Martha Beatriz Roque: ni huelga, ni gravedad, ni agonía.


Ni huelga de hambre, ni gravedad, ni agonía, dice JMÁlvarez, sólo otra patochada forzada por la rivalidad que provoca la nueva “disidencia bloguera” la cual silenció, significativamente, el inminente óbito de la susodicha. Quizás el ayuno le haya venido bien para perder algún kilo de más, adquirido gracias a la buena vida que procuran las aportaciones económicas del terrorismo internacional anticubano, que comienzan a desviarse hacia la competencia. Una vez más, Martha no estaba muerta, estaba de pachanga.

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1 comentario:

Edu dijo...

Una farsante, pagada y mercenaria.
Salud y siempre 26

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