Elson Concepción Pérez.─ En sus primeras apariciones públicas, cada vez que pudo el diputado de la Asamblea Nacional en desacato de Venezuela, Juan Guaidó, armó un show mediático para pedir nuevos comicios aludiendo que los de 2018 –donde fue elegido Nicolás Maduro como presidente– «eran ilegales».
Ahora resulta que al diputado lo sorprende que, como parte del proceso negociador con la oposición y por la buena voluntad del Gobierno Bolivariano, el Presidente Maduro se pronunciara por adelantar los comicios para la elección de la Asamblea Nacional.
El improvisado personajillo, mal asesorado y ávido de protagonismo y dinero, insiste en su rol de servidor de las órdenes del Gobierno de EE. UU. y ha hecho mucha empatía con lo peor de la fauna neofascista de Pompeo, Bolton, Rubio, Abrams y Mike Pence.
Guaidó no quiere elecciones porque se sabe perdido. Y muy importante, habrá llegado el momento en que tenga que responder ante el pueblo y la justicia de su país, entre otras cosas por: usurpar un cargo que no le pertenece, llamar a una intervención militar contra su país, propiciar y estimular la guerra económica que ya ha dejado niños muertos debido al bloqueo de alimentos, medicinas y otros recursos vitales, usurpar sedes diplomáticas en el exterior en violación de leyes y convenios internacionales.
¿Sabrá Guaidó qué le corresponde judicialmente por cada una de estas violaciones por él cometidas? ¿O es que piensa que Venezuela es un Estado fallido donde no hay leyes ni organismos encargados de hacerlas cumplir?
Guaidó quiere que salga Maduro de la presidencia y se la entregue. Quiere que los 6 millones 190 612 votos obtenidos por el mandatario legítimo en 2018, de manera transparente y reconocida por autoridades y personalidades internacionales, le sean regalados por su «noble acción» de querer desestabilizar el país aunque las sanciones provoquen hambre y una posible intervención militar de consecuencias incalculables.
Juan Guaidó no quiere elecciones y para colmo, se expresa con la vulgaridad propia de un frustrado, calificando al Presidente Maduro de «estar cada vez más disociado». «No vengan con el cuento de unas elecciones parlamentarias», dijo.
Faltaría ver cuál es la opinión de sus amos de EE. UU., quienes también pedían elecciones adelantadas para «restablecer la democracia», y salieron tan mal parados con este show del autoproclamado.
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