Néstor García Iturbe.─ La administración Trump, al frente del gobierno de Estados Unidos, acaba de incluir a Cuba en tres nuevas listas.
Eso es parte del cambio de política, que Trump anunció cuando se reunió en la ciudad de Miami, con un grupo de “rancios batistianos, anexionistas y terroristas” tal y como los calificó nuestro Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, en su reciente discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Una de las listas, la del Departamento de Estado, se refiere a distintas entidades cubanas con las que los ciudadanos estadounidenses no podrán realizar transacciones financieras, esta lista se encabeza con el Ministerio de las Fuerzas Armadas, el Ministerio del Interior, la Policía y otros órganos de la seguridad del Estado. Además se incluyen una serie de hoteles y otras entidades que supuestamente pertenecen a las fuerzas de seguridad del gobierno cubano.
Esta medida ha sido conformada con el principal interés de tratar de afectar los viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba. Pero lo que establece, resulta inconstitucional, dentro de las llamadas libertades que han proclamado tienen los ciudadanos estadounidenses, además de ser algo irracional.
Por ejemplo, si un ciudadano estadounidense comete una infracción del tránsito, tiene que pagar una multa a la policía, al hacerlo está violando una regulación de su gobierno y pudiera ser incriminado por esto.
Es irracional y ridículo incluir en la prohibición dos marcas de refrescos fabricados en Cuba. Las llamadas “libertades individuales” del estadounidense se despedazan nuevamente cuando el gobierno les regula hasta la marca de refresco que se pueden tomar.
De continuar emitiendo regulaciones, la administración Trump establecerá hasta el tipo de papel sanitario que los estadounidenses deben utilizar en Cuba. Es posible que hasta eso van a tener regulado los estadounidenses. Esa es la llamada “democracia”, y una muestra de la “libertad” que impera en la sociedad capitalista.
Las otras listas, también regulatorias de lo que puede hacer, o no hacer, el ciudadano estadounidense, tienen el mismo corte, tratar de afectar las relaciones entre el pueblo cubano y el pueblo estadounidense, los contactos que se establecen entre visitante y visitados, para, en la mayor medida posible, evitar estos contactos.
Por lo regular los estadounidenses que han viajado a Cuba son personas amables, respetuosas e interesados en conocer la verdad de lo que sucede en la Isla y ese es el peligro que están considerando los enemigos de nuestro país.
Los que regresan de Cuba, hablan con honestidad de nuestro pueblo, de los avances de la revolución y de la situación en que vivimos, que siempre es muchísimo mejor que la imagen divulgada por los enemigos y la mafia miamense.
¿Qué tipo de régimen está creando Trump?
No solamente está tratando de revertir los avances en la relaciones con Cuba que se lograron durante la administración Obama. Las violaciones a la Constitución de Estados Unidos y a las libertades proclamadas en la misma, están dirigidas a crear un régimen represivo, discriminatorio, de terror, comparable al existente en la época de auge del Macarthismo.
Quizás ese es el verdadero significado de su lema “Let´s make America great again”.
*Dr. Néstor García Iturbe es editor del boletín electrónico El Heraldo (Cuba)
sarahnes@cubarte.cult.cu
https://www.alainet.org/es/articulo/189141
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