WikiLeaks publicó el 13 de noviembre de 2013 una sección del acuerdo comercial conocido como Tratado Trans-Pacífico, Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Cooperación Económica, o TPP (por su sigla en inglés). En la superficie, el tratado habla de facilitar el comercio entre Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Estados Unidos y Vietnam. Sin embargo, hay varias luces rojas que emperifollan este acuerdo que se negocia en secreto.
El tratado afectará a ochocientos millones de personas y a un tercio de todo el comercio mundial, pero apenas tres personas de cada nación signataria tienen acceso al documento completo. Entre tanto, seiscientos “consejeros corporativos,” que representan al “gran negocio petrolero” (big oil), corporaciones farmacéuticas y del entretenimiento, están involucrados en la redacción y las negociaciones secretas del TPP.
La influencia de estas compañías está muy clara, pues gran parte de la propuesta -más que libre comercio- abarca leyes de protección de derechos corporativos y de propiedad intelectual. Las sociedades podrán obtener capacidad para demandar a los gobiernos no sólo por pérdidas, sino también por “pérdidas a futuro”. Al mismo tiempo, considerarían más protección para patentes y derechos reservados (propiedad intelectual y copyrights). Esto significa patentes más amplias y abarcadoras, en detrimento del acceso a medicamentos genéricos y un bloqueo (lockdown) a contenidos de Internet [no pagados].
Arthur Stamoulis, de Citizens Trade Campaign (Campaña Ciudadana del Comercio), comentando el capítulo filtrado del TPP, observó que describe cómo las corporaciones podrían buscar compensaciones financieras contra trabas no arancelarias al comercio:
“Los tribunales que juzguen estos casos no tienen el poder para exigir literalmente que un gobierno cambie su política, pero estos países pueden conceder pagos "merecidos" por millones, y aún miles de millones de dólares, si el gobierno de esa nación no quiere enfrentar nuevos casos judiciales [adicionales] en su contra; ésa es la línea”.
Además, como escribió James Trimarco en YES! Magazine, los observadores creen que el TPP “podría dejar sin piso a los gobiernos nacionales y locales que intenten regular la venta e importación de alimentos transgénicos [GMO, organismos genéticamente modificados]”.
Tony Corbo, de Food and Water Watch (Observatorio de Alimentos y Agua) señaló que como el TPP se negocia en secreto, es difícil asegurar que no proscribirá el etiquetaje o la prohibición de alimentos transgénicos.
Sin embargo, el jefe negociador en agricultura de Estados Unidos es Islam Siddiqui, antiguo lobbysta de Monsanto, y la estadounidense Food and Drug Administration (Administración de Drogas y Alimentos, FDA) actualmente no reconocen a los alimentos transgénicos como diferentes de los alimentos no transgénicos. Por lo tanto, no ven una razón para que los productos alimentarios que contienen ingredientes transgénicos deban ser etiquetados especialmente.
Aunque la filtración expuesta por WikiLeaks fue seguida rápidamente por un empuje anti-TPP en el Congreso, es desconcertante la ausencia de cobertura noticiosa sobre este asunto en los grandes medios corporativos de Estados Unidos.
Los medios japoneses, australianos e incluso rusos, debaten abiertamente el TPP, mientras que las fuentes de noticias estadounidenses siguen manteniendo un silencio uniforme, mientras la administración Obama intenta aprobarlo en el Congreso por la vía rápida (fast-track).
Entre los grandes medios de prensa del establishment, el principal, The Washington Post, estuvo solo cubriendo las revelaciones de WikiLeak sobre el TPP. Por ejemplo, Timothy B. Lee reportó que la sección de propiedad intelectual del tratado es “una lista de deseos para Hollywood y la industria farmacéutica” y especuló si la filtración podría "descarrilar la agenda comercial de Obama”. Sin embargo, el Post incluso relegó a su blog on line este enfoque plano y relativamente superficial centrado en la perspectiva de Estados Unidos.
Otros periódicos principales, incluyendo al New York Times, Los Angeles Times, y Wall Street Journal, omitieron de largo esta importante historia de envergadura global.
Fuentes:
- Zachary Keck, “Congress May Have Just Killed the Trans-Pacific Partnership,” Diplomat, November 18, 2013, http://thediplomat.com/2013/11/congress-may-have-killed-the-trans-pacific-partnership.
- John Robles, “The TPP Is a Corporate Coup D’état—Kristinn Hrafnsson,” Voice of Russia, November 15, 2013, http://voiceofrussia.com/2013_11_15/The-TPP-is-a-corporate-coup-d-tat-Kristinn-Hrafnsson-5798.
- John Robles, “Trans Pacific Partnership is Like SOPA on Steroids—Kristinn Hrafnsson,” Voice of Russia, November 23, 2013, http://voiceofrussia.com/2013_11_23/Trans-Pacific-Partnership-is-like-SOPA-on-steroids-Kristinn-Hrafnsson-1552.
- “Secret Trans-Pacific Partnership Agreement (TPP),” WikiLeaks, November 13, 2013, https://wikileaks.org/tpp.
- Shannon Tiezzi, “The TPP’s Not Dead Yet (But It’s Close),” Diplomat, December 7, 2013, http://thediplomat.com/2013/12/the-tpps-not-dead-yet-but-its-close.
- James Trimarco, “Will a Secretive International Trade Deal Ban GMO Labeling?,” YES! Magazine, October 18 2013, http://www.yesmagazine.org/planet/will-secretive-international-trade-deal-ban-gmo-labeling-trans-pacific-partnership.
Estudiantes investigadores: Dylan Scherpf (Frostburg State University) and Brandon Karns (Sonoma State University)
Evaluadores académicos y de la comunidad: Andy Duncan (Frostburg State University) y Thadeus Dean Humphrey (community evaluator)
PROYECTO CENSURADO- Traducción: Ernesto Carmona (especial para ARGENPRESS.info)
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