Peter van Buren.--You don’t want to read this, and I take no pleasure in writing it, and no one really wants to hear it right now. But I believe it needs to be said.
I join the world in grieving for the dead in Paris. I have grieved for the dead from 9/11 forward — the Australians who died in terror attacks on Bali in 2002, Londoners who died in terror attacks in 2005, the French citizens who died in the Charlie Hebdo attacks in January of this year, the Russians whose plane went down over the Sinai a week or so ago. So many more non-Western deaths barely noticed in the U.S. media. I grieve also for those killed in smaller attacks already smuggled deep into the obscurity of our memory.
And so we Tweet hashtags and phrases in high school French and post GIFs to Facebook. We know what to do; we’ve done this before.
But it has to be said, especially looking at the sick repetition of the same story, that despite fourteen plus years of a war on terror, terror seems to be with us as much as ever, maybe even more. It is time to rethink what we have done and are doing.
Since that day in 2001, the one with those terrible sparkling blue skies in New York, we have spied on the world, Americans at home and foreigners abroad, yet no one detected anything that stopped the Paris attacks. We gave up much to that spying and got nothing in return.
Since 2001, the United States has led nations like Britain, France, Australia and others into wars in Iraq, Afghanistan, Libya and Syria, with drone attacks on people from the Philippines to Pakistan to all parts of Africa. We have little to nothing to show for all that.
Since 2001 the U.S. has expended enormous efforts to kill a handful of men — bin Laden, al-Zarqawi, al-Awlaki, and this weekend, Jihadi John. Others, many without names, were killed outside of media attention, or were tortured to death, or are still rotting in the offshore penal colony of Guantanamo, or the dark hell of the Salt Pit in Afghanistan.
And it has not worked, and Paris this weekend, and the next one somewhere else sometime soon, are the proof.
We gave up many of our freedoms in America to defeat the terrorists. It did not work. We gave the lives of over 4,000 American men and women in Iraq, and thousands more in Afghanistan, to defeat the terrorists, and refuse to ask what they died for. We killed tens of thousands or more in those countries. It did not work. We went to war again in Iraq, and now in Syria, before in Libya, and only created more failed states and ungoverned spaces that provide havens for terrorists and spilled terror like dropped paint across borders. We harass and discriminate against our own Muslim populations and then stand slack-jawed as they become radicalized, and all we do then is blame ISIS for Tweeting.
Note that it is the strategy of Islamic terror to generate a crackdown in France in order to radicalise French Muslims. Hundreds of French citizens have already traveled to Syria to fight with groups including ISIS.
As one of the most intelligent commentators on all this, Bill Johnson, said, terrorism is about killing pawns to affect the king. The attacks in Paris are not about the murder of 150 innocent people. Hell, that many die nearly every day in Iraq and Syria. The true test for France is how they respond to the terror attacks in the long-game — that’s the king in all this. America failed this test post-9/11; yet it does not sound like France understands anything more than America. “We are going to lead a war which will be pitiless,” French president Hollande said outside the Bataclan concert hall, scene of the most bloodshed.
If I had exactly the right strategy, I’d tell you what it is, and I’d try and tell the people in Washington and Paris and everywhere else. But I don’t have the exact thing to do, and I doubt they’d listen to me anyway.
But I do have this: stop what we have been doing for the last 14 years. It has not worked. There is nothing at all to suggest it ever will work. Whack-a-mole is a game, not a plan. Leave the Middle East alone. Stop creating more failed states. Stop throwing away our freedoms at home on falsehoods. Stop disenfranchising the Muslims who live with us. Understand the war, such as it is, is against a set of ideas — religious, anti-western, anti-imperialist — and you cannot bomb an idea. Putting western soldiers on the ground in the MidEast and western planes overhead fans the flames. Vengeance does not and cannot extinguish an idea.
Start with those things and see, even if you won’t give it 14 years to succeed, if things improve. Other than the death tolls scaling up further, I can’t imagine we could be doing anything worse.
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París: no quiero leer esto
Peter van Buren.-- Usted no quiere leer esto, a mí no me complace escribirlo y pienso que nadie quisiera enterarse. Pero creo que hay que decirlo.
Me uno al mundo por el duelo de los muertos en París. He llorado por los muertos desde el 11 de septiembre en adelante: por los australianos que murieron en los ataques terroristas de Bali en 2005, por los londinenses que murieron en los ataques terroristas del 2005, por los ciudadanos franceses que murieron en los ataques de Charlie Hebdo en enero de este año, por los rusos cuyo avión se estrelló en el Sinaí hace alrededor de una semana. Tantos otros muertos no occidentales de los que apenas informaron los medios estadounidenses. Me duelen también los muertos en otros ataques más pequeños ya profundamente sepultados en la oscuridad de nuestra memoria.
Y también hemos puesto hashtags y frases en la escuela secundaria francesa y agregado GIFs en Facebook. Sabemos qué es lo que hay que hacer; lo hemos hecho antes.
Pero lo que hay que decir, teniendo sobre todo en cuenta la enfermiza repetición de la misma historia, es que a pesar de los catorce años de guerra contra el terrorismo, este parece estar más que nunca entre nosotros, tal vez más, incluso más. Es hora de replantearnos lo que hemos hecho y estamos haciendo.
A partir de aquel día del 2001, el de aquellos brillantes y terribles cielos azules de Nueva York, hemos estado espiando al mundo, a los estadounidenses en nuestro país y a los extranjeros en el extranjero, sin embargo, nadie detectó nada que detuviera los ataques de París. Confiamos mucho en el espionaje y no conseguimos nada a cambio.
Desde 2001 Estados Unidos ha llevado a países como Gran Bretaña, Francia, Australia a participar en guerras como las de Iraq, Afganistán, Libia y Siria, a ataques con aviones no tripulados a poblaciones desde Filipinas hasta Pakistán y en toda África. Poco y nada tenemos que mostrar como resultado.
A partir de 2001 EE.UU. destinó enormes esfuerzos para matar a un puñado de hombres - Bin Laden, al-Zarqawi, al-Awlaki, y este fin de semana, Jihadi John. Otros, muchos de ellos sin nombres, fueron asesinados sin llamar la atención de los medios o torturados hasta la muerte o se están pudriendo aún en la colonia penal extraterritorial de Guantánamo o en el oscuro infierno del Pozo de Sal en Afganistán.
Y no ha servido para nada y la prueba de ello es París este fin de semana y la siguiente en algún otro momento y en cualquier otro lugar.
En Estados Unidos renunciamos a muchas nuestras libertades para derrotar a los terroristas. Y no funcionó. Entregamos la vida de más de 4.000 hombres y de mujeres estadounidenses en Iraq y de miles más en Afganistán para derrotar a los terroristas y no preguntanos por qué murieron. Hemos matado a decenas de miles de personas o más en esos países. No funcionó. Fuimos nuevamente a la guerra en Iraq y ahora en Siria, antes en Libia y sólo creamos más Estados fallidos y espacios sin gobierno que proporcionan refugio a los terroristas y esparcen el terror como si derramaran pintura a través de fronteras. Acosamos y discriminamos a nuestros propios ciudadanos musulmanes y luego cuando vemos que se radicalizan nos quedamos de pie y con la boca abierta, y entonces culpamos al ISIS por tweetear.
Hay que tener en cuenta que la estrategia del terror islámico para radicalizar a los musulmanes franceses es generar una ofensiva en Francia. Cientos de ciudadanos franceses ya han viajado a Siria para luchar con grupos que incluyen al ISIS.
Bill Johnson, uno de los comentaristas más inteligentes, afirmó que el terrorismo consiste en matar peones para afectar al rey. Los ataques en París no consisten en el asesinato de 150 personas inocentes. ¡Diablos! Casi cada día muere esa cantidad en Iraq y Siria. La verdadera prueba para Francia es cómo responder a los ataques terroristas a largo plazo – ese es el rey en todo esto. Estados Unidos fracasó en la prueba del 11 de septiembre, sin embargo, no parece que Francia lo entienda mejor que Estados Unidos. "Vamos a dirigir una guerra que será implacable", dijo el presidente francés Hollande al salir de la sala de conciertos Bataclan, escenario del mayor derramamiento de sangre.
Si yo supiera cuál es la estrategia correcta, me gustaría decírsela y trataría de hacérsela saber a la gente de Washington y de París y de todas partes. Pero yo no sé exactamente qué hacer y de todos modos dudo que alguien me escuchara.
Pero hay algo que sé: dejen de hacer lo que hemos estado haciendo durante los últimos 14 años. No ha funcionado. No hay nada que sugiera que vaya a funcionar alguna vez. Whack-a-mole es un juego, no un plan. Dejen el Oriente Medio en paz. Dejen de crear más Estados fallidos. Dejen de arruinar las libertades de nuestro país con mentiras. Dejen de privar de sus derechos a los musulmanes que viven con nosotros. Comprender la guerra, tal cual es, estar en contra de un conjunto de ideas - religiosas, anti-occidentales, anti-imperialistas - y no puedes bombardear las ideas. El enviar soldados occidentales a las tierras de Oriente Medio y aviones occidentales sobrevolando alimenta el fuego. La venganza no extingue una idea ni puede hacerlo.
Empiecen por esto y vean si las cosa mejoran, pero no le den un plazo de 14 años para lograrlo. Aparte de hacer que las cifras de muertos se disparen aún más, no puedo imaginar pudiéramos hacerlo peor.
Fuente: http://wemeantwell.com/blog/2015/11/14/paris-you-dont-want-to-read-this
Traducido del inglés para Rebelión por Susana Merino
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