El hedor de las campañas contra Cuba

Norelys Morales Aguilera.─ Vemos que las campañas contra Cuba se han intensificado cuando el bloqueo es más férreo y la pandemia de la Covid-19 está siendo combatida en la Isla, dirigida por un gobierno que privilegia la salud del pueblo. 

Los dos tópicos que quedan fuera del ámbito conceptual de promotores y actores. Los primeros son los mismos de siempre, regenteando el negocio del dinero que Estados Unidos destina a la contrarrevolución, los segundos con la dignidad por el piso y sin un plan para una Cuba mejor. 

Cada vez que se busca la trama de cada campaña en medios y redes sociales aparecen los terroristas devenidos partidarios del golpe suave, con los métodos que Gene Sharp propuso y fueron funcionales para la Guerra No Convencional del ejército de Estados Unidos. Ejemplos sobran en el espacio post soviético y en el Medio Oriente. 

Quien siga la ruta del dinero hallará lo que publica la National Endowment for Democracy (NED) y la  Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en un exhibicionismo tendente a deslumbrar a los "buscadores de oro", aunque en silencio tengan los montos desinados al espionaje, que saben personajes como Marco Rubio y Ted Cruz. 

Detrás de la NED y la USAID aparecen también los think tank que eufemísticamente se nombran "no gubernamentales" y siguen los dictados del Departamento de Estado, la CIA y cuanto engendro les parezca adecuado, que con chantajes y presiones buscan sus operadores fuera y dentro de la Isla. Así se han visto artistas o supuestos artistas que para actuar en Miami deben abdicar de cualquier sentido patrio.

La cultura, los derechos humanos y los ataques al gobierno cubano son temas recurrentes que se usan en redes y los medios dependientes de los dineros yanquis. No es gratuito, sobre ellos se basan los mal llamados métodos no violentos. Todo lo que se busca en Cuba es que con las dificultades, se haga cierto el viejo apotegma de rendir por hambre y desesperación al pueblo cubano.

Llevan seis décadas intentándolo. No han podido. Y, al final las campañas llevan el hedor del terrorismo que es lo que les queda y que la gente cubana, una vez más, derrotará con astucia y paciencia. Mucho les preocupa que exista un Partido de la nación marcando el rumbo y que sea seguido por la inmensa mayoría del pueblo de Cuba. Vivir para ver.

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