El gobierno del recién nombrado Premio Nobel de la Paz Barack Obama decidió reforzar la presencia militar en Afganistan con el envío de 13 mil efectivos que se suman a los 21 mil anunciados el pasado mes de marzo.
La nueva estrategia de la Casa Blanca y del Pentágono es escudarse en asuntos de semántica, tratando así de disminuir importancia a este nuevo contingente militar.
Por su parte, los voceros de la Casa Blanca han alegado que se trata de “refuerzos” no de tropas de combate, eufemismo con el que pretenden esconder las verdaderas intensiones de un gobierno que se ha empeñado en incrementar los esfuerzos bélicos de ocupación en territorio afgano.
A todas luces la decisión que no se había anunciado, eleva a 34 mil nuevos los efectivos para llegar un total de 68 mil estadounidense desplegados en Afganistan.
Esta alarmante cifra supera groseramente el refuerzo que hiciera en Irak el ex presidente George Bush que sumó 20 mil tropas a las ya existentes, quizás por ello no fue merecedor de recibir el Premio Nobel de la Paz.
Mientras tanto, la resultante de la reunión sostenida entre Obama y el jefe de gobierno español, José Luís Rodríguez Zapatero, fue el penoso apoyo que este último ofreciera al mandatario estadounidense referido a las tropas en Afganistan, al señalar que brindará “un firme respaldo” y “hacer el máximo esfuerzo para la formación de la fuerzas de seguridad”.
Los apoyos nefastos no se hicieron esperar y el primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, informó el miércoles que elevarán el número de soldados en Afganistán a 9.500, lo que supone un incremento de 500 militares frente a los actualmente destinados al país asiático.
Las contradicciones están sobre el tapete, pues luego de 8 años de guerra y ocupación ilegal por parte de Estados Unidos en territorio afgano la violencia evidentemente se ha incrementado debido a la presencia de miles de efectivos militares. En tal sentido se pretende aumentar el número de tropas para combatir esa violencia generada por ellos, iniciando así un ciclo vicioso de violencia donde el único precursor ha sido los EE.UU.
Brown dijo que Reino Unido enviaría más soldados con la condición de que el Gobierno afgano acelere el entrenamiento de sus propias fuerzas y tuviera disponible el equipamiento militar adecuado.
Recordemos que el actual gobierno afgano fue electo durante el desarrollo de una guerra, asunto que bajo la visión del derecho internacional es inaceptable.
'He acordado en principio un nuevo nivel de fuerzas británicas de 9.500 (militares) que entrará en vigor una vez que se cumplan estas condiciones', dijo Brown al Parlamento.
El Ejército británico es la segunda mayor presencia militar extranjera por detrás de Estados Unidos, de acuerdo con una nota publicada por Reuters.
Hay más de 100.000 militares occidentales en la zona, la mayoría estadounidenses.
Los impuestos que pagan los ciudadanos estadounidenses en lugar de ser destinados a invertir en educación, salud, vialidad o viviendas, se destina a fortalecer el campo de la guerra con 1.100 millones de dólares en instalaciones para los nuevos destacamentos en Afganistán.
EE.UU planea destinar una partida de 1.300 millones de dólares adicionales en obras de construcción el próximo año.
Fuente: Punto de Vista ∆
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