No obstante, éstos provocaron una fuerte reacción en la Habana y en Miami, en los sitios web de contrarrevolucionarios “izquierdistas” y en medios sociales. Varios artículos fueron publicados por ellos, mientras que otros, autoproclamados “expertos cubanos” en la Habana y en Estados Unidos, se ocultan tras sus medios sociales para recomendar tan solo artículos de “izquierda”, quizás temerosos de unirse pública y explícitament al debate. Su principal y más común queja ha sido que mis artículos no nombran a esos individuos. Algunas de sus cuentas en medios sociales tratan inclusive de sentenciarme refiriéndose a las publicaciones de los disidentes. Ellos “están preguntando por nombres”. “¡Nombres, nombres!”, exigen. No caen en cuenta que, al hacer esto, se nombran a sí mismos y que, de ninguna manera pueden hacerme avergonzar al citar sus nombres.
En efecto, desde enero hasta hoy, no ha habido necesidad de “nombrarlos” como individuos “izquierdistas” contrarrevolucionarios, ya que sus medios los nombran a sí mismos en una serie de publicaciones de sitios web y medios sociales. Como dice el proverbio, “a quien le sirva el sayo, que se lo plante”. Si se sienten aludidos, es su problema, no el mío. Explícitamente citan y manifiestan su oposición a los dos artículos, a la vez que confían en sus fieles lectores a través de comentarios en línea para elaborar sus puntos de vista y agregar ataques personales, lo cual permite exponer el hecho de que en ellos no hay nada de “izquierdistas”. Así, inadvertidamente me dan pie a un mayor análisis. Inclusive en la tercera entrega de hoy, no los nombro. La idea es concentrarse en sus posiciones ideológicas y políticas para fines polémicos y educativos en defensa de la cultura socialista cubana.
Otra objeción de su parte, adicionalmente a aquella de no nombrarlos, es la presunta falta de evidencia. Haciendo un esfuerzo para caracterizar la orientación ideológica y política, las posiciones de la “izquierda” contrarrevolucionaria son en realidad citadas en mis artículos. Si ellos se reconocen en estas breves citas y paráfrasis que salen de donde menos uno se lo espera, ellos mismos proveen la evidencia. Su frustración se origina en el hecho de que en estas posiciones se hacen finalmente públicas en el contexto de un análisis, que ya no les permite encubrirse como“izquierdistas”. Es de destacar que algunos colegas, escritores y blogueros revolucionarios en Cuba, también están escribiendo admirablemente artículos similares.
Los “izquierdistas” pretenden que a mis escritos les hace falta “conocimiento teórico”. No obstante, si esto fuese así, ¿cómo podría explicarse que, aun omitiendo sus nombres, mis artículos obligan a los “izquierdistas” no solamente a salir de las sombras sino además confirman sin lugar a dudas que los “izquierdistas” y los anexionistas son dos caras de la misma águila estadounidense? Esto implica cierta claridad teórica, dado que las bases de los análisis político e ideológico han demostrado ser correctas. Mi primer artículo —“¿El final de la ideología en Cuba?”— constituye especialmente un ejemplo basado en la teoría revolucionaria. Algunas personas comentaron que éste constituye una contribución original al actual debate, al empujar a la contrarrevolución a una esquina ideológica, explicando de esta manera su desesperación actual.
No obstante, este enfoque siempre necesita ser mejorado y actualizado a medida que evoluciona la situación. Resulta así imperativo aumentar y ampliar la deconstrucción de la ideología contrarrevolucionaria “izquierdista” y de las políticas que desafían a la cultura socialista cubana. Estoy determinado, así como lo están muchos colegas cubanos, a contribuir a desenmascarar esa farsa. Los últimos saltos mortales de los “izquierdistas” y su apología abierta por fuentes proestadounidenses parecen indicar que nuestro trabajo está dando frutos, lo que me lleva a creer que muy probablemente éste no será el último artículo de la serie.
Arnold August es periodista y conferencista canadiense, el autor de los libros Democracy in Cuba and the 1997–98 Elections y Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento.
Blog TelesSur
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