en contra: los de Estados Unidos, Israel y Palau. También hubo dos abstenciones: las de las islas Marshall y Micronesia.
El reclamo por el cese de la unilateral medida está contenido en la mayoría de los discursos pronunciados por los jefes de gobierno y cancilleres.
Una de las intervenciones más claras y contundentes fue la del canciller brasileño, Celso Amorín. El funcionario calificó al bloqueo como una medida ilegítima y expresó una condena "compartida por todos en América Latina y el Caribe”.
Primeros ministros, cancilleres y cuerpos diplomáticos de todo el mundo condenan el bloqueo contra Cuba, denuncian que esa imposición constituye una clara violación de la Carta de la ONU y del derecho internacional. Coinciden en afirmar que se trata de una clara medida de estrangulamiento injustificable.
Las diferentes intervenciones hacen previsible una nueva condena mundial al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba en la ONU durante este período ordinario de sesiones. Pero también es previsible que Estados Unidos haga lo mismo tras una nueva votación condenatoria: nada. Una muestra más de que el organismo internacional, tal como está estructurado, genera más dudas que respuestas.[APM]
No hay comentarios.:
Publicar un comentario