Al menos en seis ocasiones las autoridades cubanas detuvieron o interrogaron a personas que estuvieron involucradas en el programa y también confiscaron computadores y unidades de memoria que, en algunos casos, contenían información que puso en riesgo a cubanos que, probablemente, no tenían idea alguna de que fueron involucrados en una operación clandestina del gobierno de Estados Unidos.
El agente de la USAID, Rajko Bozic, quien pagaba a raperos |
El proyecto requería que los contratistas de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional reclutaran a decenas de músicos cubanos que fueron involucrados en supuestos programas culturales, pero que tenían la intención de avivar un movimiento de fanáticos del hip hop que desafiara al gobierno cubano.
Los contratistas filmaron programas de televisión y crearon una red social para conectar a unos 200 músicos y artistas de la isla, a quienes se animó a iniciar un movimiento social. Los artistas fueron llevados a Europa para que se presentaran en conciertos y asistieran a talleres dictados vía vídeo, cuyo verdadero propósito era prepararlos como activistas.
La operación fue concebida por uno de los grandes contratistas de USAID, Creative Associates International, a través de un equipo de promotores de música serbios. El contratista, que tiene su sede en Washington, también concibió otros esfuerzos orientados a socavar el gobierno comunista de Cuba, incluyendo una red de mensajes de texto similar a Twitter —conocido como ZunZuneo— y una operación que envió a jóvenes inexpertos como "turistas" a Cuba para que reclutaran a lo que llamaron una nueva generación de activistas.
Todos estos programas de USAID, que se adelantaron en el mismo período de tiempo y que costaron millones de dólares, fracasaron.
"Estas acciones pasaron de ser estúpidas a ser consideradas como un uso totalmente irresponsable del dinero de los contribuyentes estadounidenses", dijo en un comunicado el senador republicano Jeff Flake, viejo crítico de los programas de USAID en Cuba.
Para que la identidad de los cubanos involucrados en el programa se mantuviera secreta, los contratistas de Creative Associates utilizaron una empresa de fachada en Panamá, con sus directivos en la isla de Tortola, que forma parte de las Islas Vírgenes Británicas, y su abogado en el principado de Liechtenstein. Los contratistas usaron nombres en clave, sus correos electrónicos estaban encriptados y se inventaron historias falsas para engañar a las autoridades cubanas.
La evidencia se encuentra en cientos de documentos de los contratistas obtenidos por la AP, que detallan sus actividades del llamado proyecto hip hop. Pero en un comunicado, USAID dijo que "cualquier afirmación de que nuestro trabajo es secreto o encubierto es simplemente falsa".
Creative Associates refirió las preguntas de la AP a USAID.
En una sesión informativa el jueves, la vocera del Departamento de Estado, Jen Psaki, dijo que Creative "dio garantías a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo que contaba con los protocolos de seguridad necesarios" para "operar en una sociedad cerrada, y que usaría esos protocolos de manera estricta para todos los profesionales que viajaran a Cuba".
Dijo que los cubanos se arriesgaron a causar molestia a las autoridades al involucrarse en actividades comunitarias normales. Pero trabajar para grupos financiados por Estados Unidos es ilegal en Cuba y los ciudadanos de este país que se incorporaron al programa de hip-hop no fueron informados de que colaboraban con contratistas que trabajaban para el gobierno de Estados Unidos.
Aldo Rodríguez, líder del grupo "Los Aldeanos", fue detenido al menos en dos ocasiones y pasó una noche en la cárcel. Un contratista serbio fue detenido al llegar a La Habana con equipo, incluida una unidad de memoria que contenía material que podía incriminarlo, y acortó su viaje pocas semanas antes de que el contratista estadounidense Alan Gross, que trabajaba en secreto para otro programa de la agencia, fuera arrestado.
En 2011 un cubano que sabía que trabajaba para el programa estadounidense fue detenido en La Habana luego de sostener una reunión con el gerente de Creative en Miami. Se le incautó equipo de cómputo y documentos que lo vinculaban con la USAID.
Al final, el programa logró lo contrario de lo que se proponía, ya que puso en peligro la dinámica escena del hip-hop cubano. Cuando el programa inició en 2009 ya se había generado la más dura crítica desde la base al gobierno desde que Fidel Castro llegó al poder en 1959.
En agosto de 2010, Los Aldeanos salieron al escenario en el festival Rotilla, una de las reuniones musicales más grandes de Cuba. Frente a una multitud de unas 15.000 personas criticaron a funcionarios del gobierno y retaron a la policía.
Unos meses después, un contratista de USAID dijo a sus jefes que los cubanos dijeron que la agencia había infiltrado el festival y que muy pronto los cubanos se hicieron cargo de éste. Posteriormente, Los Aldeanos emigraron a Florida quejándose de que el gobierno les hacía imposible trabajar en la isla.
En una declaración por escrito difundida el jueves, los organizadores del festival Rotilla dijeron que esperaban una "tormenta" de reacciones tras las revelaciones, lo que podría afectar gravemente a artistas cubanos que sin saberlo fueron utilizados por USAID.
"El daño que esto causará no se reflejará en hogares, estructuras o propiedades. El torbellino se llevará nombres, reputaciones y la historia misma", escribió el grupo. "Los hecho venideros transformarán o causarán la extinción del arte y la cultura independiente en Cuba".
En un comunicado publicado en Facebook, manifestaron que "es lamentable que este tipo de situaciones nos envuelvan, cuando se hace arte desde el corazón y sin caer en romanticismos innecesarios: la verdad nunca será mancillada"./AP/CubaSí
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Los documentos sobre el programa de USAID acá: http://apne.ws/1B2vAys
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