Norelys Morales Aguilera.- Yoani Sánchez, "activista y bloguera" cubana, saldrá este domingo a recorrer el planeta en una gira de 80 días por una decena de países con su rosario de clichés bien aprendidos. Así como lo lees.
Esto lo informó Reuters. Sánchez llegará primero a las sedes de las compañías sociales como Google, Twitter y Facebook para las que no tiene preguntas incómodas como el bloqueo de la primera para algunos de sus productos en Cuba como el navegador Chrome o Google Analytics. Por no hablar de la tolerancia de Twitter por sus miles de seguidores falsos.
Luego estará en territorios latinoamericanos como Brasil, Argentina, Perú y México, lugares en los cuales ha estafado a incautos que piensan que no tiene dinero para viajar, mientras su fortuna sobre pasa ya los 400 mil dólares sin pago de impuestos por premios inmerecidos.
Y, lo peor de todo, la gran promocionada y conocida en el mundo es una perfecta desconocida en su propio país, y sin ascendencia alguna entre sus connacionales, aunque represente a los consorcios mediáticos, salario incluido, de la Sociedad Interamericana de Prensa. Ya se sabe quién la ha dado a conocer. Comprobar si no, lo hecho por la Oficina de Intereses en La Habana que redactó la supuesta entrevista que el presidente Barack Obama le dispensara.
Tampoco a Yoani Sánchez le está permitido indagar por qué Estados Unidos mantiene el bloqueo que desangra la economía cubana rechazado por la abrumadora mayoría de la comunidad internacional, ni la razón o sin razón de por qué los ciudadanos norteamericanos no pueden viajar a la Isla; acaso por miedo al contagio con la verdad.
Para el analista Patricio Montesinos el dilema ahora para esos “opositores”, después de la entrada en vigor de la Ley Migratoria, es que se han quedado sin pretextos para denigrar de su país, lo que han hecho durante mucho tiempo por orden expresa de Estados Unidos y algunos de sus aliados de Europa, cuyos gobiernos los han financiado para subvertir el orden y tratar de destruir la Revolución.
Yoani Sánchez alienta la continuación de la entrega de fondos del gobierno de Estados Unidos contra el legítimo gobierno de la Isla, pero eso supondría que en la Mayor de las Antillas nos quedáramos sin contrarrevolución y afectaría el negocio de la cochambre de Miami y de los vividores y arribistas que estarán pendientes de sus palabras, para aplaudir.
Y, que no se equivoque, que para los violentos faltar a la verdad no es un pecado, pero una verdad, una solita verdad, le traería un huracán de verborrea y hasta el corte de suministros con los que vive prendida al Twitter y la Internet, aunque algunos se empeñen en presentarla como una valiente desvalida en el filón de la contrarrevolución.
La “nueva Cuba” que Yoani Sánchez y otros mercachifles llevan en las maletas es la sumisión y dejan a la Cuba real en manos de su pueblo que es quien tiene la verdad.
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