“Si la iglesia dice: “amar al prójimo como a ti mismo”, eso es, precisamente lo que nosotros predicamos”. Fidel Castro
Marco Velázquez Cristo.─ En la polémica surgida en el proceso de consulta popular del Proyecto de Constitución sobre el tema del matrimonio igualitario y su posible aprobación, han aflorado manifestaciones de conductas incompatibles con los valores y principios que caracterizan a nuestra sociedad.
Aclaro que no me estoy refiriendo a los que, ejerciendo su legítimo derecho de expresar libremente su criterio, de manera honesta y racional mostraron su desacuerdo con dicha propuesta, sino a los que han estado diseminando en las redes sociales mensajes amenazantes cargados de odio y de un aparente fundamentalismo religioso contra personas o grupos de ellas que defienden una posición contraria a las suyas, a las cuales entienden no deben otorgárseles los derechos que reclaman.
Los Bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la violencia nada construyen, porque sus simientes son de odios. José Martí.
Y digo aparente fundamentalismo religioso porque resulta extremadamente difícil de creer que quien profese una auténtica fe religiosa publique ese tipo de textos, haga loas a Trump, se involucre en la campaña por el No y como ya es público se prepare para intentar sabotear la aprobación del nuevo Código de Familia, del cual aún no se ha presentado un anteproyecto.
“Quien no tiene amor, no conoce a Dios: puesto que Dios es caridad”
Apóstol Juan (4, 7-8)
No se puede pretender utilizar el derecho a expresar libremente la opinión sobre cualquier tema como patente de corso para justificar la promoción de mensajes que inciten a la violencia contra los que opinan diferente, poniendo en peligro la integridad física de esas personas.
El derecho mismo ejercitado por gente inculta se parece al crimen. José Martí.
Los que así actúan, arguyendo principios morales establecidos por la religión que profesan, cometen dos de los siete pecados capitales: dejarse dominar por la ira y conducirse con soberbia. De acuerdo con Santo Tomás de Aquino se les denomina capitales porque dan origen a muchos pecados; en este caso pudieran conducir a otros más graves, como el ser responsables de actos de agresión contra uno o varios de sus semejantes.
Todo ese conjunto de acciones punibles son más que simples pecados: constituyen crímenes penados por la ley.
La hipocresía y el doblez moral de estos nuevos inquisidores que, montados en sus caballos de odios recorren las redes salpicando de lodo a los miles de creyentes que a lo largo de todo el país practican con honestidad y coherencia sus religiones, quedan al descubierto en su silencio cómplice ante los crímenes e injusticias del imperio y de su representante al cual halagan, ignorando vergonzosamente a los niños enjaulados, a los migrantes discriminados y tratados como animales por este, a los inocentes asesinados en sus guerras fratricidas, al genocida bloqueo; cuando callan y no censuran la repugnante pedofilia de muchos párrocos y jerarcas de la iglesia.
Quienes así se comportan se apartan de la ética y de la esencia humanista de la predica de Jesucristo, quien rechazaba la discriminación y el moralismo hipócrita, le interesaba más el compromiso con la verdad de las personas, que se mostraran tal y como eran. Si se duda de lo que afirmo se puede revisar el relato de su encuentro con la mujer samaritana.
“Es lógico que una teoría y una posición religiosa que vaya al reencuentro con lo mejor de la historia del cristianismo esté en absoluta contradicción con los intereses del imperialismo”.
Fidel. (libro Fidel y la religión)
A esa especie de inquisidores de la era moderna les recuerdo que: “Toda injusticia es pecado” (1 Juan 5:17); y que viven en Cuba donde triunfó una revolución socialista para el bien de todos.
El que tiene un derecho no obtiene el de violar el ajeno para mantener el suyo. José Martí.
https://postcuba.org/cuba-los-modernos-inquisidores/#.XEEaHFxKjIU
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