El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, no tuvo ninguna vergüenza al recibir este jueves el premio “Libertad” de manos del Freedom House, (FH) una organización no gubernamental digitada por la central estadounidense de inteligencia CIA, que continúa asesorando y financiando a la derecha latinoamericana en estrategias de guerra sicológica.
En su papel de “neutral” secretario de la OEA, Almagro prometió llevar el premio otorgado por su “defensa de la democracia” a “mis amigos”, los dirigentes opositores –hoy presos por la comisión de varios delitos- Leopoldo López y Antonio Ledesma cuando haya una Venezuela “con democracia y derechos humanos”.
Al terminar su discurso en Washington, el “impresentable” excanciller uruguayo sostuvo una gran bandera de Venezuela junto a la esposa de Ledezma, Mitzy Capriles; su hija Daniela Ledezma, la hermana de Leopoldo López, Diana, y el exiliado dirigente de Voluntad Popular Carlos Vecchio. A la fotografía se sumaron otros premiados de la noche, como el actor Richard Gere y la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi.
Nadie duda que Freedom House (FH) sea una organización no gubernamental digitada por la CIA (ni siquiera Wikipedia), con técnicas de operación nada originales, que ya fueron aplicadas primero en Panamá, Nicaragua y El Salvador, y luego en Venezuela, Bolivia y Ecuador. FH recibe la mayor parte, aproximadamente un 80 % de su financiación del gobierno de los Estados Unidos, por medio de la USAID, y el Departamento de Estado.
También recibe financiación de las fundaciones Bradley, Smith Richardson, Nicholas B. Ottaway, John D. and Catherine T. MacArthur, John S. and James L. Knight, John Hurford ; del gobierno holandés y una lista de otros 12 “donantes”.
En el 2001 los ingresos de la Freedom House fueron de 11 millones de dólares, que se incrementaron a 26 millones en el 2006. Gran parte del crecimiento se debió a que del 2004 al 2005 el presupuesto del gobierno estadounidense a la FH aumentó de 12 a 20 millones de dólares. La financiación federal disminuyó a 10 millones en el 2007, pero aun así representaba 80 % del presupuesto.
La preponderancia de la financiación del gobierno federal estadounidense está considerada como “inusual, especialmente cuando la organización está involucrada en señalar y monitorizar los derechos humanos, la democracia y la libertad en el mundo, basándose en el principio de garantizar la independencia y una financiación creíble de los gobiernos”, según eñala Diego Giannonea en “Political and ideological aspects in the measurement of democracy: the Freedom House case”.
En 2016 arrecia la presencia y protagonismo de FH en Venezuela a través de una sala situacional, integrada por ciudadanos venezolanos asalariados, que monitorea la situación interna. Analizan los hechos de violencia y aquellas conductas antisociales susceptibles de ser presentadas como focos de rebeldía política. Utilizando las capacidades y rapidez de las redes sociales, alientan sucesos de esta naturaleza que calienten las calles y compliquen la delicada situación que vive el país.
Uno de los principales caballitos de batalla es el panegirismo sobre las figuras del preso Leopoldo López y su esposa Lilian Tintori (en una ofensiva mediática permanente). Pero Washington tiene poca confianza en que por las vías institucionales puedan para hacer colapsar al gobierno de Maduro, sobre todo cuando el último informe de FH da cuenta de la fractura persistente dentro de lo que se llama la “unidad” opositora.
De ahí que en paralelo, siguen apostando a fracturar el orden constitucional con acciones violentas, que en apariencia nazcan de la voluntad popular. El espectáculo que han armado las instituciones de la derecha regional, CIDH, OEA, y el gobierno de EE.UU. con su proclama injerencista contra Venezuela, está dirigido a dar el respaldo mediático y político a eventuales acciones de esta naturaleza que justifique la injerencia extranjera en los asuntos internos venezolanos. La “buena conducta” de Almagro le valió el premio de 2017.
Un poco de historia
En 1982 los observadores de Freedom House encontraron «admirables» las elecciones del régimen cliente de El Salvador, aun cuando existen numerosas evidencias de la violación de los derechos humanos en ese país durante ese período. Entonces, cuando la administración de Ronald Reagan tenía problemas para contener las informaciones de los medios sobre asesinatos de civiles por parte del ejército salvadoreño, la FH denunció el «desequilibrio» de las informaciones sobre El Salvador, para proteger al gobierno de las críticas por su apoyo al régimen salvadoreño.
Además tomó parte en la campaña en favor del partido de extrema derecha ARENA, que participó en la liga anticomunista y tiene responsabilidades claras en masacres en El Salvador y en el asesinato del obispo Óscar Arnulfo Romero.
Otro perlita: el año pasado, Héctor Magnetto, director ejecutivo del monopólico Grupo Clarín de Argentina, recibió el premio a la “Libertad de Expresión” que otorga FH, que destacó el rol que tuvieron Magnetto y Clarín en la defensa de la libertad de prensa durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
FH «coopera» en diseñar la guerra sucia y de desinformación sobre un país, campaña para la cual cuenta con el apoyo de los cartelizados medios de comunicación comerciales, endógenos y extranjeros. Para desarrollar la estrategia han creado una sala situacional, que maneja los distintos escenarios y propone «soluciones y acciones» para cada alternativa. En Venezuela actúa bajo la fachada de la trasnacional Procter and Gamble, en el sector de La Trinidad, en el suburbano caraqueño.
La chilena Viviana Giacaman, directora hasta 2014 de los programas para América latina de FH, aparece ahora como fundadora y experta de la ONG chilena Hay Mujeres, desde la cual abogada por la igualdad de género y por erradicar el machismo. Utiliza este nuevo perfil de propuestas positivas, para insistir con otras muy distantes de serlo. Según su perfil en la red social de “profesionales” Linkedin, Giacaman desde marzo de 2015, labora como profesora de la escuela de Ciencias Políticas de la Universidad chilena Diego Portales, y desde mayo de 2014 es la jefa de la unidad de contenidos del ministerio de la Secretaria General de la Presidencia.
Basta recordar que las guarimbas venezolanas organizadas por Leopoldo López, a las que financió y apoyó desde FH, no fueron nada pacíficas: provocaron violencia y muerte de más de cuatro decenas de personas inocentes en 2014 y que la violencia promovida por la oposición en las últimas semanas ya causaron dos decenas de muertos. Su accionar y defensa a ultranza del opositor encarcelado por tales hechos, contradice su “nuevo” espíritu pacifista. No caben dudas de que Venezuela sigue siendo la obsesión de Giacaman y sus financistas.
El mismo 6 de diciembre de 2015, cuando en Venezuela se celebraban las elecciones parlamentarias, Giacaman envió mensajes de respaldo a la oposición con la que tanto ha colaborado desde la FH. Al propio tiempo arremetió contra el gobierno bolivariano al que llamó dictadura vestida de democracia (ver tuits del 6/12/15).
El informe de FH (Libertad en el mundo) de diciembre de 2015 señala que “divisiones dentro de la oposición se profundizaron desde principios de 2014. La facción moderada liderada por Henrique Capriles alentó en gran medida una ruta de no confrontación, electoral, para el cambio político, mientras que el grupo encabezado por López y María Corina Machado propugnaron el uso de las protestas populares para lograr los objetivos que van desde los grandes cambios de política a la renuncia de Maduro”. Lo que no dice es que ambos grupos fueron apoyados, estimulados y financiados por FH y el gobierno de EE.UU.
Giacaman exige con ahinco la libertad de Leopoldo López, y se mostró muy satisfecha cuando la Corte Suprema de Chile acogió un recurso a favor de los opositores venezolanos (ver tweet del 19/11/2015), o cuando al expresidente del gobierno español Felipe Gonzalez se le ocurrió decir que el Chile del sanguinario dictador Augusto Pinochet respetaba los derechos humanos más que Maduro (tweet del 18/09/2015). ¡increible!
Nadie duda que el esquema subversivo de FH contra Venezuela es financiado por el gobierno de EE.UU., específicamente por la USAID, que utiliza diversas vías para asignar el dinero, entre otras, la embajada estadounidense en Caracas.
En septiembre de 2012, medios de prensa denunciaban que Freedom House, continuaba asesorando y financiando a la oposición venezolana en estrategias de guerra sicológica, con el único de fin de derrocar el gobierno constitucional, entonces de Hugo Chávez.
En el perfil del actual director de FH para la región, Carlos Ponce, si aparece este cargo. No es ocioso decir que la cuenta de Ponce en twitter, @ceponces, es seguida y monitoreada por Giacaman. Anteriormente trabajó como Coordinador General de la Red de América Latina y el Caribe para la Democracia, otra de las ONG financiadas por el gobierno estadounidense.
Ponce cuenta con un grado de Maestría en Derecho Ambiental de la Facultad de Derecho de Vermont y una Maestría en Política y Planificación Ambiental de la Universidad de Tufts. Fue profesor de la Universidad Central de Venezuela entre septiembre de 1997 y julio de 2003 y de la Católica Andrés Bello entre 1995 y 1996, además de haber trabajado como asesor de la entonces privatizada Compañía Anónima Teléfonos de Venezuela (CANTV) entre 1998 y 2001.
Desde Washington
Freedom House tiene su think tank en Washington DC y oficinas en una docena de países. Fue fundada en 1941 (más de 70 años atrás) por Wendell Willkie, Eleanor Roosevelt (esposa del entonces presidente Franklin Delano), George Field, Dorothy Thompson, Hebert Bayard Swope, entre otros. Después de la guerra, ajustó sus actividades hacia la lucha en contra del comunismo, uniéndose al aparato de inteligencia y desestabilización de Washington durante la Guerra Fría.
En los años 1970, FH entregaba recursos a medios que repetían la agenda política e ideológica de Washington, como Radio Free Europe/Radio Liberty, y en los 1980 estuvo involucrada en la guerra psicológica que desarrollaba Washington y sus aliados en Centroamérica junto a la recién creada National Endowment for Democracy (NED).
Freedom House se convirtió en una de las piezas claves de los golpes «suaves» en Europa Oriental y el Cáucaso, participando activamente en el financiamiento y la promoción internacional de las organizaciones involucradas junto a la NED, la USAID, el Open Society Institute y el Project for Transitional Democracy. Cada año publica un informe -El Estado del Mundo-, que divide todos los países en tres categorías: países libres, parcialmente libres o dictaduras, una división totalmente acorde a los intereses de Washington.
En 2005 Freedom House comenzó a trabajar en Venezuela con financiamiento de la USAID para asesorar y financiar a varios grupos, surgentes ONGs y proyectos de la oposición. En 2008, aumentó en 90% sus recursos hacia las organizaciones de la llamada «sociedad civil» en América Latina en comparación con las cifras entregadas en 2006, y Cuba y Bolivia fueron los países hacia donde se dirigió principalmente este incremento, reservando un millón de dólares para la oposición venezolana.
Numerosos personalidades del sector neoconservador estadounidense han sido o son miembros de la Junta directiva de Freedom House, como Morton Abramowitz (miembro del CFR y miembro de las Juntas Directivas del International Crisis Group y la NED), Zbigniew Brzezinski (miembro del CFR, la Comisión Trilateral y el Grupo Bilderberg), Samuel Huntington (inventor de la teoría imperialista del «choque de civilizaciones» y miembro de la Comisión Trilateral), Thomas Foley (miembro del CFR, presidente de la Junta Directiva de la Comisión Trilateral), Otto Reich y Donald Rumsfeld. Hasta 2005, el antiguo director de la CIA, James Woolsey fue presidente de Freedom House.
En el 2005, Peter Ackerman, antiguo miembro de la Albert Einstein Institution (AEI), fundador del International Center on Non Violent Conflict (ICNC) reemplazó a Woolsey. En la actual Junta Directiva, se encuentra la esposa de John Negroponte, Diana Villiers.El primero de mayo del 2007, en colaboración con el Broadcasting Board of Governors, Freedom House organizó una conferencia sobre las amenazas a los medios de comunicación. La invitada principal fue Karen Hughes, entonces Subsecretaria de Estado por la Diplomacia Pública (la oficina de propaganda).
El Instituto George W. Bush y Freedom House convocaron el 19 de abril de 2010 en Dallas, Texas, un encuentro de «activistas por la libertad y los derechos humanos» y «expertos en Internet» para analizar el «movimiento global de ciberdisidentes». Al mismo, asistieron Rodrigo Diamanti de la ignota organización Futuro Presente de Venezuela; Arash Kamangir de Irán; Oleg Kozlovsky de Rusia; Ernesto Hernández Busto de Cuba; Isaac Mao de China y Ahed Alhendi de Siria.
También estuvieron presentes miembros del gobierno estadounidense y otras organizaciones vinculadas con la comunidad de inteligencia de Washington, como Oscar Morales Guevara, fundador del movimiento «un millón de voces contra las FARC» y promotor de un movimiento contra el Presidente Chávez a través de Facebook ; junto a Jennifer Windsor, directora ejecutiva de Freedom House.
Hoy Freedom House se publicita como una voz a favor de la democracia en el mundo, pero se financia con fondos públicos estadounidenses, de la USAID, la NED y la CIA, de la Fundación Nacional Demócrata, y de la World Anticomunist League, el gobierno de Holanda, el Departamento de Estado y la Open Society Institute, entre otras organizaciones.
Martin Edwin «Mick» Andersen fue director para América Latina y el Caribe de los programas del National Democratic Institute for International Affairs (NDI), como miembro profesional del comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense y Asesor del Departamento de Planificación de Políticas del Departamento de Justicia. Entre las recomendaciones que formula Andersen en la página de FH pueden sorprender al desprevenido: son idénticas a las demandas de la oposición venezolana.
Coincidentemente, el reporte global anual sobre libertad de expresión difundido en mayo de 2013 por Freedom House, ubica a Venezuela como un país sin prensa libre. «Muchos países de la región ven a Venezuela como un modelo sobre el cambio de la dinámica social y es un modelo muy negativo», explicó Karin Karlekar, directora para las Américas. Agregó que el país «está exportando en la región su modelo en el que hay medios subsidiados por el gobierno, para un mayor control del contenido».
Tal como el año anterior, FH incluyó a Venezuela junto a Cuba, Honduras y México como los países sin prensa libre. Casualmente, como enviado de Newsweek, Anderson cubrió las operaciones de Sendero Luminoso en las selvas de Ayacucho, Perú, en 1981.
- Álvaro Verzi Rangel, sociólogo venezolano, investigador del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico
http://www.alainet.org/es/articulo/185164
No hay comentarios.:
Publicar un comentario