Un tema recurrente en todas las alocuciones fue el relacionado con el acceso a Internet en nuestro país. Y en este al igual que en otros fue muy simplista y alejado de la realidad.
Le dijo al canal de televisión ABC News, que Google tiene un acuerdo para comenzar a establecer más acceso a Wifi y banda ancha en la isla, cuestión que los mismos directivos de Google se encargaron de desmentir, cuando manifestaron que están explorando posibilidades adicionales para aumentar y mejorar el acceso a Internet en Cuba, pero estos son primeros pasos.
Es cierto que Google expondrá algunos de sus productos como Cardboard y Chromebooks en el proyecto cultural liderado por el artista de la plástica Alexis Leyva Machado, Kcho, en el barrio habanero de El Romerillo; pero no se conoce de ningún otro acuerdo hasta el momento.
A pesar de que en su comparecencia en el Gran Teatro de La Habana, Alicia Alonso, ante representantes de la Sociedad Civil Cubana, dijera que, “Reconocemos que cada país, cada pueblo, debe trazar su propio camino, y darle forma a su propio modelo”, en las visitas que han realizado funcionarios de su gobierno y empresarios estadounidenses del sector de las tecnologías, ha sido una constante los intentos de decirnos cómo debemos proceder para desarrollar las tecnologías de la información y la comunicación en nuestro país, obviando que Cuba tiene una estrategia de desarrollo definida y propia.
Las telecomunicaciones en Cuba se han vuelto una obsesión para el actual gobierno estadounidense, a tal punto que es el único sector donde se le permite a las empresas de ese país hacer casi de todo, excepto vender equipos de alta tecnología. ¿Por qué será?.
En el Gran Teatro expresó que
“He venido aquí para enterrar el último resquicio de la Guerra Fría en el continente americano.”
(…)
“desde el inicio de mi mandato, he instado a los pueblos del continente americano a dejar atrás las batallas ideológicas del pasado”.
Sin embargo todos sabemos que EE.UU. lidera la ofensiva de la derecha que pretende acabar con los gobiernos progresistas de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina y otros, a través de la guerra económica, golpes de Estado basados en la teoría del golpe suave, y con la utilización de la oligarquía de esos países.
Considero que se engañó a sí mismo – porque aquí nadie se lo cree – cuando expuso en esa cita:
“Porque en muchos sentidos, Estados Unidos y Cuba son como dos hermanos que han estado incomunicados durante años.”
Un hermano no pretende jamás tragarse ni destruir al otro; es como llevar a la mínima expresión un diferendo histórico que dura ya 200 años donde la peor parte la ha tenido el pueblo cubano.
Haciendo alusión a las bondades de la democracia estadounidense señaló, “los trabajadores se pueden organizar y la gente de a pie tiene una voz”. Entonces, ¿por qué solo menos de un 15% de los trabajadores en EE.UU. están sindicalizados?, ¿o es que Obama no conoce eso?
No lo asesoraron bien al decir,
“Tomamos diferentes pasos en nuestro apoyo al pueblo de Sudáfrica para acabar con el apartheid”,
porque resulta un grave error histórico colocar en un mismo plano la contribución cubana en la derrota del Apartheid, y el papel jugado por los gobiernos norteamericanos que apoyaron y alentaron por años a ese oprobioso régimen.
De la misma manera no creo justo equiparar la aportación realizada por Cuba en el proceso de paz en Colombia y en el enfrentamiento al Ébola en África Occidental, con lo realizado por EE.UU. En el primero es conocido que el gobierno del vecino del Norte ayudó con armas y a través de sus bases militares a varios gobiernos colombianos y a bandas paramilitares. Creo que muy poco ha aportado a la paz en ese país. En el segundo caso, los estadounidenses tributaron más militares que médicos. Sin embargo el presidente Obama piensa de otra manera cuando indicó:
“Pero hoy día, los estadounidenses y los cubanos están sentados juntos en la mesa de negociación, y estamos ayudando a los colombianos a resolver una guerra civil que se arrastra desde hace décadas.”.
“El año pasado, los trabajadores sanitarios estadounidenses –y las fuerzas militares de EE. UU.– trabajaron hombro a hombro con los cubanos para salvar vidas y acabar con el ébola en África Occidental”.
Como dijera un periodista de la televisión cubana, su discurso va por un lado y los hechos y la realidad por otro.
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