Nada nuevo en la "frontera Cuba-Estados Unidos"

El proyecto subversivo contra Cuba, revelado por la agencia AP, ilustra que Estados Unidos nunca ha renunciado a su objetivo de romper el orden constitucional y destruir la Revolución, afirmó hoy el académico francés Salim Lamrani.

Interrogado sobre el tema por Prensa Latina, el profesor universitario recordó que leyes como la Torricelli y la Helms-Burton, además de recrudecer el bloqueo, establecen la existencia de un presupuesto destinado a financiar la subversión.

En un artículo publicado el 4 de agosto la Associated Press (AP) dio a conocer un plan de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid) con el fin de reclutar a jóvenes cubanos y organizarlos para actuar contra el gobierno.

De acuerdo con la AP, la Usaid y su contratista, Creative Associates International, utilizaron a jóvenes latinoamericanos, quienes fueron enviados en secreto a la nación caribeña para "identificar actores de un potencial cambio social", todo esto dentro de un programa destinado a fomentar la inestabilidad.

"La razón de ser de la Usaid es desestabilizar a los países que se emancipan de la sombra tutelar de Washington y que adoptan políticas a favor de los intereses nacionales y no de los de Estados Unidos", dijo Lamrani.

El doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos consideró que la Agencia para el Desarrollo Internacional representa una seria amenaza para la democracia en América Latina, pues promueve la ruptura del orden constitucional, asesora y financia a disidentes.

"En una palabra, la Usaid hace de modo semiclandestino lo que Estados Unidos hacía clandestinamente durante la guerra fría", afirmó.

El programa fue revelado apenas tres meses después de que la AP diera a conocer otro proyecto encubierto de la Usaid, conocido como Zunzuneo.

Llamado también "Twitter cubano", este plan consistió en el tejido en secreto de una red social cuyo propósito era crear situaciones de desestabilización para provocar cambios en el ordenamiento político del país.

Esta política de Estados Unidos constituye una violación de las reglas más elementales del Derecho Internacional, que prohíbe terminantemente la intromisión en los asuntos internos de otra nación soberana, afirmó el académico francés.

El especialista en el tema de las relaciones Estados Unidos-Cuba considera que el presidente norteamericano, Barack Obama, "no tiene voluntad política de sentarse a una mesa de diálogo para buscar una solución al diferendo que divide a Washington y La Habana desde hace más de medio siglo".

Texto Carmen Esquivel Sarría PL

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