Norelys Morales Aguilera.
Blog Islamía - El consejero de Asuntos Políticos de la Embajada española en Cuba, Carlos Pérez, visitó este el viernes 5 de marzo al deportista en ayunos Guillermo Fariñas y le pidió que depusiera su ayuno voluntario durante un mes. Eso dijeron las agencias y el equipo de Relaciones Públicas de “maravilla Fariñas”, término deducible de su “autobiografía”.
Con posterioridad, Fariñas, a través de su vocera, anunció que recibió una llamada de un funcionario cubano suplantando la identidad del diplomático. Nadie puede comprobar la afirmación, solo su envidiable equipo de Relaciones Públicas al cual se ha unido la “santa bloguera” doña Yoani Sánchez. Eso para que no aparezcan suspicaces y mal intencionados de que la acusen por llegar a vivir del muerto.
Nótese la “imbecilidad del régimen cubano”, lo "poco profesionales" al suplantar la identidad a un diplomático extranjero, nada más y nada menos, que del imponente Reino de las Españas, de la muy legítima monarquía parlamentaria española.
Fuentes allegadas a Fariñas que solicitaron el anonimato dijeron que el diálogo con el señor Carlos Pérez fue muy cordial, e hizo referencia a las violaciones de la legislación cubana que está cometiendo el ayunante voluntario, como recibir fondos de un gobierno extranjero que ha declarado a Cuba “gobierno enemigo”. No mencionó a los EEUU ni a Doña Esperanza Aguirre.
Carlos Pérez preguntó a Fariñas si conocía con exactitud las acusaciones que pesan sobre él. Fariñas respondió con un desplante impublicable y luego se disculpó cuando se percató de que su interlocutor era un “diplomático”. El enviado de la colonia española sabe que hay una artillería mediática pesada para mitigar las violaciones de Fariñas y otros más.
Sin embargo, el diplomático que le ofreció salida hacia el Reino español, sí le habló lo que dice la legislación española respecto a las acciones acometidas por Fariñas, por lo que tendría que terminar su huelguita y acogerse a la Ley en España. Acabaría como otros olvidados.“Maravilla Fariñas” perdería el protagonismo que su profesión de huelguista tantos lauros le ha conquistado.
El Código Penal español castiga con pena de 4 a 8 años a quienes “mantuvieran relaciones de inteligencia o relación de cualquier género con gobiernos extranjeros (...) con el fin de perjudicar la autoridad del Estado o comprometer la dignidad o los intereses vitales de España”.
Y pena de 10 a 15 años a los culpables del delito de “rebelión”, aplicado a quienes “se alcen violenta y públicamente” con fines como: derogar o modificar la Constitución, o destituir o suprimir facultades del Rey de España.
El señor Carlos Pérez, no mencionó (no le compete, se supone) que el código de los Estados Unidos, prevé una pena de 20 años para quien preconice el derrocamiento del gobierno o del orden establecido. 10 años de prisión para quien emita “falsas declaraciones” con el objetivo de atentar contra los intereses de EEUU en sus relaciones con otra nación. Y 3 años a quien “mantenga (...) correspondencia o relación con un gobierno extranjero (...), con la intención de influir en (su) conducta (...) respecto a un conflicto o una controversia con Estados Unidos”.
Por sus propios dichos Fariñas recibe fondos de un gobierno extranjero y de un terrorista como De Fana. Ha sido juzgado y sancionado por agresión al menos a dos personas, una mujer y un hombre mayor de 60 años.
En los últimos días ha hecho declaraciones contra varios jefes de estado, tal y como si fuera el representante de un gobierno universal, desde su casa en la Chirusa, el barrio donde habita en Santa Clara y cuya foto Yoani Sánchez y Montaner con ella, equivocaron.
Otros estados representados en el Parlamento Europeo como Francia castiga con pena de hasta 30 años y 450.000 euros de multa “el hecho de mantener relaciones de inteligencia con una potencia extranjera, (...) con vistas a suscitar hostilidades o actos de agresión contra Francia”.
Italia sanciona con pena de entre 3 y 10 años al “ciudadano que, incluso indirectamente, reciba (...) del extranjero (...) dinero o cualquier otro artículo (...) con el fin de cometer actos contrarios a los intereses nacionales”, con un incremento de pena si “el dinero (...) se entrega o se promete mediante propaganda por medio de la prensa”.
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