Blog Islamía- Confirmado y rigurosamente cierto.
Mezclas burdas, mezclas sutiles. Mezclas para la manipulación. Mucho dinero en la mezcla justifica el anexionismo de los sirvientes de turno para los Estados Unidos en relación con Cuba. Llámense blogueros, periodistas independientes, luchadores, etc. entendiendo a los mercenarios de siempre.
Resultado: distorsión de las estadísticas sobre la Isla, clichés sobre el estatus institucional de Cuba (“la tiranía”, “la dictadura”, “los disidentes”…) sobre la vida de los cubanos y lo más “exquisito”: sobre sus expectativas de libertad.
La “doctrina de la fruta madura” fue formulada en 1823 por John Quincy Adams, Secretario de Estado y más tarde Presidente. Estados Unidos inevitablemente lograría, por ley de gravitación política, apoderarse de nuestro país al romperse la subordinación colonial a España.
El 20 de mayo de 1902 fue un día “célebre” para Cuba, en un acto solemne y simbólico ondeó por primera vez su bandera en el mástil del Morro de la capital. Hubo quienes vieron en ello la posibilidad de dar continuidad a los sueños redentores frustrados por la “filantrópica gestión salvadora” de Estados Unidos.
Bajo el pretexto de la voladura del “Maine” ―suceso que está todavía por desentrañar, aprovechado para desatar la guerra contra España, como el incidente del Golfo de Tonkin, hecho que en cambio fue probadamente prefabricado a los efectos de atacar a Viet Nam del Norte―, el presidente William McKinley firmó la Resolución Conjunta del 20 de abril de 1898, la cual declaraba “…que el pueblo de la isla de Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente”, “…que los Estados Unidos por la presente declaran que no tienen deseo ni intención de ejercer soberanía, jurisdicción o dominio sobre dicha Isla, excepto para su pacificación, y afirman su determinación, cuando esta se haya conseguido, de dejar el gobierno y dominio de la Isla a su pueblo.” La Resolución Conjunta autorizó al Presidente el uso de la fuerza para eliminar el gobierno español en Cuba, según lo expresado por Fidel Castro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario