Carlos Fazio.- La Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) vuelve a las andadas. En realidad nunca se ha apartado de la industria de la contrarrevolución. Si hay dinero para financiar actividades subversivas contra Cuba, Jorge Mas Santos se anota. En la coyuntura no se trata de planes de magnicidio, sabotajes o acciones terroristas en la isla, como las que la FNCA protagonizó en el pasado. Su accionar ahora es menos letal: capacitar y formar jóvenes cubanos como líderes opositores mediante las técnicas de la llamada "guerra suave".
Promovido por el Departamento de Estado, el programa de becas de Estados Unidos pretende identificar y captar estudiantes con nivel intelectual y posiciones hipercríticas hacia el actual proceso cubano, para entrenarlos en técnicas subversivas dirigidas a atraer a las masas y organizar acciones de desestabilización y desobediencia social, incluyendo algunas de corte violento. Verbigracia, se busca reproducir en la isla el modelo de los "golpes suaves" aplicado en Libia, Siria, Ucrania y Venezuela.
El primer "curso intensivo" para fabricar presuntos "nuevos líderes" para Cuba concluyó en mayo pasado en el estado de Florida. Las becas fueron promovidas por el Miami Dade College y la Fundación de los Derechos Humanos en Cuba (FDHC, tapadera de la FNCA), en el marco de un programa denominado Somos un solo pueblo. Ambas fundaciones reciben financiamiento de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID, por sus siglas en inglés), que depende del Departamento de Estado.
El programa de "becas" se inscribe en un nuevo plan subversivo concertado por el gobierno de Barack Obama y la mafia contrarrevolucionaria de Miami. Con fondos de la AID y otras partidas no públicas, la FNCA y la FHRC han venido desarrollando una campaña ideológica anticubana permanente. Para ello, han suministrado equipos de comunicación, computadoras, celulares, cámaras fotográficas y de video, DVD, memorias flash, banderas, propaganda de todo tipo, dinero en efectivo, alimentos, medicinas y toda una variedad de artículos y medios a grupúsculos de la llamada disidencia interna.
En declaraciones al diario El Nuevo Herald, Mas Santos dijo que la meta es preparar en Estados Unidos hasta 100 estudiantes por semestre. Debido a las críticas recibidas por el bajo nivel de la primera "promoción" de becarios, el presidente de la FNCA adelantó que el proceso de selección será más "riguroso".
El programa del Departamento de Estado para becarios cubanos se inscribe en el marco de las llamadas "revoluciones de colores" que han servido para desestabilizar y/o derrocar gobiernos considerados "enemigos" de Washington. Las técnicas del "golpe suave" incluyen estrategias y tácticas militares no violentas (y también violentas), según planes diseñados por la Albert Einstein Institution de Gene Sharp y Robert Helvey, y el Centro Internacional del Conflicto No violento del ex banquero Peter Ackerman, presidente de Freedom House. Como en Ucrania y Venezuela, el propósito es entrenar "estudiantes" en técnicas y maquinaciones sobre cómo confundir, fragmentar, desordenar y desviar a masas movilizadas en las calles, sembrar desaliento y promover actos de violencia, al tiempo que se impulsa de manera indirecta la negación de principios y valores nacionales y se busca entronizar otros exógenos, es decir, acordes con la defensa de los intereses estadunidenses.
El adiestramiento de jóvenes cubanos en el Miami Dade College forma parte de una vasta red de operaciones públicas y encubiertas del Pentágono y el Departamento de Estado, que incluyó el llamado ZunZuneo, proyecto ilegal y clandestino diseñado, financiado e implementado para subvertir el orden interno en la isla, mediante un Twitter cubano. La intención de esa plataforma de servicios de telecomunicaciones ilícitos hacia Cuba desde el exterior, fue enviar a usuarios cubanos mensajes de contenido político para influir en sus posiciones y alentarlos a actuar contra el gobierno. El proyecto fue ejecutado mediante una extensa red de contratistas privados, empresas fachada, servidores informáticos y cuentas bancarias en varios países, con el propósito deliberado de ocultar la participación activa de agencias gubernamentales estadunidenses.
Los fondos millonarios del Programa Cuba de la AID han sido destinados para iniciativas similares como Conmotion, herramienta desarrollada por el Instituto de Tecnología Abierta (OTI) de la New America Foundation, con sede en Washington, originalmente para uso militar, que consiste en la creación de redes inalámbricas independientes en forma de "malla" para enlazarse con el exterior, fuera de cualquier control gubernamental, lo cual permite desinformar a los usuarios sobre la situación en su país y convocarlos a manifestaciones.
Otras agencias del gobierno estadunidense, como la Oficina de Transmisiones a Cuba, impulsan proyectos ilegales como Piramideo, plataforma de comunicación que promueve el envío de mensajes masivos a usuarios en la isla. Durante el gobierno de Obama, a ese tipo de iniciativas y a las emisoras Radio y Tv Martí (para la guerra mediática desde el éter), le han sido asignados 142 millones de dólares del presupuesto federal, y más de 770 millones de dólares desde la fecha de su creación.
En vez de cabecillas revoltosos y acciones ilegales, injerencistas y subversivas que atentan contra la estabilidad, el orden constitucional y la soberanía cubana −y también contra el derecho internacional y los principios de la Carta de las Naciones Unidas−, lo que Cuba y los países latinoamericanos necesitan es que Estados Unidos abra sus universidades y comparta sus investigaciones científicas, por ejemplo, en el terreno de la producción de alimentos y medicinas de última generación, así como proyectos que ayuden al desarrollo científico y tecnológico dirigidos al crecimiento económico. |La Jornada de México
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