En su discurso del 21 de enero para hablar de Internet, la secretaria de estado de los Estados Unidos, Hillary R. Clinton, afirmó: “En muchos aspectos la información nunca se ha movido tan libremente. Hay más formas de diseminar más ideas a más personas que en ningún otro momento de la historia. Incluso en países autoritarios las redes de información ayudan a la gente a descubrir nuevos hechos y pedir más cuentas a los gobiernos.”
Es obvio que la Secretaria de Estado no clasifica a su país como autoritario. Lo menos que se pueden permitir en EEUU es que sus ciudadanos les pidan cuentas, por lo que no dudó en poner límites: “Ahora bien, todas las sociedades reconocen que la libertad de expresión tiene sus límites.”
Ya le aplican ese “límite” a una web, Wikileaks, presentada en Internet para hacer visible la cara oculta de cualquier asunto.
Soldados norteamericanos disparan a civiles,incluido el fotógrafo de Reuters, a sangre fría.
Un video muestra cómo el ejército de EEUU dispara y mata a un fotógrafo de la agencia Reuters y a su chófer en Irak. Sucedió hace tres años pero entonces, oficialmente, el ejército argumentó que habían respondido al fuego de hombres armados. La agencia Reuters pidió entonces ver el video grabado desde un helicóptero, pero nunca les entregaron el material.
Las imágenes reveladas muestran la localización desde el aire de varios hombres en las calles de Bagdad, su seguimiento, el intercambio de instrucciones entre los pilotos del helicóptero Apache, donde sospechan que uno de ellos tiene un arma, y al final la orden: Disparadles.
Pero no era un arma lo que portaba aquel hombre sino su cámara de fotos con teleobjetivo.
¿Cómo se han podido escapar esas imágenes secretas que dejan tan mal parada la versión oficial? Gracias a Wikileaks Es una web, es una ONG, es un medio de comunicación, en definitiva, es la caja de Pandora que un grupo de periodistas y rebeldes ha puesto al servicio de los que quieren filtrar documentos secretos en todo el mundo.
Cualquier persona que tenga un documento importante y que quiera darlo a conocer a la humanidad puede enviarlo a Wikileaks con la seguridad (hasta ahora) de que nadie revelará su nombre. Esas son las condiciones que ha creado Wikileaks para que confíen en su veracidad y en el secreto de las fuentes.
Wikileaks significa en castellano Wikifiltraciones o Wikifugas.
Fue creada hace cuatro años y su frase de bienvenida es “Publishes and comments on leaked documents alleging government and corporate misconduct”, es decir, publica y comenta documentos filtrados (revelaciones) sobre supuestas conductas erróneas de gobiernos y empresas.
En teoría, alberga más de un millón de documentos, precisamente esos que implican a gobiernos, empresas y organizaciones en actos oscuros. Son esos documentos que a ningún gobierno o empresa les gustaría ver publicados, pero que se publican gracias a un montón de gargantas profundas. Quienes los filtran son personas interesadas en que se sepa la verdad, como los que filtraron el video del ejército americano ametrallando a un fotógrafo armado con una cámara de fotos.
Esto quiere decir que los gargantas profundas pueden ser funcionarios honestos o empleados enfadados, no importa. Lo importante es que llegue a Wikileaks y que estos internautas lo pongan a disposición del gran público. Dinamita digital.
Una tarea difícil, por supuesto, porque se crea enemigos por doquier. Hace unas semanas Wikileaks ya anunciaba que iba a publicar documentos importantes del ejército de EEUU. También decía que la CIA y la NSA (National Security Agency) estaban acosándoles, y que estaban siendo sometidos a fuertes presiones. Pero los débiles de Wikileaks tienen una fuerza oculta: son expertos en confundir a cualquiera que les quiera seguir la pista. Alojan los documentos en servidores de cualquier punto del globo, creando para ello códigos encriptados y una maraña de puntos repartidos por el planeta. Imposible dar con el origen de un documento.
No es una tarea fácil la de Wikileaks porque una web de este tipo, tan abierta a recibir los documentos que nadie quiere ver publicados, es el objetivo de muchos odios. La prueba está en que el Pentágono ya había declarado que esta web ponía en peligro la seguridad nacional, presentó una información de The New York Times del 17 de marzo pasado.
Según un documento interno del Pentágono, “Wikileaks representa una amenaza potencial para la protección y el contraespionaje del ejército de EEUU”. El colmo de la filtración es que hasta ese documento lo filtró alguien a Wikileaks, que a su vez, lo colgó de la web y luego lo captó The New York Times.
Por ahora, lo único que se sabe es que detrás de Wikileaks está Sunshine Press y la Fundación Wau Holland de Berlín. Todo hace pensar que buena parte de esta guerrilla digital está compuesta por alemanes, pues muchos de sus mensajes en Twitter están escritos en ese idioma.
El único nombre conocido detrás de esta web reveladora es Julian Assange, un hombre del que realmente se sabe muy poco. Concedió una entrevista que se puede ver en YouTube. Un día antes, Assange presentó el polémico video de los disparos en la sala Holeman del National Press Club en Washington (la asociación de periodistas).
Y ya debe ser el enemigo número uno del Pentágono.
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1 comentario:
Es evidente que el gobierno de los EEUU les afecta que la WIKILEAKS exista, imaginen tantas cosas macabras que han hecho claro que tienen miedo que salgan a luz, pienso que esta bien creada esa web así en cierta forma se va a saber muchas verdades y no lo que se sepa sino que va a quedar demostrado mediantes pruebas físicas la culpabilidad del gobierno de EEUU en actos oscuros y de origen dudoso como la mayoría de las cosas que hace ese gobierno todo por debajo del telón...
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