Afectaría a Cuba derrame de petróleo en el Golfo.

Ni los norteamericanos, ni los mexicanos ni los cubanos tienen culpa sobre el accionar de las petroleras asesinas o de la incapacidad de control del gobierno de USA y sus rejuegos políticos con las ganancias. El derrame continúa incontrolable.

El Departamento de Estado estadounidense ha iniciado un diálogo con las autoridades cubanas por el derrame petrolero en el Golfo de México tras conocerse que la mancha de crudo podría llegar a las costas de Florida y la isla caribeña.

Los expertos creen que el crudo ya entró a la corriente del Golfo de México.
"Puedo confirmar que (las conversaciones) siguen y que se desarrollan a nivel de funcionarios de bajo rango", señaló a periodistas en Washington el portavoz de la diplomacia estadounidense, Gordon Duguid.

Científicos de la Agencia Espacial Europea (AEE) advirtieron que las últimas imágenes satelitales indican que el crudo ya entró a la corriente marina que podría llevarlo a Florida y luego a Cuba en pocos días.

Los medios estadounidenses informaron que las autoridades cubanas solicitaron la semana pasada a Washington la ayuda de expertos especializados en corrientes marinas.

Modelos de computadora

Según los expertos, los modelos informáticos indican que parte del vertido podría ser atrapado en los próximos días por la corriente principal del golfo, conocida como la "corriente rizo", que lo arrastraría hasta los cayos de Florida y de ahí hasta a la costa atlántica de Estados Unidos.

Las previsiones señalan que la mancha se dirige hacia las costas de Florida y podría afectar a Cuba.

La contaminación podría hacer peligrar, entre otros, el Santuario Nacional de los Cayos de Florida, donde se encuentra el tercer arrecife más grande del mundo, los manglares costeros y el parque nacional de los Everglades.
Durante su paso por el estrecho de Florida la mancha de crudo también podría afectar a Cuba.

Los científicos aseguraron que, de cumplirse los modelos, el petróleo podría llegar a los cayos del sur de Florida en una semana.

El petróleo mana de un pozo submarino de la petrolera británica BP y ha formado una gigantesca mancha frente a las costas de Luisiana, Misisipi y Alabama.

La amenaza de un derrame de petróleo también fue un tema de discusión entre Estados Unidos y Cuba en 2006 cuando el entonces presidente cubano Fidel Castro anunció que China ayudaría a explorar reservas de crudo frente a sus costas.

En aquel entonces el actual senador de Florida, Bill Nelson, expresó el temor de que un derrame en aguas cubanas podría extenderse hacia las playas del sudeste de Florida. No hay noticias de que sea tan exigente con su propio gobierno.

Pero ambientalistas consultados por el Washington Post afirmaron hoy que una información adecuada de parte de la petrolera británica sería muy útil.

Mientras siguen las polémicas sobre los mecanismos utilizados para intentar controlar el derrame, las autoridades de Louisiana dijeron que unas 30 millas de la costa del estado sobre el Golfo de México ya fueron alcanzadas por las manchas de petróleo.

Científicos de la agencia federal que supervisa los océanos y la atmósfera (NOAA, por su sigla en inglés) advirtieron que el derrame ya entró en contacto con la marea conocida como “Loop Current”, que podría llevar la marea negra hasta la zona de los cayos en Florida.

Se calcula que, en el mes desde que ocurrió la explosión, que mató a once operarios de la plataforma, en las aguas del Golfo se derramaron unos seis millones de barriles de crudo.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ordenó una “profunda investigación” del caso y ya expresó varias veces su “frustración” por la incapacidad de la BP para controlar el derrame.

Todo parece indicar que la administración Obama tiene la misma pereza que demostró la de G. Bush cuando el huracán Katrina azotó la costa norteamericana.

La agencia federal para el medio ambiente (EPA, por su sigla en inglés) disparó también hoy sobre la BP, a la que le reclamó que utilice dispersantes químicos “menos tóxicos” para intentar controlar la pérdida de petróleo.

Los dispersantes tiene por objetivo “quebrar” las manchas de petróleo para reducirlas a porciones menores, que son más fácilmente degradables. La EPA exigió a la petrolera británica que encuentre un dispersante menos tóxico “dentro de las próximas veinticuatro horas”.

Es decir que, a los grandes temores por el impacto ambiental negativo que está produciendo el derrame, las autoridades federales añadieron ahora la preocupación por las consecuencias de la utilización de los químicos Corexit 9500A y Corexit 9527A.

De esos químicos, la BP ya dispersó unos 2,2 millones de litros en la superficie del Golfo de México y unos 210.000 litros bajo las aguas.

Son aterradoras estas imágenes donde sale el crudo sin control a las aguas compartidas del Golfo de México.




Fuente: Informes de Agencias

1 comentario:

Lorena Machuca W. dijo...

¡Impresionante el alcance! Aparentemente el derrame es mucho mayor de lo que han querido reconocer. ¿Superará este nuevo desastre al Exxon Valdez?
Un abrazo, pásate por mi blog si quieres, también le dediqué algunas líneas al derrame.

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