“Yo había estado ya en dos votaciones y las dos votaciones parecían muy favorables a él. Yo le podía decir: mira Jorge, esta tarde tú vas a ser Papa... Te voy a decir su respuesta: si no se vira la tortilla”, aseguró Ortega.
El religioso habló sobre la visita del Pontífice que inicia el próximo 19 de septiembre, de la que dijo lo estarán esperando los católicos, los ortodoxos, los del Paso de Agua, los del Corazón de Jesús, los de la Mano de Orula, el Capero. “Es decir, toda Cuba”, afirmó el prelado.
A pesar de que los pronósticos del clima anticipan lluvias previo a la visita del papa Francisco, el prelado describió un ambiente popular de mucha expectación y alegría por su breve visita de poco más de 58 horas a la isla.
Agregó que hay un ambiente como no ha habido con las visitas de los dos anteriores papas.
Habla nuestra lengua, es latinoamericano, etcétera, y ha tenido esta intervención muy especial en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, por cierto”, dijo Ortega.
La visita deberá comenzar a las 16:05 del sábado 19 de septiembre con una ceremonia de bienvenida en el Aeropuerto Internacional José Martí y un recorrido de 18 kilómetros por La Habana.
Continúa a la mañana siguiente con una misa en la Plaza de la Revolución y después oficiará una en Santiago de Cuba para finalizar su visita a la isla. El 23 de septiembre dará una misa en español en California, Estados Unidos, para canonizar a Junípero Serra, el “defensor de los indios americanos”.
Se trata de la tercera visita papal que recibe Cuba en 17 años, ya que Juan Pablo II viajó a la isla en enero de 1998 y Benedicto XVI en marzo de 2012.
En medio del rebumbio de los preparativos, el cardenal Ortega destacó el sentido moderno del contenido de los mensajes del Sumo Pontífice y no reveló que se están haciendo esfuerzos para lograr amnistía para algunos presos cubanos, como ya ha sucedido en el pasado.
Yo he tenido muchas cartas en estos días, de personas que esperan que haya un indulto, una amnistía con la visita del Papa. No sé si la habrá o no. Quizá sí la haya. Esto es algo que depende de la libertad del Estado cubano. Pero bien, hemos recibido todas esas cartas”, dijo.
Cuando vino Benedicto XVI hubo un gran indulto de presos comunes de unos dos mil que salieron, también se hizo todo con mucha sencillez por parte del Estado, por parte nuestra”, reveló.
El religioso precisó que ha transmitido a las autoridades que hay muchos delitos económicos que se han producido en los últimos años, pero que también hay delitos comunes.
El cardenal Ortega comentó que muchas cosas no han salido a la luz pública, la labor humanitaria de la Iglesia siempre ha estado presente en Cuba para ayudar a los presos, a los enfermos, los moribundos, los que necesitan un consuelo y que a pesar de las privaciones económicas que han sufrido los cubanos, sobre todo en el llamado “periodo especial”, posterior a la deseintegración de la Unión Soviética, Cuba no ha tenido la otra pobreza que aqueja al resto del mundo como, por ejemplo, “la soledad”.
Ortega habló también de las Damas de Blanco, sin mencionarlas por su nombre, pero se refirió a ellas al responder a una pregunta que hizo directamente el cantautor.
Eso comenzó por aquellas mujeres, esposas de prisioneros, madres de algunos prisioneros, que se vestían de blanco e iban todos los domingos a la misa en la iglesia de Santa Rita, y yo me comuniqué con el presidente y me dijo que las escuchara”, dijo al referirse a su papel de mediador en la excarcelación de unos 130 presos políticos entre 2010 y 2011, la mayoría de los cuales se exiliaron en España.
El cardenal contó también que durante la entrevista que mantuvo con el secretario de Estado de EU, John Kerry, tras presidir la ceremonia de reapertura de la embajada norteamericana en La Habana, el pasado 14 de agosto, éste le dijo que esperaba que el papa Francisco “anime siempre aquí al presidente (Raúl Castro) y al gobierno cubano para continuar este camino de mejoramiento de relaciones”.
En ese sentido, el cardenal Ortega consideró que ése “es el sentir también del gobierno de Cuba”.
Hablamos de Cuba, de su futuro y de cómo había que dar pasos en el futuro inmediato para que pueda superarse el bloqueo”, precisó.
Al final de la entrevista, el prelado atribuyó el entusiasmo de la visita a tres factores fundamentales de la figura de Francisco: la condición de ser latinoamericano, de hablar nuestro mismo idioma y de haber sido el mediador de las conversaciones entre los gobiernos de Cuba y EE.UU, que desembocaron en el restablecimiento de las relaciones tras medio siglo de confrontaciones.
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