El mandatario boliviano resumió en nueve puntos esenciales las propuestas de su país para cumplir con las metas de la organización y combatir los problemas más importantes que afrontan los países del Grupo de los 77 más China.
1.- El desarrollo sustentable para el vivir bien, en armonía y equilibrio con la Madre Tierra
"Necesitamos construir una visión distinta del desarrollo occidental capitalista, transitando desde el paradigma del Desarrollo Sostenible al paradigma del Desarrollo Integral para Vivir Bien", sostuvo el Mandatario, que busca no sólo el equilibrio entre los seres humanos, sino el equilibrio y la armonía con nuestra Madre Tierra.
Asimismo, explicó que ningún desarrollo es sustentable si la producción destruye la Madre Tierra, ya que es la fuente de la vida y nuestra existencia. Ninguna economía es duradera si produce desigualdades y exclusiones.
Ningún progreso es justo y deseable si el bienestar de unos es a costa de la explotación y la miseria de otros.
El Desarrollo Integral para Vivir Bien significa generar bienestar para todos, sin exclusiones; significa respetar la diversidad de economías de nuestras sociedades; respetar los conocimientos locales y respetar la Madre Tierra y su diversidad biológica, que alimentará a las generaciones venideras.
Desarrollo Integral para Vivir Bien es producir para satisfacer necesidades reales, y no para ampliar infinitamente las ganancias. Es distribuir las riquezas, cerrando la herida de la desigualdad, y no ampliar las injusticias. Es combinar la ciencia contemporánea con la sabiduría tecnológica ancestral de los pueblos indígenas, campesinos y originarios que dialoga con respeto a la naturaleza.
Es pensar en los pueblos y no en los mercados financieros. Es colocar a la naturaleza como centro de la vida, y al ser humano como una criatura más de esa naturaleza.
2.- Soberanía sobre los recursos naturales y áreas estratégicas.
Los países dueños de materias primas debemos y podemos asumir el control soberano de la producción y también de la industrialización de nuestras materias primas.
La nacionalización de empresas y áreas estratégicas permite que el Estado asuma la conducción de la producción, el control soberano de la riqueza e iniciar la planificación para industrializar las materias primas, y distribuir la ganancia entre la población.
Ejercer soberanía sobre los recursos naturales y áreas estratégicas no significa aislarse de los mercados mundiales, es vincularse a estos mercados para beneficio de nuestros países y no de unos cuantos propietarios privados.
Soberanía sobre los recursos naturales y áreas estratégicas no es impedir la participación de capitales y tecnología extranjera; es subordinar esa inversión y esa tecnología a las necesidades de cada país.
3.- Bienestar para todos convirtiendo los servicios básicos como derecho humano.
La peor tiranía que enfrenta a la humanidad es permitir que los servicios básicos estén bajo control de las empresas transnacionales. Esto significa condenar a la humanidad al interés particular y a los objetivos mercantiles de una minoría rica y poderosa con la vida y seguridad de las personas.
Por eso decimos que los servicios básicos son inherentes a la condición humana. ¿Cómo puede un ser humano vivir bien sin agua potable, sin energía eléctrica o sin comunicaciones? Si los derechos humanos nos hacen iguales entre todos, lo que materializa la igualdad es el acceso universal a los servicios básicos. El agua nos hace iguales como la luz o las comunicaciones.
Para resolver las inequidades sociales es necesario incorporar en la legislación internacional y en la normativa nacional de todos los países, que los servicios básicos (el agua, electricidad, comunicaciones y el saneamiento básico) son un derecho humano fundamental de las personas.
4.- Emancipación del actual sistema financiero internacional y construcciones de una vida, una nueva arquitectura financiera.
Proponemos liberarnos del yugo financiero internacional construyendo un nuevo sistema financiero que priorice los requerimientos de las actividades productivas de los países del Sur, en el marco del desarrollo integral.
Tenemos que crear y fortalecer bancos del Sur que impulsen proyectos industriales, que refuercen los mercados internos regionales, que fomenten los intercambios comerciales entre nuestros países, pero en base a la complementariedad, la solidaridad.
5.- Construir la gran alianza económica, científica, tecnológica y cultural de los países del G77 + China.
Después de siglos de colonialismo, de transferencias de riqueza a las metrópolis imperiales y de empobrecimiento de nuestras economías los países del sur han comenzado a retomar una importancia decisiva en el desarrollo de la economía mundial.
Asia, África y Latinoamérica no sólo son el 77 por ciento de la población mundial, sino también representan cerca del 43 por ciento de la economía mundial; y esta importancia va en crecimiento. Los pueblos del Sur somos el futuro del mundo.
Para un futuro digno de todos los pueblos del mundo, necesitamos una integración para la liberación. No una cooperación para la dominación.
Bolivia propone la constitución del instituto de descolonización y cooperación sur-sur, encargado de proporcionar asistencia técnica a los países del Sur, para profundizar la implementación de las propuestas del G77 + China. También otorgará asistencia técnica y fortalecimiento institucional para el desarrollo y la autodeterminación; para llevar a cabo investigaciones; y proponemos que la sede del instituto de descolonización se encuentre en Bolivia.
6.- Erradicar el hambre de los pueblos del mundo.
Para lograr la erradicación del hambre, los países del sur debemos generar condiciones para el acceso democrático y equitativo a la propiedad de la tierra, que no permita el monopolio de este recurso a través del latifundio, pero que tampoco fomente la fragmentación minifundista e improductiva.
Consolidar la soberanía y seguridad alimentaria, mediante el acceso a los alimentos sanos y saludables para el bienestar de la población. Eliminar los monopolios transnacionales en la provisión de insumos agrícolas para garantizar seguridad alimentaria con soberanía.
Que cada uno de nuestros países garantice los alimentos básicos y propios que consume su población a partir del fortalecimiento de sus prácticas productivas, culturales, ecológicas, así como el intercambio solidario entre pueblos.
7.- Fortalecer la soberanía de los estados sin intervencionismo, injerencia no espionaje.
Propiciar en el marco de las Naciones Unidas, una nueva institucionalidad para el Nuevo Orden Planetario para el Vivir Bien.
Se requieren organismos internacionales que fomenten la paz, que eliminen las jerarquías mundiales y que promuevan la igualdad entre los Estados.
Por ello, tiene que desaparecer el Consejo de Seguridad de la ONU porque en vez de asegurar la Paz entre las naciones ha promovido la guerra y las invasiones de potencias imperiales para apoderarse de los recursos naturales de los países invadidos. Hoy en vez de Consejo de Seguridad hay un Consejo de Inseguridad y de Invasión Imperial.
8.- Renovación democrática de los Estados.
El tiempo de los imperios, de las jerarquías coloniales y de las oligarquías financieras se está terminando. Por todas partes vemos a los pueblos del mundo demandar su protagonismo en la historia. El siglo XXI tiene que ser el siglo de los pueblos, de los obreros, de los campesinos, de los indígenas, de los jóvenes, de las mujeres; es decir, de los oprimidos.
9.- Un nuevo mundo desde el sur pasra toda la humanidad.
Ha llegado el tiempo de las naciones del sur. Antes fuimos colonizados y esclavizados, y con nuestro trabajo robado se levantaron los imperios del Norte. Hoy, a cada paso que damos por nuestra liberación los imperios entran en decadencia y comienzan a derrumbarse. Pero nuestra liberación no es solo la liberación de los pueblos del Sur. Es a la vez la liberación de la humanidad entera porque nosotros no luchamos para dominar a otros; luchamos para que nadie domine a otro.
Fuente: teleSUR
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