M. H. Lagarde.─ El pasado sábado, de visita en Cuba, el senador republicano Jeff Flake afirmó que «las autoridades de Estados Unidos no han encontrado pruebas de que los diplomáticos estadounidenses en La Habana hayan sido víctimas de ataques con un arma desconocida».
Según declaró el miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado a la agencia AP, el Buró Federal de Investigaciones de EE.UU. (FBI, por sus siglas en inglés) les ha dicho a los cubanos que después de cuatro viajes a Cuba, sus agentes no encontraron evidencia de que las misteriosas enfermedades sufridas por los diplomáticos estadounidenses hayan sido resultado de ataques. Sin embargo, el mismo presidente de EE.UU., Donald Trump, catalogó el incidente como un ataque.
De igual forma, el senador por Arizona aseveró que «No hay pruebas de que alguien trató intencionalmente de hacer mal a alguien. Nadie dice que esta gente no experimentó algún trastorno, pero no hay pruebas de que fue un ataque deliberado por parte de alguien, fueran los cubanos o algún otro».
Sin embargo, rápidamente en su cuenta de twitter el senador de origen cubano, Marco Rubio, rechazó las afirmaciones de su colega. Según Rubio, Flake «sabe muy bien que aún se cuestiona el método empleado en los ataques, pero no los ataques y las lesiones que ocurrieron».
«Es un HECHO documentado que 24 funcionarios del gobierno de Estados Unidos y sus cónyuges fueron víctimas de algún tipo de ataque sofisticado mientras estaban radicados en La Habana», tuiteó Rubio.
Según él, resulta imposible «realizar 24 ataques separados y sofisticados» contra el personal del gobierno de Estados Unidos sin que los funcionarios cubanos lo supieran.
Los documentos a los que alude Rubio, al parecer, permanecen bajo su custodia porque ni han sido visto jamás por la parte cubana ni han sido presentados a la prensa «libre» de su país que no termina de engordar rumores y descabelladas versiones sobre el tema.
Ya se sabe que no hay que tener mucha fe en lo que dice Marco Rubio. En octubre de 2011 el senador fue acusado públicamente como mentiroso por el diario St. Petersburg Times por haber utilizado políticamente el engaño de que sus padres de origen cubano habían llegado a la Florida luego del triunfo de Fidel Castro, sin embargo, reportes de prensa revelaron que los padres del senador llegaron a Estados Unidos en 1956, en pleno gobierno de Batista. El padre de Rubio era barman y viajó a Estados Unidos por razones económicas. Fidel Castro ni siquiera estaba en Cuba cuando la familia de Rubio dejó el país.
Pero no todo es en blanco y negro y algo de verdad debe haber en los tuits de Rubio. Sus declaraciones confirman lo que ya algunos expertos han señalado como un hecho: que el invento de ciencia ficción de los supuestos ataques acústicos es producto de la enfermiza cabeza de algunos representantes de la mafia anticubana de Miami, de la cual Rubio es ahora mismo su más activo representante.
Los legisladores anticubanos de Miami vienen presentando serios síntomas de «ataque de nervios» luego de que el presidente Obama, con el restablecimiento de las relaciones con Cuba en diciembre de 2014, echara por tierra los «argumentos» que durante décadas han justificado su participación en la política de EE.UU.
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