Percy Francisco Alvarado Godoy.─ A todas luces la realización del Foro por la Democracia 2019 en Santiago de Chile y la ulterior convocatoria a la formación del Foro para el Progreso de América del Sur (PROSUR), como intento de dar el golpe de gracia al sueño integracionista de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), no fueron solo lo que públicamente transcurrió ante la prensa. Una agenda secreta se cocinó en ellas y fue resultado de la consumación de una conspiración fraguada desde hace meses desde Estados Unidos para consolidar nuevamente su hegemonía en América Latina.
La clara intención es apalancar el cerco diplomático contra Venezuela, Cuba y Nicaragua con dos nuevos organismos que complementarán la labor de la OEA y del Grupo de Lima para propiciar acciones más drásticas contra estas naciones, las que pueden –incluso– poner sobre el tapete la intervención armada contra Venezuela y Nicaragua en un primer paso y repetir posteriormente esto contra Cuba en dependencia de los éxitos que vayan alcanzando en el escenario convulso que vivimos hoy.
Los actores de estos planes pueden dividirse entre titiriteros y marionetas cuyo rol ha sido diferente en cuanto a su rol y sumisión a la convocatoria. No fue difícil para la administración Trump y su Departamento de Estado lograr sus propósitos. Los manejadores de la conspiración están integrados en un grupo de tarea conformado por Mike Pompeo, Marco Rubio, Elliot Abrams, Kimberly Breier, John Bolton y otros funcionarios de menor peso, quienes han sido sumamente activos en este despropósito.
Los títeres están aglutinados en dos camadas de figuras públicas quienes han tenido reuniones públicas y secretas con sus manejadores –aunque otras veces han recurrido a emisarios de confianza como Eduardo Bolsonaro y sus cancilleres– en visitas bidireccionales realizadas entre USA y sus naciones. Entre ellos sobresalen y buscan capitanear las acciones en sumiso afán de protagonismo varios presidentes: el argentino Mauricio Macri, el brasileño Jair Bolsonaro, el colombiano Iván Duque y el chileno Sebastián Piñera. Otros mandatarios han sido más cautos y recelosos de desenmascararse públicamente, aunque no dejan de dejarse llevar en la conspiración, como son los casos del peruano Martín Vizcarra, el ecuatoriano Lenin Moreno y el paraguayo Mario Abdo. Punto y aparte fueron, en esta ocasión otros genuflexos presidentes de Centroamérica y alguno del Caribe.
Aunque en apariencia la formación de Prosur, con escaso peso y presencia políticos dejó mucho que desear, tras su nacimiento en La Moneda y no muestra una cohesión de criterios, salvo en temas como la democracia y los derechos humanos, levanta recelos y preocupaciones. La malograda ambición del chileno Sebastián Piñera, aupado por Vamos Chile, de ejercer un cacicazgo de la derecha latinoamericana, se ve saboteada por otras ambiciones personales de Duque, Macri y Bolsonaro, así como los compromisos que Washington ya ha establecido con ellos, sobre todo en los que ve como copartícipes en sus planes de agresión contra Venezuela.
A otros títeres de segundo nivel ha recurrido Estados Unidos para fortalecer el Foro por la Democracia 2019 y llenar los salones del ex Congreso chileno, cursando invitaciones a diestra y siniestra a ex mandatarios como Andrés Pastrana. Álvaro Arzú y Nicolás Sarkozy; a Mario Vargas Llosa, a la Fabiana Rosales (esposa de Guaidó), a los que se suman en una larga lista de personeros de la derecha actual como la senadora argentina y vicepresidenta del partido Propuesta Republicana, Laura Rodríguez Machado; el presidente de la UPLA y candidato presidencial en Bolivia, Óscar Ortiz. En total, decenas de partidos de derecha y ONGs tapaderas de turbios intereses USA y europeos han estado presentes en el evento, cuya finalidad también fue consolidar a la derecha organizada dentro de las llamada Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA). No fue raro, entonces, ver entre los asistentes a representantes del venezolano Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE), la rosarina Fundación Libertad, la Fundación Pensar, la Red Liberal de América Latina (Relial), la Sociedad Mont Pelerin, el Centro de Investigación y Estudios Legales (CITEL) y Ecuador Libre, entre otros.
Especial presencia que pone de manifiesto la estrategia anticubana de los conspiradores USA y de la derecha latinoamericana, fue la presencia de un seleccionado grupito de los llamados “opositores” cubanos. Por un lado la coordinadora del proyecto Cuba Decide, Rosa María Payá, quien asistió como invitada especial y con una cobertura previamente garantizada por Almagro y Marco Rubio para que brillara en los turbios escenarios del Foro, llegando incluso a garantizarle una entrevista con Jair Bolsonaro y otros asistentes, a todos los que solicitó acciones inmediatas contra Cuba.
Otros asistentes fueron los miembros de la llamada Asamblea de la Resistencia Cubana, entre los que estaban los reconocidos terroristas Luis Zúñiga y Horacio García, así como el provocador Orlando Gutiérrez-Boronat. Los mismos fueron acompañados por el seudo jurista mexicano René Bolio, presidente del engendro de guerra jurídica anticubana, la llamada Comisión Justicia Cuba.
El plan de los contrarrevolucionarios anticubanos asistentes fue colocar a Cuba dentro del escenario de futuros centros de ataque, sobre todo buscando la irrisoria idea de instalar un tribunal internacional para juzgar supuestos delitos de lesa humanidad del Gobierno de Cuba.
No cabe duda que el fiasco ocurrido en Chile, aunque intenta fortalecer a la derecha en la región, cumple con las mínimas esperanzas de Washington pues consolidan un paso más de la guerra ideológica contra Venezuela, Cuba y Nicaragua, abriendo posibilidades de fortalecer las acciones punitivas contra estas naciones, bendiciendo opciones militares impensables.
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