¿Extraño que la SIP dispare contra Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia?

Norelys Morales Aguilera.─ La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) se presenta como una organización independiente, no partidista y sin fines de lucro, que agrupa a publicaciones del Hemisferio Occidental interesadas en fomentar y proteger la libertad de expresión en las Américas y el derecho de los pueblos a informarse, algo que queda desmentido al cobijar y proteger a los medios de comunicación que participan de manera descarada en labores de desestabilización. 

La SIP es, en realidad, un cartel que agrupa a los grandes dueños de medios de comunicación del continente. De ella forman parte, según su sitio web, mil 300 publicaciones, la mayoría de Estados Unidos, a los que hemos visto en estrategias cartelizadas contra Venezuela, por ejemplo.

La entidad probó en Cartagena en su reunión de Medio Año del 29 al 31 de marzo, que su principal objetivo es resguardar sus propios intereses, es decir, la posibilidad de manejar sus empresas como deseen con la mínima intervención estatal y estableciendo oligopolios que les hagan propietarios casi únicos de la posibilidad de comunicación masiva.

Asimismo, la función de la SIP es servir de brazo propagandístico de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), condenando a gobiernos incómodos para el imperio.

La entidad se ha caracterizado por hacerse de la vista gorda frente a las violaciones de las administraciones complacientes con Estados Unidos, como en Honduras o la misma Colombia.

No es extraño, entonces, que la SIP haya enfilado sus cañones y disparado contra los estados que no aceptan el discurso único de la derecha como Venezuela, Cuba, Nicaragua o Bolivia.

La presidenta de la SIP, la colombiana María Elvira Domínguez Lloreda ha dicho que, "La situación de la industria es compleja y se agrava con la asfixia económica que ejercen regímenes como los de Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Miguel Díaz-Canel y Evo Morales".

La directora del diario El País, de Cali (Colombia), al inaugurar la Reunión de Medio Año de la SIP, fijó el eje de su exposición en un análisis sobre la crisis económica que atraviesan los medios, que calificó de "profunda y no de fácil resolución".

Por su parte, el presidente Iván Duque, hizo del espacio un escenario para su cruzada contra Venezuela, y una retórica hipócrita sobre la democracia en abstracto, ignorando las violaciones en su país, que a él toca muy de cerca.

Duque, de acuerdo con sus mentores, continuó sus ataques contra Venezuela celebrando que en el evento se trataran temas relacionados con las amenazas que existen en la región, que él ve en la República Bolivariana. La democracia burguesa totalitaria y dictatorial le produce complacencia al presidente colombiano. 

Ampliamente la SIP se descalifica, con la sola presencia de enemigos jurados de las Revoluciones Cubana, Bolivariana y Sandinista, como el cipayo de la OEA, Luis Almagro; el presidente colombiano, Iván Duque; la presidenta de la SIP, María Elvira Domínguez; José Miguel Vivanco, de Human Rights Watch; o los mercenarios anticubanos Yoani Sánchez y Reinaldo Escobar. Así como los nicaragüenses Carlos Fernando Chamorro, Cristina Chamorro, Violeta Barrios de Chamorro y Douglas Carcache, todo lo cual queda reafirmado en sus paneles: "¿Podrá Cuba seguir resistiendo a la corriente de democratización en la próxima década?", "Venezuela sin chavismo: nueva oportunidad para el hemisferio" y “La Nicaragua de Daniel Ortega: Un régimen represivo”.

Esta reunión de medio término de la SIP, espectáculo aparte, verifica una línea de ataque que sale del gobierno oculto de Washington, sus halcones y los laboratorios mediáticos. Reconozcamos la facilidad con que se concierta el pensamiento neoliberal por su carencia de ética y el desprecio a los valores del periodismo, por los dueños de medios a quienes solo importa el negocio y ser fieles a los dictados del pensamiento único.

La prensa democrática y las redes sociales tienen la tarea de desenmascararlos y afinar la labor comunicacional, dado que las agresiones contra Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia obedecen a un plan mayor, siniestro e hipócrita, de doctrina Monroe y Macartismo, .

Pregunta: ¿Extraño que la SIP ataque además, la Constitución Cubana refrendada por amplia mayoría en Cuba socialista?

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